Medios Mártires. Por Guillermo “Quito” Mariani

No se trata de una falsa construcción gramatical como si habláramos de mártires a medias. Se trata de un supuesto total “martirio mediático”. La prensa está resultando víctima de ataques y denuncias muy graves por parte de las naciones sudamericanas que buscan consolidar un proyecto común de liberación y justicia.

La SIP acaba de pronunciarse en la 66 Asamblea general de Mérida (Yucatán), canonizando a los medios de información, al declararlos mártires de la libertad de prensa, precisamente en esos países que están a la cabeza de profundas reformas sociales hacia la igualización democrática. Quedan así demonizados los gobiernos de Argentina, Bolivia, Ecuador, Cuba, Venezuela y Nicaragua que vienen tomando decisiones defensivas legales frente a la virulencia de los ataques de la prensa monopolizada.

En la última cumbre de la UNASUR realizada en Guyana con participación de siete presidentes y cinco cancilleres, el dignatario anfitrión Fernando Correa abogó por que los medios de prensa sin fines de lucro pudieran remplazar a los medios de lucro sin fin. Así definió, en una ingeniosa frase, una situación preocupante para todos. Esos medios, “difamantes” para Correa, “desestabilizantes para Cristina, en “campaña salvaje y extranjerizante” para Chávez, para investigar a los cuales Lugo pide intervención de la ONU, son presentados por la SIP como víctimas de persecución, aludiendo a los recursos legales adoptados por los gobiernos democráticos para mantener sus reformas igualitarias.

Por otra  parte se otorga el Gran Premio SIP a Guillermo Zuloaga presidente de la cadena Globovisión opositora al gobierno venezolano y otros dos premios importantes a Nick, humorista de La Nación y a Gustavo Sierra, periodista de Clarín. No hay en cambio, reconvenciones para Méjico con 14 periodistas asesinados (en su mayoría por reivindicar derechos humanos) durante los cuatro años de gobierno de Calderón ni para la Colombia. Sin números después de la asunción de Santos.

Un análisis somero indica de qué lado está la “imparcialidad” de la SIP.

Resulta interesante por eso, averiguar algunos datos de los integrantes de esta “patronal” de la prensa interamericana. Su directorio está integrado por cinco propietarios de grandes periódicos en Estados Unidos presididos por Earl Maucker director de Sun-Sentinel (el periódico más grande del sur de Florida. Más el vicepresidente primero, dueño de un diario colombiano. No es posible citar nombres y número de medios de prensa al frente de los cuales se desempeñan estos ilustres personajes. Pero de ninguna manera se puede calificar a la Sociedad Interamericana de Prensa, como paladín imparcial de la libertad de expresión.

Habilidosamente desde ella se ha injertado la denominación del periodismo como “cuarto poder”. Y en realidad que, dado que la distribución de noticias se ha convertido en distribución de grandes negocios, han crecido los oligopolios. Así el “pensamiento único” de la tradición disciplinaria judeo cristiana que nos acostumbró a pensar con lo suministrado desde afuera, se ha trasmitido a la prensa capaz de modelar a su conveniencia el pensamiento de todo una sociedad.

Ya no es entonces el cuarto poder. Es en realidad, el poder de los dueños de la verdad. Cuando los Estados democráticos tratan de recuperar las posibilidad de libertad de expresión para todos, los dueños del negocio o atacan furibundos o se victimizan y con la ayuda del prestigio de una gran Organización, se proclaman mártires.

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