La corriente mundial de los indignados llegó al Vaticano. No creemos que los cardenales vayan a ocupar las calles de Roma con sus pomposos ornamentos cardenalicios. Pero sería espectacular un desfile como el que utiliza el excelente director italiano Nanni Moretti en el comienzo de su película Habemus Papam, de unas 230 personalidades purpuradas escribiendo su protesta por las calles de Roma. Porque da la sensación de que están rivalizando las autoridades y miembros eminentes de la estructura vaticana de poder, para manifestar su rechazo e indignación por la ocurrencia, marquetineramente agresiva, de la firma Benetton, con sucursales en ciento veinte países del mundo. La campaña tiene un noble cometido: acabar con el odio. Y se designa por eso, como “Unhate” (no odio)
En realidad, hay que tener mucho sentido de humor para admitir que ese mensaje tan parecido al oficial del Vaticano (sí amor) pretenda trasmitirse con imágenes tan impactantes como un beso en los labios entre los personajes que en el mundo son protagonistas por sus actitudes, de contiendas y guerras interminables. Obama y Chavez; Sarkozy y Merkel; Obama y Hu-Jintao, Mahmud Amas y Netanyahu; Kim Jong II con Myung-bak.
La verdad es que si estos personajes se amaran, hasta la expresión de darse un beso públicamente (que también podría resultar un beso de Judas) con el propósito de no provocar más desinteligencias y muertes, se podría hablar de “Unhate”.
Pero, es que la cosa no para allí. La indignación vaticana se produce porque también la sátira marquetinera de Alessandro Benetton, toca la persona del SANTO PADRE. En el fotomontaje aparece dándose un beso con el imán del Cairo. ¡Santo cielo! ¡qué escándalo!
¿Será para tanto? ¿Es que resulta injurioso (además de iluso) pensar y desear que los intereses contrapuestos de todos estos personajes confluyan alguna vez en un gesto de reconciliación y amistad? ¿El “Santo Padre” es tan santo que resulta una ofensa grave pensar que, para dejar de enfrentarse con el Islam, al que en su conferencia de Ratisbona calificó como engendrado y productor de violencia, se complica en un beso homosexual con uno de sus representantes?
En el mundo hay vigentes muchas situaciones de opresión y degeneración que merecen el pleno rechazo y disconformidad de la iglesia oficial. No ha salido una procesión de cardenales a protestar por los abusos, la pederastia clerical y episcopal, las influencias en excarcelaciones logradas por ejemplo, por Grassi y Storni, o Von Wernich y otros, a pesar de haber sido condenados y penalizados por la justicia civil. ¿Es entonces justa y racional esta expresión tan indignada para responder a lo que si bien es humor muy ácido, constituye un verdadero reproche para las rivalidades más pronunciadas y dañosas que se viven en el mundo actual?
La prensa, dócil a los intereses de cada una de las partes en litigio, se ha pronunciado de diversas maneras, entre las que se incluye el silencio, la exclusiva repulsa al fotomontaje papal y la insistencia en la ridiculización del beso entre Chávez y Obama. Se trata de una travesura más, de esta poderosa Empresa originariamente textil, con intereses agroganaderos, petroleros, mineros y forestales en nuestra Patagonia, que puede darse el lujo de reírse de todos.