Llamamiento internacional de curas casados al pueblo de Dios. Por MICC

Tras casi cuarenta años de recorrido compartido (7 congresos internacionales, 7 latinoamericanos y otros muchos nacionales), el Movimiento internacional de curas casados  en su actual configuración como Federación Latinoamericana y Federación Europea, tras haberse reunido en un congreso en Guadarrama (Madrid, España), bajo el lema “Curas en unas comunidades adultas”, hemos decidido hacer público este comunicado.

A todo el Pueblo de Dios

Acabamos de celebrar el 50º aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II; y las esperanzas y compromisos sembrados por aquel acontecimiento histórico nos han animado a ofrecer una vez más nuestra experiencia y nuestra reflexión como movimiento eclesial y como  integrantes de la comunidad universal de creyentes en Jesús de Nazaret.

En nuestro origen está la reivindicación de un celibato opcional para los curas de la Iglesia católica de Occidente: libertad que debería ser reconocida y respetada no sólo por ser un derecho humano, sino también porque la opcionalidad (y no la imposición) es más fiel al mensaje liberador de Jesús y a la práctica milenaria de las iglesias, así como por estar íntimamente relacionado con el derecho de las comunidades a tener servidores dedicados a su atención, hoy insuficientemente satisfecho.

Pero nuestro recorrido como colectivo ha ido ampliando esa perspectiva inicial –centrada en torno al celibato– para aspirar y avanzar  hacia un modelo de cura no clerical y un tipo de iglesia no asentada férreamente sobre un cura exclusivamente varón, célibe y clérigo.

Durante esos largos años, quienes hoy hacemos este comunicado, hemos estado integrados y comprometidos, con sencillez  y fidelidad, en muchos grupos comunitarios, buscando sentido cristiano a nuestras vidas y ayudando a quienes nos hemos encontrado, a descubrir su dignidad como seres humanos y como hijos de nuestro Padre-Madre Dios

Desde esos compromisos, nos atrevemos a decir:

  • 1º.-  Estamos convencidos -y en ello coincidimos con otras comunidades y movimientos de iglesia, parroquiales y no parroquiales- de que el modelo de cristianismo mayoritariamente imperante está desfasado; y lejos de ayudar a la implantación del Reinado de Dios y su justicia, es con frecuencia un obstáculo para la vivencia de los valores evangélicos. Un nuevo tipo de iglesia y de comunidades  es urgente para poder aportar algo válido frente a los retos que el ser humano tiene planteados hoy.
  • 2º.- El eje de este nuevo modelo de iglesia debe ser la comunidad, la vida comunitaria de los creyentes en Jesús. Sin esos grupos vivos que comparten su vida y su fe, que intentan descubrir el Reinado de Dios y vivirlo, no hay iglesia. Y no podemos ignorar que las estructuras parroquiales en  un gran porcentaje  son dispensarios de  servicios religiosos y cultuales más que comunidades vivas.
  • 3º.-  Para la renovación de la Iglesia y de las comunidades de creyentes hacia un modelo activamente comunitario de asamblea del Pueblo de Dios, es preciso un cambio estructural; no son suficientes los meros esfuerzos personales.  Hay una inercia de siglos (Estado Vaticano, curias, leyes, tradiciones…) que actúa como un peso muerto y dificulta cualquier reforma progresiva.
  • 4º.-  Nuestro recorrido nos ha hecho experimentar y comprender que el motor  de esa transformación se encuentra en el interior de las mismas comunidades: solamente unas comunidades adultas, maduras, pueden llevar a cabo esa transformación estructural necesaria y urgente. La estructura actual -preferentemente centrada en la parroquia y el culto- no tiende sino a perpetuar el  inmovilismo y a adoptar cambios de forma sin ir al fondo.
  • 5º.-  También hemos comprendido y experimentado que los curas –sean célibes o no: no es esa la cuestión principal- no pueden seguir concentrando todo en sus personas y pretender asumir todas las tareas y responsabilidades. Su misma identidad y la calidad de su servicio imponen una evolución hacia una mayor participación y hacia un pluralismo de modelos en función y en dependencia de las comunidades concretas.
  • 6º.-  Esas comunidades adultas existen ya;  en ocasiones son ignoradas o perseguidas; pero es necesario incentivarlas. Son pequeños grupos de dimensiones reducidas, donde sus componentes se conocen, comparten, viven la igualdad, la corresponsabilidad, la fraternidad y sororidad. Tenemos que seguir luchando por ese estilo de comunidades, perfectamente aceptables dentro de la pluralidad de modelos eclesiales.
  • 7º.- Esa adultez y mayoría de edad les permite adaptarse a las exigencias culturales de nuestro mundo cambiante, vivir y formular la fe de forma y en lenguaje comprensibles  y organizarse desde dentro según sus necesidades. Esas comunidades son libres y ejercen la libertad de los hijos e hijas de Dios; no viven ancladas en el pasado. Su referencia  no es la obediencia, sino la creatividad desde la fe. Y desde ahí, pueden ser entendidas en nuestras sociedades.
  • 8º.- Desde esta óptica, resulta cada vez más contradictoria e injusta la situación de las mujeres: mayoritariamente presentes en la vida eclesial, pero apartadas tradicionalmente de las tareas de estudio, responsabilidad y  gobierno. No existe ningún fundamento para mantener esta discriminación, que además supone la pérdida de un potencial humano irremplazable. Se puede razonablemente esperar al mismo tiempo que su presencia cambiará las estructuras de animación y de gobierno a mejores, más justas y más equilibradas.
  • 9º.- Y, finalmente, es preciso reconocer a estas comunidades el derecho a elegir y encomendar las tareas, servicios y ministerios a las personas que consideren más preparadas y adecuadas para cada tarea, sin distinción de sexo ni de estado. Que puedan de esta forma  llegar a  ser comunidades abiertas, inclusivas, desde la pluralidad y el respeto mutuo.

Hemos encontrado y participamos en comunidades de este tipo. No son una quimera sino una realidad a pesar de sus deficiencias y dificultades. Y estamos decididos a seguir luchando para que cada día sean más numerosas y auténticas.

Este camino no es sencillo.  Somos conscientes de que los compromisos que asumimos, pueden crear problemas: en ocasiones bordeamos la ilegalidad, aunque no por capricho o arbitrariedad; y  sabemos que, con frecuencia, la vida va muy por delante de la normativa legal y que el Espíritu no está sometido a leyes.

Los retos actuales nos exigen abrir caminos de diálogo y encuentro; y en esos campos tan necesitados de cambio, ser creativos, asumir el protagonismo de las comunidades y hacer así realidad aquellas intuiciones y declaraciones del Vaticano II (vida fraterna, solidaria, ecuménica, comprometida por la paz y la justicia con todos los hombres y mujeres de buena voluntad…)  que tanta ilusión despertaron, que fueron arrinconadas como peligrosas y que hoy, con la llegada del papa Francisco, han cobrado actualidad y recuperado su carta de ciudadanía en nuestra Iglesia.

Invitamos a todos los creyentes en Jesús a ser valientes y adentrarse en estas sendas de creatividad, adultez y libertad, para hacer cada día más real el Evangelio de la misericordia y de la responsabilidad ante los seres humanos y ante nuestra Madre Tierra.

6 de enero de 2016.

 

Fuente: Atrio.org

Raíces de Esperanza. En el día de la madre y de las madres. Por Guillermo “Quito” Mariani

 

 

No hace falta decirle cosas bellas

si la tenemos cerca,

porque es flor que perfuma

sin pretensión ninguna,

sin riego ni cuidados

con el clima espontáneo del regalo.

 

Por eso, ni advertimos su presencia,

en tiempos de niñez o adolescencia.

 

Solamente después, cuando la vida,

busca hacer cicatrices las heridas

añoramos su fuerza protectora

y admiramos  su entrega generosa.

Cuando al sentirnos lejos,

por geografía o tiempo

su figura se agranda en el recuerdo.

y el acierto corona sus consejos.

 

Y entonces, cuando el niño, adentro se despierta

descubre en nuestras almas al poeta

y anhelamos decir agradecidos,

lo que antes no dijimos:

 

Que el íntegro caudal de las ternuras

que tornan la existencia menos dura

brotó del corazón que en sus latidos

acompasó los nuestros con su ritmo.

Que en su limpia alegría

se iniciaron también nuestras sonrisas.

Que ella forjó las rejas del primer egoísmo defensivo

 

con su amor, de perdones mil veces repetidos.

Que su cariño henchido de firmeza

impulsó nuestros pasos y nuestra fortaleza.

 

Y el himno continúa,

si el corazón explora sus honduras.

Y cada vez hay nuevas resonancias

desde un arpa con cuerdas de alabanza.

 

Como en los meses de la “dulce espera”

crecíamos envueltos y amparados por ella    También hoy, que gestamos una sociedad nueva

ha de ser su presencia

la que engendra y alienta.

 

La angustia de las madres, es angustia de todos.

y el crecer, si es genuino, es luz para sus rostros.

 

No tendremos mañana de ternuras

si hoy cubrimos las fuentes  con barro de amarguras.

No habrá en nuestros jardines nuevas flores

si las regamos sólo con rencores.

No sonarán gozosos los himnos de la vida

siendo el odio y la muerte consignas repetidas.

 

Que simbolice un niño en este día

con flor de ingenuidad agradecida

con besos y caricias su homenaje para una joven madre.

 

Y nosotros, mayores

pongamos también flores

en las manos gastadas por el tiempo

o en las lápidas tibias de recuerdos-

 

Pero, a la vez,, dejemos la promesa..

con madura firmeza

de añadir nuestro grito a sus clamores

sin admitir que su dolor se ignore.

 

Ellas son las raíces de esperanza

de un mañana sin odios ni venganzas

Sus vidas, todas juntas, son luceros

que anuncian y preparan soles nuevos.

Gramática del divorcio: no desatable no significa irrompible. Por Juan Masiá Clavel, SJ

Los sinodales se reunen este mes en Roma para hablar de la familia.Convendría repasar la gramática de los participios o adjetivos verbales, para evitar malentendidos sobre indisolubilidad e indisoluble, entre “no se ha de romper”, “irrompible” y “roto”.

La indisolubilidad del matrimonio (non dissolvendum, que no debería romperse) no significa que sea “irrompible”. No es incompatible la defensa de la indisolubilidad con el reconocimiento de las rupturas y la acogida eclesial misericordiosa de las personas divorciadas y casadas de nuevo.
(Ver: Sínodo, matrimonio y familia en la página web: www.juanmasia.com

Decía el otro día un obispo, opuesto a la reforma, que “ni siquiera el Papa puede anular un matrimonio indisoluble”. Con respeto, permítase corregir el uso del lenguaje sobre “indisolubilidad” o “anulación”. No se trata de cuestionar la indisolubilidad como meta ideal, vocación, promesa y deber de cumplirla (que es lo que dijo una mayoría de sinodales en 2014). Tampoco se trata de anular o no anular, sino de reconocer como roto lo que se ha roto y, si la ruptura es irreparable y no se puede recomponer, hacer todo el bien que se pueda para recomponer la vida de cada una de las personas, sanar las heridas que hayan quedado abiertas o, en su caso, absolver a quien lamenta la ruptura de lo que “no se debía disolver”, pero se rompió irreparablemente.

Lo explicarían en clase de ética elemental para el parvulario con el cuentecillo-parábola del reloj como regalo de bodas, que dice así:

“Los padres de la novia regalaron a los cónyuges sendos relojes: de marca suiza, valiosísimos, un reloj para toda la vida, a prueba hasta de inundaciones y terremotos, y con el nombre de los esposos y fecha del enlace. Mas, hete aquí, que salen de viaje de bodas conduciendo su propio coche, tienen un accidente del que salen ilesos, pero los dos relojes se paran irreversiblemente. No se han hecho añicos, pero… los llevan al relojero y se confirma que no tienen arreglo. Eran para toda la vida, estaban garantizados, preparados y prometidos para serlo, pero… no eran absolutamente irrompibles.

¿Qué pensaríamos si esa pareja se negara a llevar otro reloj y se sintiesen obligados a convivir toda su vida con aquellos relojes que ya no marcan la hora y no tienen arreglo?”

Hasta aquí la parabolilla. Por favor, no lo tomen a mal, como si comparásemos personas con objetos y a los esposos con los relojes, ni mucho menos; el punto de comparación es solamente la diferencia entre “lo que no se debe romper” y lo que “se puede romper”, entre lo “llamado a no romperse” y “lo no irrompible”.

(En latín sería más claro distinguir con el uso del gerundio -ndum y el adjetivo verbal en –bilis. Por ejemplo, mi enemigo, al que se supone debo amar evangélicamente, es amandus,es decir, ha de ser amado, pero lamentablemente no es amabilis,no es amable y no es posible quererlo y me cuesta amarlo, lo más que llego es a rezar por él (como recomienda Mt 5,44 y Lc 6, 28).

Otro ejemplo, non corrumpendum es lo que no se debe o no se ha de corromper, y corruptibilis, lo que “se puede corromper”. Reconocer que los alimentos congelados del supermercado se han corrompido al tenerlos un tiempo fuera del congelador y, por tanto, hay que sustituirlos, es compatible con seguir manteniendo que no se los debe dejar que se corrompan y que debemos tener más cuidado la próxima vez.

Seguir defendiendo la indisolubilidad es compatible con la acogida eclesial de las personas que sufrieron la ruptura y están recomponiendo su vida.
En vez de decir que el matrimonio es indisoluble, deberíamos decir que es non solvendum, que no se ha de disolver (“No separen los humanos la unión de los cónyuges que Dios desea”, dice Jesús, Mt 19, 6, es decir, la unión que van a construir los cónyuges a lo largo de la vida; convierten así su unión en inseparable cuando, al envejecer juntos, se logra por fin la indisolubilidad, que no es una propiedad del matrimonio grabada como divisa el día de la boda, sino una meta a lograr mediante el cumplimiento de la promesa).

Pero decir del matrimonio que es non solvendum, que no se debe o no se ha de disolver, no quiere decir que sea irrompible, como ni siquiera lo es un reloj “water-proof” o “bomb-proof” (a prueba de inundaciones o a prueba de bombas).

Por tanto, la afirmación y defensa de la indisolubilidad como “meta, don y tarea” (de que hablaban los padres sinodales el año pasado) es compatible con el reconocimiento de que, “lamentablemente, no es irrompible” (como decían en el 2000 los obispos japoneses y venía proponiendo desde el Sínodo de 1980 el arzobispo de Tokyo, monseñor Shirayanagi Seiichi, entre otros).

Es compatible seguir proponiendo y animando a construir la indisolubilidad a lo largo de la vida de los esposos y, al mismo tiempo, reconocer la realidad de las rupturas, sanar (o, en su caso, perdonar) las heridas que necesiten sanación (o las culpas, en el caso de que las haya, que necesiten perdón), acompañar pastoralmente a las personas en el camino de recomponer su vida y acogerlas sacramentalmente con el estilo de misericordia de Jesús.

Como decía ayer el arzobispo Osoro para deshacer los malentendidos sobre la propuesta pastoral del Papa Francisco, “hay que ver todo lo que él dijo sobre la familia siendo arzobispo de Buenos Aires. Si los que dicen cosas distintas lo leyeran, firmarían claramente lo que plantea Francisco”.

Y como expresaba ya hace tiempo el cardenal Kasper en  El Evangelio de la familia (Sal Terrae, 2014, p.66): “Si excluimos de los sacramentos a los cristianos divorciados y vueltos a casar que están dispuetsos a acercarse a ellos, ¿no ponemos en entredicho la fundamental estructura sacramental de la Iglesia? ¿Para qué sirven entonces la Iglesia y los sacramentos?”

Homilías Dominicales – Domingo 12 de Julio de 2015  – 15 durante el año litúrgico (ciclo”B”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mc.6,7-13)

Jesús llamó un día, a los Doce y los envió de dos en dos, comunicándoles el poder de expulsar a los espíritus impuros.  Les ordenó que no llevaran para el camino más que un bastón, que no llevaran pan, ni alforja, ni dinero. Que fueran calzados con sandalias y no llevaran dos túnicas. Les dijo también : quédense en la casa donde les den alojamiento, hasta el momento de partir. Si en un lugar no los reciben y la gente no los escucha, sacudan hasta el polvo de sus pìes en testimonio contra ellos. Ellos se fueron a predicar, exhortando a la conversión y curando a numerosos enfermos con la unción del óleo.

 

Síntesis de la homilía

Después de haber presentado  el grupo de discípulos a sus parientes de Nazaret, como un anticipo de lo que podría sucederles a ellos si continuaban acompañándolo, Jesús los envía de dos en dos considerándolos capaces de expulsar  espíritus inmundos.

La idea de que todo mal individual o social provenía de la acción de espíritus malignos se expresa en estas palabras de Jesús enviando a los discípulos a cumplir con la misión y vocación que él entiende haber recibido del Padre. Les infunde confianza para esa lucha y los previene para que sepan que los van a rechazar, dándoles instrucciones de sentido común para no resultar onerosos a los que les brinden hospedaje así como no excederse en la molestia cuando se nieguen a recibirlos y simplemente marchen a otro destino dejando como única venganza hasta elm polvo que recogieron son sus sandalias.

A esa actitud de humilde confianza en el mensaje que se lleva, convencidos de que se trata de la voluntad de

Dios para orientar la marcha del ser humano hacia su felicidad y realización, obedece la prohibición de llevar cualquiera de los elementos significativos del poder que es sentido de superioridad y menosprecio de los demás. Sólo un bastón como símbolo de su debilidad.

Con respecto a la misión de Jesús, Marcos expresa el resultado de lo que llamaríamos la “misión de nazaret”. Indudablemente fue un fracaso. No expresa,  sin embargo, el evangelista, el resultado de esta misión de los Doce que , al parecer fue también un fracaso en cuanto al logro de conversiones, por más que a la vuelta la enumeración de lo hecho incluye la victoria sobre los espìritus inmundos.

El detalle “de dos  en dos” no parece corresponder a que los Doce fueron divididos en seis grupos. Considerando que era muy raro para los judíos que se desplazaran por los caminos dos varones solos

lo más normal es pensar que cada uno de los apóstoles o los discípulos fuera acompañado de su pareja, como resulta más claro en el relato de Lucas en que los enviados con las mismas características e instrucciones son setenta y dos discípulos

Estos envíos de Jesús adiestrando a los discípulos para lo que él les encomendaría en los últimos días de su vida y los apóstoles revivirían después de su muerte en los  “mensajes del resucitado”, tienen su resonancia a través del tiempo en  los numerosos “misioneros” que desde distintas iglesia o congregaciones cristianas

han afrontado la responsabilidad de trasmitir la buena noticia del evangelio de Jesús que es reclamo y camino de liberación, despertando actividades de victoria sobre los espíritus inmundos de la opresión, la injusticia, la mentira, o la falta de respeto a la dignidad de cada ser humano.

Una tarea que, respondiendo a la  acertada previsión de Jesús engendró mártires, muchas veces cruentos y y por que  fueron asesinados por los “espíritus inmundos” y, en otras oportunidades, porque incluso la Iglesia los desplazó considerando su causa demasiado complicada con lo temporal en comparación con el mensaje de Jesús errónamente considerado netamente espiritual.

Las nuevas teologías calificadas como de la “liberación” constituyen todavía un reclamo de una acción definida y clara de la Iglesia y las iglesias en favor del cumplimiento de la misión liberadora de la vida de Jesús encomendada a sus enviados para dar cumplimiento a lo que él mis recibió como vocación del Padre.

 

¿Qué es y qué hay detrás de una CANONIZACION? Por Guillermo “Quito” Mariani

 ¿Qué es? Para muchos resulta algo misterioso, que produce una especie de estremecimiento mundial con ceremonias multitudinarias, para proclamar que alguien es un SANTO. Esto, en realidad, supone todo un proceso de investigación en la historia de vida y costumbres de la persona de que se trata, hasta considerarla primero como “siervo o sierva de Dios”. Desde allí se continúa investigando y recibiendo juicios hasta que el SUMO PONTIFICE (la Iglesia sigue siendo monarquía) decreta la BEATIFICACION, que es lo primero se celebra solemnemente. Para entonces, la investigación tiene que haber constatado  dos “milagros” o sea intervenciones expresas de Dios para probar la santidad del investigado. Estos hechos resultan seleccionados entre los numerosos testimonios que llegan al Vaticano, intercediendo por la canonización. Se deja pasar un tiempo (corto a veces y normalmente largo) para que producidos y examinados otros tres hechos milagrosos se decida finalmente la CANONIZACION Con lo cual queda asegurado para los católicos del mundo que la persona de que se trata ha logrado situarse en la presencia de Dios para siempre. “Está en el cielo” se dice vulgarmente.

Esto ciertamente huele a “cuento” y fantasía. Para algunos “misterio”. Vamos a tratar de dilucidar el “misterio” o explicar el “cuento”, recorriendo previamente la ruta seguida en la historia de la Iglesia, por las “canonizaciones”  (inclusión en la lista de los muertos que están en presencia de Dios, y son santos, por su excelencia de vida, y son también por eso, modelos  para los fieles)

El grupo social que es la Iglesia, puede afirmarse, se expresa en su santoral. Allí se entreveran: las características de una época; los diversos intereses de la institución y sus personajes; las influencias y ambiciones de dominio y poder; las ventajas económicas; la superación de las manchas inocultables con destellos de luz emanados de la misma fuente institucional; la variante influencia de la autoridad monárquica que determina y opta con actitud infalible…etc. Y, en este amasijo polimorfo, entran con su historia, las CANONIZACIONES.

En los primeros tiempos, la decisión de venerar a un difunto tributándole un culto público se tomaba por decisión popular, por consentimiento natural y multitudinario sobre sus virtudes. El origen de este criterio puede ponerse en el reconocimiento de la hazaña de los mártires. Cuando los cristianos a partir del siglo cuarto, dejan de ser perseguidos y se convierten en perseguidores, la santidad se traslada a otros personajes (monjes, ascetas, benefactores, gente piadosa…)

Recién en el siglo X un Papa canoniza a un santo. Juan XV al obispo Ulrico. Bastante más tarde, en el siglo XVII se dicta una normativa oficial para el proceso. La historia muestra con mucha claridad cómo el poder religioso se fue transformando en poder político. Y esa característica comenzó a mostrarse en las canonizaciones que iban reflejando los intereses de la institución en esos momentos. La canonización de un emperador se encamina a proponer como modelo a un gobernante político sumiso a la Santa Sede. Así  como la de Tomás Becket en 1973 , significó que la Iglesia elevaba a los altares a un obispo rebelado contra Enrique II.

Juan Pablo II canonizó una cantidad de santos superior a la de todos sus predecesores juntos. Su ideal:  mantener todas las características de la religión tradicional, anterior al Vaticano II. La rápida (contra toda regla) canonización de Jose María Escrivá de Balaguer, fundador del Opus, tiene en ese objetivo del Papa, parte de su explicación.

Hay otro aspecto, marginado con frecuencia, que es el económico. Ya con respecto a la importancia adquirida por el Opus en el pontificado de Juan Pablo II, tomó estado público la gran influencia ejercida por esta  Opus en la solución del escándalo del banco Ambrosiano, con el aporte de dinero influencia para sacar a Vaticano de esa circunstancia de quiebra desprestigiante y delictiva. Pero las canonizaciones mueven mucho dinero. Es muy difícil saber cuánto dinero “cuesta” un santo. Pero se trata de un  negocio parecido al de las indulgencias, a propósito de “la condenación en suspenso” del Purgatorio.

Pero, quizás lo más importante es que, además de alejarse del sentido evangélico de la santidad, se ha perdido el sentido original de este título concedido  a algunos de los fieles difuntos. La primera Iglesia lo usó para destacar la vida ejemplar de esos cristianos encajados en el mundo y comprometidos de diversos modos con su liberación. La importancia de las celebraciones litúrgicas de las canonizaciones ha ensombrecido ese primer objetivo justo y evangélico, para convertirlo simplemente en intercesor ante Dios (absolutamente innecesario porque el Padre nos ama sin necesidad de “cuñas”), aumentando así el sentido de sumisión, promesas y cumplimiento de las mismas con importantes dispendios económicos.

Las “beatificaciones” de Francisco, han escapado relativamente a las principales objeciones formuladas en mi reflexión. Brochero, inmerso en la realidad de su pueblo hasta el heroísmo.  Romero cuya historia hace vislumbrar una admisión de la santidad política (comprometida con la justicia y la fraternidad) El martirio es aquí el gran argumento y entonces se desdibujan las exigencias de hechos milagrosos requeridos reglamentariamente. No falta quien , sin embargo, afirma que el motivo fundamental es haber sido asesinado mientras celebraba la eucaristía. En otros casos, como Angelelli, Rutilio Grande, los mártires de Chamical y los de la universidad salvadoreña, como también Mujica, no pasarán la prueba porque no fueron muertos en expresa manifestación de fe católica.

Digamos, por otra parte,  que es mejor que así sea, porque vuelve a tratarse, a Dios gracias, de Canonizaciones populares,  que ganan en autenticidad.

 

¿Es de los padres la culpa? Por Guillermo “Quito” Mariani

Creo que entre las relaciones humanas, la más completa es la de hijos. Es difícil calificar ordenadamente los puntos salientes de cada una de esas relaciones,  encaminadas todas a lograr felicidad y realización personal y social. Muchas veces se me ocurre pensar que la mejor, la más completa es la de ser, saberse y sentirse hijo. Se puede hablar de satisfacciones más intensas momentánea o transitoriamente, como las de ser padres, ser amigos, ser esposos, ser novios. Pero todas ellas, además de la satisfacción y seguridad que engendran necesitan ser cuidadas, alimentadas, recuperadas, recicladas constantemente. “recauchutadas” diríamos,  con un término más ordinario y callejero. La de los hijos tiene, en eso, un lugar excepcional. Porque el hijo siempre es hijo. No sólo biológicamente, sino espiritualmente, sentimentalmente, demandante desde lo más íntimo.

Por eso quizás Jesús de Nazaret no encontró mejor recurso para afirmar nuestra dignidad humana al mismo tiempo que nuestra responsabilidad, que el de situarnos en la posición de hijos, cambiando el nombre de Dios, en los tres primeros evangelios, por el de “Padre”,  para establecer el tipo de relación con nosotros del que es origen y creador de todo.

Y eso, a la vez que produce, seguridad, compañía en toda circunstancia, fuente de comprensión y protección en las múltiples y variantes circunstancias de la vida, habla de la grandeza de la función paterno maternal, sin la que toda esa realización y fuente de felicidad que supone ser hijos, carecería de fundamento.

Celebrar un “día del padre” no es sacar del depósito una cosa olvidada y lejana. Es, para los hijos, darle fuerza a la gratitud que ennoblece y agranda a quien la brinda, y también prepararse para cumplir esa función con acierto y felicidad en el futuro.

La tarea de los padres ha pasado por distintas etapas, siguiendo la evolución de los tiempos. En culturas patriarcales significó poder (dominio) Al revelarse el sentido de la ternura como generadora de energías para mantener y defender la vida, la presencia femenina de la madre, cobró importancia. Las influencias de la interacción familiar pasaron entonces por muchas variantes. Una novedad de la psicología profunda fue descubrir que esas influencias tenían una crecida importancia en la formación  de la personalidad de los hijos y su realización  en el futuro.

Se pasó a establecer una especie de consigna especial en la relación familiar, para la educación: la formación en el aprecio y la práctica de los valores relacionales. Se descubrieron, más adelante, características a veces irreversibles,  heredadas de situaciones vividas en la infancia y el clima familiar. Se hizo una especie de costumbre generalizada y sin demasiado preocupación por fundamentarla con argumentos y experiencias, de que casi siempre que los hijos fallaban, había que investigar los errores de los padres. Y esto alteró de una manera significativa, en un contexto bastante amplio, el aprecio de los hijos con respecto a los padres, con la exigencia de una perfección absoluta (que no posee ningún humano) en el cumplimiento de su misión.

Las exigencias de la especialización laboral, condición indispensable para el progreso tecnológico y el bienestar social, llevó a naturalizar las distancias geográficas que separaron a los miembros de las familias,  disminuyendo a veces de manera significativa los vínculos afectivos,  influyentes en la conducta y el sentido de seguridad.

La responsabilidad atribuida a los padres por quienes se quejan de la falta de educación (diferente de “información”) de los jóvenes, resulta así, una injusticia porque es una falsedad. El sistema y los medios de comunicación tecnológicamente centrados en aparatos estrictamente individuales y sofisticados, han robado  los hijos, a la familia, con una cantidad de recursos que contribuyen a alejarlos cada día más.

A muchos padres no les cabe ya otra solución que la de resignarse a que los jóvenes sigan sus caminos con todas las deficiencias que ellos descubren. Y se va produciendo una actitud contagiosa: no se puede cambiar lo que ellos adoptan influenciados por el consumismo individualista. No nos queda otra cosa que  tratar de vivir con los esquemas tradicionales de responsabilidad y trabajo, para estar listos cuando ellos, los hijos, los necesiten.  Creo que realmente ¡los necesitarán en algún momento! Y no dudarán en acudir a ese puerto siempre abierto para recalar e impulsar la continuidad de la marcha.

Normalmente es fácil encontrar padres “demasiado” padres. Ojalá se multiplicaran los hijos “demasiado” hijos.

El retorno del samurái. Por Ernesto Kaplan

El caso del trabajador de barrio Cerro Norte que el viernes pasado se defendió durante un violento asalto en su vivienda con una espada del tipo “catana”, un sable japonés utilizado por los samuráis, adquirió una repercusión inusitada en un momento de suma sensibilidad por la creciente ola delictiva y de violencia urbana que afronta la ciudad de Córdoba. Los oportunistas de siempre aprovecharon la ocasión para viralizar las fotografías de los tres ladrones heridos; un videojuego humorístico; y hasta una canción en ritmo cuartetero con el objetivo de homenajear a “la original forma de justicia por mano propia”. El hecho puede parecer gracioso pero no lo es.

En plena campaña con miras a las elecciones provinciales del 5 de julio próximo, el mencionado robo desató un vendaval político, con protestas vecinales y acusaciones cruzadas entre el jefe de Policía, Julio César Suárez, y miembros de la justicia cordobesa. El titular de la fuerza de seguridad lanzó un planteo para la tribuna, al advertir que los delincuentes son detenidos y excarcelados con llamativa celeridad, por lo que reclamó una modificación de las leyes vigentes. En contrapartida, el fiscal General de la Provincia, Alejandro Moyano, y el presidente de la Asociación de Magistrados, Luis Paoloni, negaron la presunta existencia de una “puerta giratoria” y aclararon que los fiscales y jueces penales “actúan de acuerdo con la ley y la jurisprudencia” marcada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
El titular del Ministerio Público Fiscal fue más allá y criticó la facilidad que tiene Suárez para “generalizar”, y agrego yo, estigmatizar a las clases populares. En sus recientes cuestionamientos, Moyano aludió a otro contrapunto que mantuvo el año pasado con el jefe de Policía cuando se pusieron en marcha los polémicos operativos de saturación callejera, como respuesta al acuartelamiento y los posteriores saqueos de diciembre de 2013. En ese período, el mandamás de los uniformados dio por sentado que los motociclistas detenidos eran malhechores o “motochorros”, lo que disparó la réplica verbal del fiscal General, quien le recordó que había que esperar los juicios y las condenas para llegar a semejantes conclusiones.

La gran Blumberg
El ejemplo de lo que está aconteciendo en Córdoba es válido para toda la Argentina, donde cada tanto se producen delitos que conmueven a la opinión pública, y provocan reacciones emocionales peligrosas, debido a que son arrebatos que motivan demandas de reformas de fondo hechas en caliente. En ese sentido, cabe evocar a modo de ejemplo el secuestro y posterior asesinato de Axel Blumberg, que en 2004 habilitó un arsenal de disparates. El padre de dicho joven, el tristemente célebre “ingeniero” Juan Carlos Blumberg, se convirtió de la noche a la mañana en un superhéroe mediático que forzó reformas brutales en la legislación penal. Por más que el paso del tiempo desnudó la verdadera naturaleza de ese empresario, en el presente debiéramos hacer memoria y tener cuidado a la hora de instar a que se aplique la mano dura, sobre todo si se está ejerciendo un cargo de relevancia en la administración pública.
Lo que ocurre en la actualidad es una consecuencia directa de un discurso político, mediático y social exacerbado, que ubica a la “inseguridad” como tema prioritario de la campaña sin tener en cuenta que hay problemáticas estructurales bastante más complejas, a las que haré mención sobre el final de esta columna. Si bien existen hechos puntuales y serios en materia de robos, la repetición mediática de esos acontecimientos y el abordaje detallado de los aspectos más escabrosos, como puede ser la exhibición de las imágenes de los maleantes “ajusticiados” por el llamado samurái cordobés, ha contribuido a crear un clima de miedo muy arraigado en la sociedad. Ese temor latente genera a su vez la proliferación de comunidades. Los grupos de habitantes indignados o preocupados por la inseguridad que aparecen en Facebook o en los celulares, a través de WhatsApp, son congregaciones que buscan contener la impotencia que muchas veces existe frente a la carencia de respuestas por parte de los distintos resortes del Estado. El inconveniente radica en que esos actores de la sociedad civil creen tener la legitimidad para asumir posturas y solicitar reacciones antidemocráticas.
Es cuanto menos preocupante dar por sentado que la defensa de la propiedad privada sigue estando por encima de la vida. Esto es posible mediante posturas inflexibles como las del jefe de Policía, que reclama normas más severas para encerrar en las cárceles a los delincuentes sin un proyecto de reinserción, o respalda las detenciones arbitrarias de miles de jóvenes y motociclistas por portación de rostro o de cilindrada. De esa manera, lo que está haciendo es avalar una concepción discriminatoria y arcaica que genera un “nosotros” (la ciudadanía) opuesto a un “ellos” que tiene que ser silenciado (los asaltantes).
Así es como las muertes de cientos de jóvenes en las barriadas periféricas de nuestra ciudad pasan prácticamente desapercibidas. Esos crímenes entre adolescentes que dirimen sus diferencias por medio de las armas son parte de una triste estadística que no asoma en la agenda de prioridades de  los candidatos. Entre 2013 y 2014, esta capital fue testigo de 175 homicidios de esa índole. Sin embargo, esas muertes pasan sin dejar rastro. El trasfondo de este crudo panorama en las zonas consideradas “rojas” por la Policía, tales como Marqués Anexo; Villa El Libertador; San Roque; Bella Vista y Villa Martínez, sólo por mencionar algunas, no es otro que una consecuencia directa de una planificación ordenada de la exclusión.
Como se sabe, el principal eje argumental de los cruzados vecinos, comunicadores y funcionarios es atacar la inseguridad, sin divisar que estamos ante un fenómeno pluricausal. Todos los que exigen mano de hierro para la delincuencia insisten en separar los tantos entre  “la gente” y los malvivientes. Al mismo tiempo, se centran en un conjunto de delitos, tal vez porque otros son, con frecuencia, cometidos por quienes ellos llaman “gente”. Hasta hace algún tiempo, los delitos sexuales o los femicidios eran ninguneados por los medios de comunicación concentrados por la sencilla razón de que eran hechos intrafamiliares o cometidos por personas cercanas a las víctimas, con los que no era conveniente meterse. Afortunadamente, esa visión está cambiando. Tampoco entran en la barrida los delitos económicos o de guante blanco. Los empresarios que evaden impuestos o que promueven el trabajo informal no dejan de ser “gente” para ciertos sectores del denominado Partido Conservador Cordobés.
Cuando los gobiernos invierten cada vez más fondos en cámaras, uniformados, patrullajes y control, en especial en los barrios de la clase media, la percepción vecinal es que una porción de la policía está vinculada al delito. La causa del narcoescándalo así lo demuestra. Al respecto, se llega a una conclusión que, pese a ser conocida, no deja de alarmar. Y es que aún no se vislumbra una estrategia de abordaje integral sobre este flagelo.
Lo que se requiere es definir un plan de recuperación global de las barriadas periféricas para que se fortalezca la presencia estatal y la participación comunitaria con el propósito de avanzar en una solución a los problemas más serios y recurrentes: la carencia de servicios básicos en materia de salud, transporte o higiene urbana; la precariedad habitacional; las adicciones; la violencia de género; o la ausencia de un proyecto de vida para los más de 92.000 jóvenes que no estudian ni trabajan en Córdoba. De acuerdo a lo informado en diciembre del año pasado por la Dirección General de Estadística y Censos de la Provincia, esa cifra representa el 15 por ciento de la población total de las personas de entre 14 y 24 años. Todos estos datos deberían ser tenidos en cuenta antes de salir a pedir más barrotes en las penitenciarías y más sablazos para los delincuentes.

Fuente: Hoy Día Córdoba

ekaplan@hoydiacordoba.info

@ernestkaplan

Siempre algo queda… pero es suicida. Por Guillermo “Quito” Mariani

El dicho popular posiblemente anónimo, pero atribuido generalmente al “diablo” asesorando a Lutero

aconseja: “Miente, miente, que algo queda”. Pero no hace falta el recurso a ese personaje mítico para guiarse por esa sentencia popular. Bastan los intereses financieros y las posibilidades publicitarias de cualquier empresa. A eso se debe que nuestro clima comunicacional esté hoy gravemente viciado por la mentira. Una mentira rastrera, descuidada, que no respeta límites pero ni siquiera es moderadamente astuta. Rige en todos los niveles y provoca toda clase de agresiones.

En la VII Cumbre de las Américas en Panamá, la sinceridad, que intenta desbaratar los enredos de la mentira en todos los niveles sociales, financieros, políticos, nacionales e internacionales tuvo una valiosa y clara alusión en los discursos de varios participantes. Entre ellos el de la presidenta argentina.

 

La sonrisa aparentemente franca y distendida del presidente Obama en la foto de los presidentes encuentristas, no expresa (más bien disimula) los “apretones” recibidos desde la sinceridad de los expositores.

1)Le llamaron la atención sobre la realidad de los países más consumidores de droga, (incluyendo el que el preside). Los más desarrollados, donde se albergan los paraísos fiscales , son los que descargan el delito de su consumo irrefrenable, sobre la culpa que amerita persecución y muerte en los países productores. Esto supone el cinismo de ignorar los efectos de la financiación que reporta un beneficio al menos veinte veces superior a esos países que el logrado por los productores.

2) Pusieron también el acento en el invento de intenciones y medios amenazantes de la seguridad, con la que el pais del Norte arrasó Irack y pretende extender su dominio penalizante, a través del mundo, sobre las naciones que no se convierten en cómplices de sus intereses. El caso de Venezuela sirvió de ejemplo patético para esta denuncia.

3)Se atrevieron a demitificar la euforia de la admisión de Cuba en la gran asamblea americana, señalando que no se debía a un cambio producido desde una actitud democrática y humanitaria, sino a la empecinada lucha de la Isla sostenida por otros países, víctimas de actitudes semejantes. Sesenta años de lucha, rompieron la muralla que todavía muestra indicios de la gravedad económica y política del bloqueo.

4) El recurso fácil de mirar al futuro e iluminarlo con promesas, no engañó a los oradores como Cristina, que mostrando el ejemplo de la “memoria argentina” en la justicia para recordar y evitar la repetición del pasado, no admitió ninguno de los muchos argumentos tranquilizadores de olvidar el pasado y preocuparse sólo del futuro.

5)Ni faltó la alusión a los “golpes suaves” con que fueron afectados Ecuador, Paraguay, Venezuela y están siempre “ a la orden “ frente a los países que defienden empeñosamente su independencia, como Argentina, en la que el clima opositor ha creído y sostenido muchas veces que era necesaria y se acercaba la destitución del gobierno nacional y su proyecto social.

 

Creo realmente que la sinceridad de estos planteos, ha superado la fuerza de las mentiras diplomáticas o explotadoras. Y que esto constituye un síntoma de que, a pesar de que toda mentira insistida, siempre deja algunos desperdicios, para ser recogidos por los “basureros” , también lleva el germen de destrucción para los que la usan con demasiado confianza en su eficacia.

 

Como ha sucedido son el episodio tan agitado por Clarín blandiendo con toda seguridad la acusación de los depósitos de Máximo Kirchner y Nilda Garré en el exterior, que ascenderían, con lujo de detalles, a $41.000.000 de dólares destinados a comprar  desde Irán , la impunidad para los sospechosos del atentado de la Amia. Todos los detalles estaban muy claros para el “gran diario argentino”… menos las fuentes, que nunca aparecieron. Seguramente, todo esto seguirá siendo agitado por los “clarinistas” pero, en realidad resulta suicida eso de haber sido desmentidos por el CNB que absorbió al Felton de Delaware y con toda claridad negó la existencia de esos depósitos. Permitirá sin embargo seguir insistiendo, desde sus grandes títulos, a quienes se juzgan impunes ante la Justicia y creen que pueden seguir mintiendo y denunciando sin límites en este   río turbio de la causa Nisman, con los recursos de la Dra. Arroyo Salgado que no quiere que sus hijas tengan mal recuerdo de su padre y seguirá removiendo cielo y tierra para encontrar un asesino, con la valiosa ayuda de la publicidad y las múltiples declaraciones fomentadas por   Nelson Castro y Mirta Legrand.

De todos modos aunque Clarín se esté suicidando con la táctica de la mentira, siempre habrá alguien que defienda judicialmente que “no se suicidó” sino que “lo asesinaron”.

No quiero concluir sin recomendar la lectura del comentario de Silvio Rodríguez que también estuvo como invitado en la Cumbre de las Américas, acerca del resultado final de la Asamblea.

 

La política del “jiu-jitsu” (arte de la suavidad) Por Guillermo “Quito” Mariani

Se trata de una característica social que estamos viviendo sin darnos cuenta y que ya hace tiempo, ha sido calificada como “golpe blando”.

La Albert Einstein Institution que data de los ochenta, es una “respetable” institución estadounidense con un objetivo inobjetable:  “democratizar al mundo sin  violencia”

Y bajo este lema y aquella técnica de lucha japonesa, la acción que se desarrolla con febril actividad y a veces con temible eficacia es la de derrocar gobiernos que no practican la debida sumisión a las exigencias e intereses del capitalismo mundial presidido por el dinero y las armas de la Nación del norte.

Es una receta sabiamente confeccionada con un perfecto “análisis de mercado” de la sociedad actual y que, sin expresa aprobación de ningún gobierno, se viene aplicando desde la oscuridad y las apariencias magistralmente engañosas del método.

El secreto consiste fundamentalmente en la manipulación de los conflictos sociales, usando del recurso inigualable de la prensa complicada con el sistema, para orientar esos conflictos hacia la caída estrepitosa de los gobiernos rebeldes a las órdenes del poder internacional de las grandes empresas e instituciones económicas bancarias.

 

Con pequeños globos de ensayo para averiguar la sensibilidad de la población, a las sugerencias de cambios de gobierno, y un buen catálogo de la frecuencia y relativamente fácil admisión resignada de esos cambios en América Latina, el método encontró prontamente posibilidades de aplicación. Para que no haya dificultades de práctica el “manuel de uso” está a la mano traducido en todos los idiomas.

 

Hay que comenzar difundiendo a diestra y siniestra la calificación de “dictadura”, a propósito de las decisiones imprescindibles que los gobiernos populares tienen que adoptar para mantener sus proyectos en beneficio de la auténtica democratización que supone mayor justicia  en la distribución de los bienes y mayor participación en los beneficios de salud y salarios por parte de los más débiles, con una igualización que vaya abarcando todos los niveles y situaciones de la sociedad concreta. La repetición constante de esa calificación, sin necesidad de argumentos, tarde o temprano da sus frutos.

 

El segundo paso es el fomento de las protestas, desde todos los sectores sociales.

No  hay que descuidar ninguna de las deficiencias que motivan estas protestas y darles publicidad por las redes para que siempre parezcan multitudinarias.

 

Es importante en tercer lugar, ridiculizar las posibles colaboraciones y adhesiones de personas y grupos y clases sociales importantes por la cantidad o por el poder de sus integrantes. Lograr que toda colaboración se califique como complicidad con el gobierno.

 

Cuarta instrucción “Abundar en denuncias publicitadas por todos los medios, acusando de distintos modos de corrupción a funcionarios de todo nivel. Contar con la colaboración de la justicia dispuesta a informar con abundancia los supuestos delitos denunciados para obtener antes y por sobre  las retrasadas definiciones judiciales, una condena de la opinión pública.

Finalmente, la intervención con ofertas y favores en los distintos sectores del poder y, en particular en el Legislativo y Judicial, para fomentar el descrédito de las leyes y la dilación de las investigaciones y sentencias judiciales.

 

Es la suavidad del “jiu-jitsu”, de “la revolución en paz” y un modo extraño de democratización que consiste en utilizar los mismos elementos que caracterizan a la democracia: libertades personales, respeto de las mayorías, proyectos igualitarios en el respeto a los derechos de todos,

expresiones populares de aceptación o rechazo de las decisiones gubernamentales… para corromperla , desnaturalizando estos principios sociales y absolutizando el valor de capitales que pueden, utilizando tácticas modernas de “lavado social de cerebros”, mediante el manejo de la información, convencer de los grandes inconvenientes de una organización realmente democrática.

El manual  de aplicación se debe al profesor filósofo y político Gene Sharp (la palabra significa en inglés “ácido, destructivo..”) creador del método suave y blando para derrocar gobiernos. Y se llama: “Política de la acción no violenta”. Por si desea adquirirlo.