Disipando dudas. Por Guillermo “Quito” Mariani

Es indispensable tomar en serio esta actividad que afecta a las relaciones interpersonales y también sociales. Porque la duda nubla de manera muy intensa a veces, la verdad. Porque su persistencia la va transformando poco a poco en afirmación y, como resultado final la puede convertir en falsedad, calumnia o difamación-

Por eso me tomo la responsabilidad de disipar dudas acerca de lo que vivimos y hacemos los que, por decisión superior inconsulta, resolvimos abandonar el espacio físico de la parroquia Nuestra Señora del Valle (posesión del Arzobispado) llevándonos el espíritu y el estilo que durante cuarenta y cinco año habíamos cultivado comunitariamente con la designación generalizada de “la comunidad de la Cripta”.

No se trata de un cisma, ni de una iglesia paralela, ni de una iglesia nueva. Seguimos siendo iglesia, de manera distinta.  Animados por el Concilio Vaticano II, cuyas novedades tomamos en cuenta desde el primer momento, para actualizar y profundizar nuestra presencia cristiana en el mundo real. Fuimos para eso estimulados por el testimonio de los teólog@s, escrituristas, obispos, sacerdotes y laic@s que asumieron este compromiso. Testimonios como los escritos de Joseph Ratzinger (!), Hans Küng, Edward Schillebeeckx, Karl Rahner, Congar…por citar sólo a los que acompañaron y luego comentaron con desbordante erudición y sinceridad los documentos conciliares. Medellín, Puebla y nuestros teólogos de la liberación, como Segundo, Boff, Gutiérrez, Comblin.. y obispos al estilo de Helder Camara, Casaldáliga,  Romero,  Angelelli, Piña, Novak, de  Nevares. Con intenso amor a la Iglesia seguidora de Jesús de Nazaret toleraron el reproche, las censuras, la marginación, la exigencia de retractaciones, y permanecieron unidos a la Iglesia con derecho y convicción propias. Claro que esa Iglesia del Concilio, Juan XXIIII y Pablo VI, no era ni es, la de Juan Pablo II o Benedicto XVI. Y por eso, el disenso profundo y respetuoso  con la orientación de estos últimos pontífices. Queda claro entonces por nuestra historia, que disentir en  la Iglesia no es disentir de la Iglesia. La obediencia perfecta es el instrumento del poder, como la obediencia debida al estilo militar. Una iglesia sin disenso, además de estancarse históricamente y encaminarse al fanatismo, una podría ser “católica” es decir  pluralista o universal.

La  publicidad liviana de algunos medios nos ha calificado como cismáticos, con pretensiones de crear una iglesia paralela, de estar pretendiendo hace una  nueva iglesia. Iglesia paralela crearon los lefevbristas con sus obipos, clero y fieles opuestos, por propias declaraciones, al Concilio Vaticano II, que fueron ahora reintegrados por Benedicto XVI.- Nada de todo eso.

Somos simplemente una comunidad eclesial coincidente con la más auténtica tradición recuperada por el Vaticano II, y con disenso que atañe a ciertas decisiones que calificamos como incorrectas. Porque en los temas atinentes a los avances científicos, a la diversidad de costumbres, a los progresos éticos de la humanidad, a la fraternidad igualitaria en el pueblo y entre los pueblos, al derecho de búsqueda de felicidad por parte de cada  uno y cada comunidad, a la transparencia en el manejo de las finanzas…etc, la Iglesia no puede considerarse la autoridad  máxima con afirmaciones dogmáticas desactualizadas,  ininteligibles o apartadas de las necesidades reales de la gente.

Así  este grupo en búsqueda de espacio y organización, coincidente en principios fundamentales pero con diferentes criterios en muchos asuntos,  quiere constituir una especie de refugio para quienes no encuentran otros lugares concretos en donde crecer en su fe con libertad y experiencia comunitaria.

En la actualidad la asamblea o la cena de Señor (llamada comúnmente Misa) de cada Domingo, es celebrada por nosotros, presidida por un sacerdote que nosotros elegimos, (como elegían a sus presbíteros los primeros cristianos) en un salón del Club Atalaya (situado detrás del colegio La Salle) adaptado para esta circunstancia. Los invitamos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

One Reply to “Disipando dudas. Por Guillermo “Quito” Mariani”

  1. Bien, me alegra: distinto es sinónimo de diferente, o sea: es otra cosa.

    Así como es diferente la iglesia, también veo que hay una actitud diferente frente a la sociedad.
    Me alegra porque se va avanzando en temas urgentes que la sociedad hoy por hoy se está replanteando.
    Me alegra porque denuncian lo que la Iglesia Católica hoy por hoy calla: la injusticia social, el hambre, el desempleo y no han podido interpretar las aspiraciones y problemas de las minorías excluyéndolas totalmente sin posibilidad de darles cabida de ningún tipo.

    Me alegra porque se puede hablar “Sin Tapujos”.

    Me alegra. Abrazos desde Menorca, Islas baleares… Sil

Leave a Reply