La incorregible miopía humana nos hace ignorar una cantidad de luces que se encienden a nuestro alrededor cuando, como un regalo para cada generación, brotan personas que cultivan sincera y profundamente los grandes valores humanos y sociales, apretados en un solo amasijo.
Eso nos está sucediendo con la muerte de Néstor Kichner, el verdadero instaurador de una democracia con memoria, justicia, independencia, renuncia a la represión, y proyecto de futuro. De su ataúd y esparciéndose como rayos luminosos, se desprende el recuerdo y valoración de todas esas decisiones que se fueron adoptando en su plan de gobierno compartido, como el hogar, con su esposa Cristina Fernández. Las palabras de los presidentes latinoamericanos y el respeto del mundo por su figura y su acción, constituyen un motivo de orgullo para los argentinos que ya nos hemos acostumbrado, en cierta manera, a repetir las consignas que los intereses externos y antinacionales injertan en los medios de información que les responden desde adentro. “Estamos muy mal” “somos un país sin futuro” “el default nos ha borrado del espacio internacional” “Somos nación triguera y tendremos que exportar trigo” “Con este gobierno las cosas no se arreglan más” “la crisis económica mundial nos va a arrastrar sin remedio” “somos en el mundo modelo de corrupción y engaño”… para terminar con “los argentinos no servimos para nada”.
Segura y lamentablemente, la muerte del ex presidente deja un vacío en la política y en la historia argentina. A mi juicio, que escucho compartido por muchos, “desde Perón y antes de Cristina ningún presidente ha estado a la altura de las reformas sociales que necesita la Argentina”
Pero ya se muestra, aprovechándose de este inesperado arrancón, la saña de los políticos ambiciosos de poder, para volver atrás todo lo que la Argentina conquistó durantes estos años.
El machismo corporativista mediático, agroexportador, político y eclesiástico emiten, junto al inevitable mensaje de condolencias, uno que llaman de esperanza, descalificando a la sra. presidenta. Según ellos, ella no será capaz de seguir el rumbo y cambiará la confrontación por concertación como único modo de conservar el proyecto sostenido y acordado con su esposo. Esta descalificación llega hasta compararla con Isabel Martínez desorientada con la muerte de Perón (Urgente 24), o hasta exigirle que se desligue del movimiento obrero y de Moyano, prescindiendo también de los servicios de Guillermo Moreno al que señalan como sostenido empecinadamente por Néstor. Sólo así podrá, dicen, lograr el apoyo necesario para la gobernabilidad desde la debilidad femenina en que la deja su esposo y sostén (R. Fraga de la Nación) El mensaje entre líneas, de reavivar la concertación no alude por supuesto, a conversaciones para lograr acuerdo sino, como las producidas hasta ahora, para imponer las condiciones exigidas claramente y sin vueltas por las corporaciones mencionadas.
¡No conocen a Cristina! A fuerza de denigrarla irrespetuosa y hasta burlonamente, han creído que ella es la que ellos desfiguraron. No han sido capaces de descubrir ni respetar su inteligencia, su firmeza, su convicción para llevar adelante un proyecto nacional y popular como el que ha ido apareciendo en las importantes decisiones tomadas hasta ahora. Además no han contado con que, el apoyo popular que creyeron conquistar con astucia y medios, ya se les está escapando día a día.
La personalidad de Néstor Kirchner ilumina desde su ausencia.
José Guillermo Mariani (pbro)