Domingo 26 de diciembre de 2010 – Festividad de la sagrada familia de Jesús (ciclo “A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Lc. 2,41-52)

María y José llevan por primera vez a su hijo a la celebración de la Pascua en Jerusalén. Tiene 12 años. Al volverse, sin que lo sospecharan, el niño se queda en Jerusalén. En el camino notan su ausencia y lo buscan desesperadamente entre los conocidos hasta que, sin encontrarlo, deciden regresar a Jerusalén. Allí está escuchando y haciendo preguntas a los doctores de la Ley, dejando admirados a todos por sus inquietudes. Sorprendidos sus padres se acercaron y María lo reprendió diciendo “hijo, ¿por que te has portado así preocupándonos a tu padre y a mí que te hemos estado buscando durante tres días?”. El les respondió: ¿Por qué me buscaban? ¿No se dieron cuenta de que yo quería estar en la casa de mi Padre?

Ellos no entendieron esa respuesta y Jesús emprendió el regreso con ellos a Nazaret y les obedeció en todo. Su madre guardaba estas cosas en su corazón. Y Jesús seguía creciendo  es estatura y en su relación con Dios y con los hombres.

Síntesis de la homilía

Si nos animamos a desacralizar este relato de Lucas nos damos con la realidad de la familia de Jesús igual a la de todas las de su tiempo. Padres ligados a las tradiciones religiosas, hijo ansioso de independencia para salir de la mediocridad del ambiente pueblerino de Nazaret, molestia de los padres al no comprender las decisiones de Jesús en la proximidad de la ceremonia del Bar Mitzvah que lo hacía mayor, reprensión cariñosa pero firme de la madre ante la conducta del hijo que había prescindido de su dolor, Jesús reconociendo su falla y enmendándola con obediencia hogareña, curiosidad de un niño de su edad por escuchar y hacer preguntas a los maestros de la ley antes de que en la Mitzvah se las hicieran a él.

Si pensamos que las fuentes de Lucas para contarnos todo esto no pueden haber sido muy exactas nos damos con que evidentemente su intento era argumentar a favor de la misión divina de Jesús concretada en este simple modo de ser hombre como todos que iba creciendo física y espiritualmente a medida que pasaba el tiempo. Quizás este relato de Lucas que hemos escuchado tantas veces y hemos interpretado sólo como una prueba de la divinidad de Jesús, adquiera todo su valor si dejando de lado lo de “sagrado” que es una calificación usada por la iglesia para desautorizar cualquier interpretación, ponemos nuestra atención en todos los detalles humanos aportados por Lucas. Porque allí nos sentimos identificados con Jesús en las etapas de nuestra vida, en las limitaciones y fallas de cada período, en la conciencia de una misión como resultado de examinar las circunstancias personales y sociales, en la manera de instalarse Dios en nuestra historia para revalorizar todo lo conseguido de humanización en el pasado e impulsar hacia un futuro de plenitud. Y este modo de responder a Dios desde la realidad humana nos coloca de pie, conocedores de  nuestras posibilidades y limitaciones, pero prontos para rendir todo lo que entendemos en cada circunstancia que nos acerca al cumplimiento de esa misión de Jesús que hemos aceptado compartir.

Guardar las cosas en el corazón es costumbre y cualidad de las madres. María también lo hacía gozosa de esperar que lo que no entendía se revelara algún día y que su hijo siguiera madurando para cumplir con lo que Dios le encomendaba.

8 de Diciembre Día de la Comunidad de La Cripta

8 DE DICIEMBRE 2010

20 hs. MISA, en la Fiesta Patronal:

anima los cantos el Coro de nuestra Parroquia

participan con escenas de baile integrantes del Taller de folclore

21 hs. CENA A LA CANASTA

Compartiremos la Mesa comunitaria, trayendo cada participante algo para cenar juntos.

Habrá sidras y pan dulce para el brindis

“Compartir, es construir las esperanzas, los proyectos, la comunidad”

Participemos para compartir

Parroquia Nuestra Señora Del Valle – La Cripta

Sábado 25 de diciembre de 2010 – Fiesta del Nacimiento de Jesús (ciclo “A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Jn.1,1´5 y 9-14)

Desde el principio ya existía la palabra, y se dirigía a Dios y era Dios. Mediante ella existió todo. Sin ella no existió nada. Ella contenía vida y la vida era la luz de los hombres. Esa luz brilla en las tinieblas, que no han logrado extinguirla.

Ella es la luz verdadera que ilumina a todo hombre  que llega a este mundo. Así que la palabra se hizo ser humano, acampó entre nosotros y hemos contemplado su gloria. La que un hijo único recibe de su padre, plenitud de amor y de lealtad.

Síntesis de la homilía

La exaltación de la palabra que realiza el escritor del 4to. Evangelio, es mezcla de poesía y teología. Descubrimiento y revelación. Referida a Jesús de Nazaret, afirma primero su origen divino y luego lo que ya era expresión en su comunidad de fines del siglo Iro, que él mismo era Dios. Un criterio que produjo múltiples enfrentamientos emn la iglesia primitiva y tardó hasta el Concilio de Calcedonia en convertirse en afirmación segura compaginando las dos ideas en conflicto: verdadero Dios y verdadero hombre. Nos vamos a fijar en esta fiesta navideña en el aspecto humano de la palabra porque en primer lugar sólo desde ella  podemos ascender más arriba desde una pobreza que no puede superar la semejanza. Y segundo porque todo lo que afirma el evangelista es realidad sensible en esta palabra que nos construye, nos expresa, nos permite acceder a la verdad compartida, nos revela a nosotros mismos y a los demás y es el vínculo que realiza las más profundas uniones entre  nosotros, que son las afectivas.

Tomar conciencia del valor de ese don de la palabra que nos caracteriza como seres humanos, es imprescindible para basar el sentido de nuestras vidas en lo que es el mensaje de Jesús de Nazaret. Una palabra que no es sólo “flatus vocis”(soplido de voz) sino testimonio de vida y acción liberadoras.

Y Juan nos guía en este intento, identificando a Dios con la palabra. Nada se hace sin ella y por eso es la expresión del poder y del amor. Ella se convierte en luz para iluminar nuestros caminos. Cuando la recibimos, de quienes nos la trasmiten envuelta en el cariño y la responsabilidad de las familia. Cuando la escuchamos de quienes la han alimentado con sus compromisos de vida, convirtiéndola  en experiencia. Cuando la pronunciamos para ordenar nuestros pensamientos e iniciar la creatividad de nuestros razonamientos y afectos. Se trata de un proceso en el que casi sin darnos cuenta nos vamos construyendo como personas. Por eso la indudable influencia de la cultura y todo su entorno en lo que vamos siendo y seremos finalmente en la madurez.

El tropiezo inevitable de encontrarla contagiada con el engaño, la inmadurez, la malicia,

o múltiples forma de opresión, nos alarma y hasta  nos hace sentir impotentes para dejarnos conducir por la luminosidad originaria. Juan sostiene que la oscuridad no podrá extinguirla. Y esto significa un acicate esperanzado en el mantenimiento de nuestras luchas y esfuerzos por hacerla instrumento de la glorificación del ser humano como hijo con Jesús de Nazaret.

Recuperar con estas reflexiones el valor de la palabra, teniendo conciencia de que esto significa una importante colaboración social, es acercarnos a la palabra humana de Jesús. Ciertamente la encontramos muchas veces deteriorada. Para ocultar en vez de revelar, para engañar en lugar de trasmitir la verdad, para ofender en lugar de alentar, para remarcar las ofensas alejándonos de perdonar, para condenar en vez de comprender, para enfermar en lugar de sanar. Una rama de la psicología clínica se designa como “logoterapia”. Nos hace falta una logoterapia social para no seguir enfermándonos de desesperanza y derrotismo.

Domingo 19 de diciembre de 2010 – 4to de Adviento del ciclo “A”. Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mt.1,18-24)

Así nació el mesías. María prometida a José , antes de convivir, se encontró embarazada por obra del Espíritu Santo. José hombre justo no quiso manchar su nombre denunciándola y decidió dejarla secretamente. Pero se le apareció un enviado de Dios que le dijo: José hijo de David no pongas reparos a permanecer con María porque la criatura que está en su vientre proviene del Espìritu Santo. Dará a luz un hijo al que llamarás Jesús porque salvará a su pueblo de los pecados. Esto sucedió para  que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Miren, la virgen ha concebido y dará a luz un hijo al que llamarán Emanuel, que significa Dios con nosotros, Al despertarse José hizo lo que le había dicho el ángel y llevó a María a su casa.

Síntesis de la homilía

Mateo  designa al que va a nacer como mesías. Así comienza siendo fiel a su objetivo de convencer a los judíos de lo que él mismo cree. También por ese motivo recurre al Isaías el gran profeta, para explicar lo que al mismo  José le resultó inexplicable: el embarazo de María, antes de convivir sexualmente. Ese nacimiento que no tenía por qué ser tan especial, se convierte en maravilloso por producirse sin concurso del varón. No hay en Mateo un intento de mostrar la virginidad como superior al matrimonio, (cosa que, con frecuencia se ha sostenido) sino de que se trata de un signo de que, desde allí,

se comienzan a cumplir las promesas de Dios.

El recurso a los sueños para trasmitir los mensajes divinos, es propio de Mateo. Coloca sí en un nivel más creíble que el de la realidad apreciable y enjuiciada  por el ser humano, el misterio de los sueños. Siempre en su afán de mostrar a Jesús como el mesías, superior a Moisés y satisfactor  de las expectativas del pueblo.

No se puede extraer de aquí ningún argumento para valorar los sueños como revelaciones de Dios. Con todo lo misterioso que todavía conservan esas representaciones al margen de la conciencia, contamos con suficientes datos para calificarlos como combinaciones incontrolables del contenido de nuestra subconciencia.

Muy claramente se muestra en este sencillo relato, aparentemente histórico en todos sus detalles, que los narradores de evangelios quieren por encima de todo, trasmitir un mensaje, más que describir hechos reales o superar esos hechos con la interpretación que los convierte en enseñanza y criterio de acción.

La nominación del recién nacido se confía a José que además de ser  el jefe del hogar, lo relaciona con la raíz liberadora de la descendencia de David. Jesús significa salvador. Y más que una intuición de futuro significa para este varón justo, la fidelidad de Dios a sus promesas para con su pueblo.

La  importancia del nombre para la mentalidad judía queda nuevamente resaltada aquí con esta nominación que anticipa la misión que cumplirá el hijo primogénito.

Domingo 12 de diciembre de 2010 3ro. de Adviento (ciclo “A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mt. 11,2-11)

Juan se entera desde la cárcel de las obras que realiza Jesús y envía a sus discípulos a preguntarle si es realmente el esperado. Jesús les responde que cuenten a Juan lo que ellos mismos han estado viendo y oyendo. Ciegos ven, cojos andan, leprosos quedan limpios y sordos son curados. Resucitan muertos y la buena noticia es recibida por los pobres.  ¡Dichoso quien no se escandalice de mí!

Cuando los enviados se alejan Jesús se pone a hablar de Juan preguntando a la gente qué fueron a ver en el desierto ¿una caña sacudida por el viento? ¿un hombre vestido con elegancia? Esos están en las cortes de los reyes. ¿un profeta? Eso es! Y realmente más que profeta. El es de quien está escrito: Miren que yo envío mi mensajero para prepararles un camino (Mal.3,11) Y les aseguro que no ha nacido de mujer nadie más grande que Juan el bautista, pero el más pequeño en el reino de Dios es más grande que él.

Síntesis de la homilía

La situación  de Juan es muy comprometida. Está en la cárcel por una denuncia concreta de irregularidad en la corte, pero  sobre todo, porque está anunciando un reinado que se aproxima con destrucción y castigo para todos los que se oponen.

Recibiendo noticias de que Jesús no anuncia la cercanía de ninguno de esos males aterradores, sino al contrario se comporta bondadosamente con todos, entra en dudas acerca de si se ha equivocado acerca de lo que el creía su misión. Jesús cae enseguida en la cuenta de lo que significan esas preguntas y sin perder la altura y el tono de respeto que lo une a su primo, invita a los enviados a fijarse en lo que pasa a su alrededor. Una cantidad de gente liberada de los males físicos y espirituales que los afligen. Además de todas las curaciones, ayudando a su conclusión, les indica que los pobres reciben una buena noticia y prolonga así el resultado de su acción a lo más profundo del espìritu.

Sabe Jesús que es muy difícil, habiendo recibido la aprobación de multitudes en su discurso sobre la proximidad de un enviado que iba a cortar los árboles de raíz para quemar los estériles, constate en la soledad de la cárcel, que no parece ser ése el mensaje de Jesús, si se atiende a sus obras.

Jesús evita responder lo que podía ser una afirmación teórica acerca de ser o no ser el mesías esperado. Muestra simplemente lo que está pasando, lo que el está haciendo. Magnífico testimonio de un reinado de Dios anunciado e instaurado para favorecer al hombre. Aunque el argumento decisivo para las autoridades de Israel sea una afirmación teórica “se llama el hijo de Dios”, la causa real de la molestia de todos, es y será siempre. que procede en contra de los intereses del imperio y la religión, comprometiéndose con  los oprimidos, los excluidos, los impuros y los pobres.

Luego, cuando los enviados de Juan ya están lejos, ante la posibilidad de que se pensara que él no había tenido en cuenta la convocatoria y la aceptación para con Juan que resultó como una introducción para su propio ingreso en la sociedad con el mensaje nuevo,  se entusiasma mostrando las cualidades personales de su pariente. Sinceridad y firmeza, sencillez y prescindencia de la riqueza y el poder, anunciador de una realidad nueva (de la que él no participó ni con su mente ni con su presencia física)

Así Jesús lo excusa del escándalo que puede haber sufrido recibiendo noticias de sus obras y lo exalta como precursor del reino aunque no más importante que cualquiera de sus realizadores.

Además de sorprendernos por este distanciamiento del proyecto de Juan que Jesús justifica con las obras de toda su vida, tenemos que apreciar el cuidado que pone por reconocer y mostrar las cualidades de la persona y la importancia de su predicación junto con la valentía para atreverse a anunciar una revolución.

En permanente adviento. Por Fray Marcos

Hoy, primer domingo de Adviento, comenzamos un nuevo año litúrgico. El tiempo de adviento se caracteriza por su complicada estructura.

Por una parte recordamos el largísimo tiempo de adviento que precedió a la venida del Mesías. Esta es la causa de que encontremos en el AT tantos textos bellísimos sobre el tema. Fue un tiempo de sucesivas expectativas, porque las promesas no terminaban nunca de cumplirse.

Hay que decir con toda claridad que esas expectativas eran equivocadas, porque suponían una intervención directa, externa y puntual de Dios a favor de un pueblo. Todas las lecturas del AT van en este sentido y pueden despistarnos. Aun entendiendo todas las “profecías-promesas” metafóricamente, no termina de solucionarse el malentendido.

Por otra parte tenemos la aparición histórica de Jesús. Aunque no sabemos ni el día ni el año de su nacimiento, se trata del punto de partida imprescindible para comprender nuestras expectativas como cristianos. Jesús hizo presente el Reino de Dios en su persona, a través de su trayectoria humana.

La primera e imprescindible referencia para nosotros es su vida terrena, por eso empieza el año litúrgico ocupándose de su nacimiento. La preocupación por el “Jesús histórico”, que se ha despertado en nuestro tiempo con tanta fuerza, es el punto de partida para todo lo que podemos decir de Jesús teológicamente. Todo lo que sabemos de Dios nos lo ha manifestado él con su vida terrena.

Jesús no sólo hizo presente el Reino, sino que hizo una propuesta a todos los hombres de todas las naciones, de todas las culturas, de todas las religiones. Se trata de una oferta de salvación definitiva para el hombre. Él quiso indicar, a todos los seres humanos, el camino de la verdaderasalvación.

Celebrar el adviento hoy sería tomar conciencia de esta propuesta de salvación y hacerla realidad. Esa posibilidad de plenitud humana, tenía que ser nuestra verdadera preocupación.

Ebeling decía: lo más real de lo real no es la realidad misma, sino sus posibilidades. Jesús, viviendo a tope una vida humana, desplegó todas las posibilidades encerradas en cada ser humano y propuso esa misma meta para todos.

Hay otro aspecto del adviento que es necesario tener muy claro. Al constatar, siglo tras siglo en la historia de Israel, que las expectativas no se cumplían, se fue retrasando el momento de su ejecución, hasta que se llegó a colocarlo en el final de los tiempos. Surgió así la escatología, un genero literario que nos dice muy poco hoy día.

Es sorprendente que ni siquiera la venida de Jesús se consideró definitiva para los cristianos. Es la mejor prueba de que la salvación que él propuso no nos convence. Por eso los cristianos sintieron la necesidad de inventar una segunda venida que sí traería la salvación que todos esperamos.

Armonizar esta múltiple perspectiva es muy complicado para nosotros hoy. El tiempo anterior a Jesús, la vida terrena de Jesús, nuestra propia realidad histórica y el hipotético futuro escatológico nos puede llevar a una dispersión que convierta el adviento en un batiburrillo que nos impida enfocar bien su celebración.

Creo que lo más urgente para nosotros hoy, es centrarnos en hacer nuestro el mensaje de Jesús y vivir esa posibilidad de plenitud que él vivió y propuso. Partiendo de su vida y su mensaje, debemos tratar de dar sentido a la nuestra.

Recordar su trayectoria humana, empezando por su nacimiento, tiene que espabilarnos y motivarnos para encontrar el camino que nos marcó y que es el único que puede motivarnos para seguir caminando hacia la meta que el alcanzó.

La visión de Isaías es fantástica, pero aún está muy lejos de ser una realidad. Es la utopía que puede mantenernos firmes dentro de una realidad que sigue siendo sangrante. La realidad no debe eliminar la esperanza de un mundo más humano. Debemos aferrarnos a la utopía de que otro mundo es posible.

La esperanza se funda en que Dios no nos puede abandonar ni retirar la oferta de esa plenitud que anhelamos. Esa esperanza, a la que nos invitan las lecturas, no es de futuro sino de presente. La percibimos como de futuro, porque todavía no hemos hecho nuestras todas las posibilidades que tenemos a nuestro alcance.

Lo que comenzó en la primera Navidad estará siempre ahí. La posibilidad de descubrirlo y vivirlo está siempre presente a pesar de que las apariencias puedan desanimarnos.

Pablo nos repite que ya va siendo hora de espabilarse, pero seguimos portándonos como verdaderos insensatos. Seguimos caminando en una dirección equivocada. Las advertencias que hace Pablo a los romanos, son las mismas que tendríamos que hacer hoy: nada de comilonas y borracheras, lujuria y desenfreno, riñas y pendencias. El excesivo cuidado de nuestro cuerpo, fomentará los malos deseos. El hedonismo que pretende el placer inmediato en nuestro proyecto vital, terminará por aniquilar nuestro verdadero ser.

El evangelio nos invita a estar vigilantes. Estar despiertos es la condición mínima indispensable para desarrollar nuestra humanidad. Yo creo que estamos bien despiertos, pero para todo lo terreno y material. Esa excesiva preocupación por lo material, es lo que la Escritura llama “estar dormido”.

Hoy empezamos el Adviento, preparación para la Navidad, pero los grandes almacenes, y todos los medios de comunicación ya hace casi un mes que han empezado su preparación.

Menos de un 15 % de nuestra sociedad escuchará unos minutos cada domingo el anuncio de que Jesús nace, frente a las muchísimas horas que va a soportar la propaganda consumista. ¿Será suficiente para contrarrestar su efecto devastador? Incluso los cristianos sinceros nos sentimos en la necesidad de armonizar el aspecto religioso de este tiempo con la ineludible necesidad de consumir.

Todo lo que nos ha aportado la evolución nos lleva a la comodidad. Solo la parte verdaderamente humana de nuestro ser nos exige esfuerzo y superación. Halagar la parte instintiva es mucho más fácil que espolear el espíritu.

Esta realidad ha sido siempre explotada por todos los dirigentes. Los emperadores romanos ofrecían pan y circo a las masas para que no exigieran otras cosas. Hoy la oferta tranquilizante es fútbol y tele. Los políticos prometen un maravilloso e ilimitado progreso material.

Nuestra religión, olvidando el evangelio, ha caído también en la trampa de una salvación acomodada a las apetencias de la inmensa mayoría. Ofrece al hombre la eliminación de sus limitaciones radicales: el dolor, el pecado, la muerte. Como eso es imposible aquí y ahora, porque son inherentes al ser humano, se ha proyectado la salvación para un más allá, a costa de dejar de ser seres humanos. Pero Dios quiere la plenitud para todos aquí y ahora, mientras aún somos humanos.

Adviento no es solo la preparación para celebrar dignamente un acontecimiento que se produjo hace más de veinte siglos. El adviento debe ser un tiempo de reflexión profunda, que me lleve a ver más claro el sentido que debo dar a toda mi existencia.

No hay tiempos más propicios que otros para afrontar un tema determinado. Soy yo el que tengo que acotar el tiempo que debo dedicar a los asuntos que más me interesan. Y lo que más me debía interesar, tal como nos lo advierte la liturgia, es mi verdadero ser, no mi falso ser.

Dios está viniendo en todo instante, pero sólo el que está verdaderamente despierto se dará cuenta de esa presencia. Si no me espabilo y descubro esa presencia, mi vida puede transcurrir sin enterarme de la mayor riqueza que está a mi alcance.

Dios no tiene que venir en ningún momento ni de ninguna parte, porque es la base y fundamento de mi ser y si se separara de mí un solo instante, mi ser volvería a la nada. Lo que llamamos Dios está en mí como fundamento aunque yo no descubra su presencia. Pero como ser humano, mi más alta posibilidad de plenitud consiste precisamente en descubrir y vivir conscientemente esa realidad. Dios está en todo, pero solo el ser humano se puede enriquecer de esa presencia.

Tampoco tengo que esperar tiempos mejores para poder realizar mi proyecto como persona humana. Si tengo que esperar a que Dios cambie algo o cambien los demás para encontrar mi salvación, es que no he descubierto lo que soy ni lo que es Dios. La salvación que Jesús desplegó y predicó, no está condicionada por circunstancias externas. Aun en las situaciones más adversas, está siempre a nuestro alcance (bienaventuranzas).

En cualquier momento puedo hacer mía esa salvación. En cualquier instante de mi vida puedo descubrir la plenitud en mí. Yo no tengo que esperar que cambie nada. Tengo que descubrir mi salvación en la circunstancia actual que me envuelve. Si no soy capaz de descubrir mi salvación en esta situación en que hoy me encuentro, no seré capaz de descubrirla nunca, porque ningún acontecimiento externo va a provocar ese descubrimiento.

El error en el que estamos instalados, es esperar que esa salvación venga de fuera; y Dios viene siempre desde dentro. Aquí puede que esté la clave para cambiar nuestra mentalidad. Pero preferimos seguir pensando en el Dios todopoderoso que actúa a capricho y desde fuera. De esa manera no hay forma de hacer nuestro el Reino de Dios que está ya dentro de nosotros. Si el encuentro no se produce es porque seguimos dormidos.

Meditación-contemplación

“Daos cuenta del momento en que vivís”.

Se trata de despertar, de tomar conciencia de las posibilidades.

Soy un ser humano, no simple biología.

Mi meta, mi plenitud está más allá de toda materialidad.

…………..

“Comían, bebían, se casaban…” ¿Qué hay de malo en ello?

Lo único malo es poner el objetivo de tu vida en comilonas y borracheras.

El fallo está en vivir enredado en las cosas de este mundo.

………………

“¡Caminemos a la luz del Señor!”

Aun desde las tinieblas, podemos vislumbrar esa luz que nos guíe

si estamos despabilados, bien despiertos y ojo avizor.

No me lo va a pedir el cuerpo. Hay que hacer un esfuerzo.

Pero merece la pena porque en ello nos va la Vida.

Fuente: Lamiarrita

Medios Mártires. Por Guillermo “Quito” Mariani

No se trata de una falsa construcción gramatical como si habláramos de mártires a medias. Se trata de un supuesto total “martirio mediático”. La prensa está resultando víctima de ataques y denuncias muy graves por parte de las naciones sudamericanas que buscan consolidar un proyecto común de liberación y justicia.

La SIP acaba de pronunciarse en la 66 Asamblea general de Mérida (Yucatán), canonizando a los medios de información, al declararlos mártires de la libertad de prensa, precisamente en esos países que están a la cabeza de profundas reformas sociales hacia la igualización democrática. Quedan así demonizados los gobiernos de Argentina, Bolivia, Ecuador, Cuba, Venezuela y Nicaragua que vienen tomando decisiones defensivas legales frente a la virulencia de los ataques de la prensa monopolizada.

En la última cumbre de la UNASUR realizada en Guyana con participación de siete presidentes y cinco cancilleres, el dignatario anfitrión Fernando Correa abogó por que los medios de prensa sin fines de lucro pudieran remplazar a los medios de lucro sin fin. Así definió, en una ingeniosa frase, una situación preocupante para todos. Esos medios, “difamantes” para Correa, “desestabilizantes para Cristina, en “campaña salvaje y extranjerizante” para Chávez, para investigar a los cuales Lugo pide intervención de la ONU, son presentados por la SIP como víctimas de persecución, aludiendo a los recursos legales adoptados por los gobiernos democráticos para mantener sus reformas igualitarias.

Por otra  parte se otorga el Gran Premio SIP a Guillermo Zuloaga presidente de la cadena Globovisión opositora al gobierno venezolano y otros dos premios importantes a Nick, humorista de La Nación y a Gustavo Sierra, periodista de Clarín. No hay en cambio, reconvenciones para Méjico con 14 periodistas asesinados (en su mayoría por reivindicar derechos humanos) durante los cuatro años de gobierno de Calderón ni para la Colombia. Sin números después de la asunción de Santos.

Un análisis somero indica de qué lado está la “imparcialidad” de la SIP.

Resulta interesante por eso, averiguar algunos datos de los integrantes de esta “patronal” de la prensa interamericana. Su directorio está integrado por cinco propietarios de grandes periódicos en Estados Unidos presididos por Earl Maucker director de Sun-Sentinel (el periódico más grande del sur de Florida. Más el vicepresidente primero, dueño de un diario colombiano. No es posible citar nombres y número de medios de prensa al frente de los cuales se desempeñan estos ilustres personajes. Pero de ninguna manera se puede calificar a la Sociedad Interamericana de Prensa, como paladín imparcial de la libertad de expresión.

Habilidosamente desde ella se ha injertado la denominación del periodismo como “cuarto poder”. Y en realidad que, dado que la distribución de noticias se ha convertido en distribución de grandes negocios, han crecido los oligopolios. Así el “pensamiento único” de la tradición disciplinaria judeo cristiana que nos acostumbró a pensar con lo suministrado desde afuera, se ha trasmitido a la prensa capaz de modelar a su conveniencia el pensamiento de todo una sociedad.

Ya no es entonces el cuarto poder. Es en realidad, el poder de los dueños de la verdad. Cuando los Estados democráticos tratan de recuperar las posibilidad de libertad de expresión para todos, los dueños del negocio o atacan furibundos o se victimizan y con la ayuda del prestigio de una gran Organización, se proclaman mártires.

Domingo 5 de diciembre de 2010 2do. De Adviento (ciclo “A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema: (Mt. 3,1-12)

Juan, el bautista, se presenta en el desierto de Judea y proclama su mensaje sobre la cercanía del reino de Dios que tiene que producir el cambio y la conversión de corazón. Evoca al profeta Isaías que se refiere a una voz que clama en el desierto para preparar los caminos del Señor y enderezar sus senderos. Un manto de pelo de camello, un cinturón de cuero y una alimentación con langostas y miel silvestre.

Los judíos de todas partes se acercaban a verlo junto al Jordán y al escucharlo se reconocían pecadores y él los bañaba con el agua del río. Al ver esto, fariseos y saduceos se acercaban a recibir ellos también, ese bautismo. Y él les decía: Raza de víboras! Acaso podrán escapar al castigo que se viene? Muestren frutos de conversión en lugar de gloriarse de que son hijos de Abraham, porque yo les aseguro  que Dios puede sacar hijos de Abraham aun de estas piedras. Fíjense que el hacha está puesta en la raíz de los árboles y ya están cortando y echando al fuego a los que no dan fruto. Yo los bautizo con agua pero viene otro detrás de mí, más poderoso que yo a quien ni le puedo desatar las sandalias, que los bautizará con el fuego. El tiene en sus manos la horquilla para limpiar el trigo y echar al fuego la basura.

Síntesis de la homilía

No es improbable que Juan estuviera a la comunidad de los esenios, una especie de monjes que en el siglo II a.C. habían decidido edificar su propias residencias o monasterios (Qumram era posiblemente uno de esos) en rebeldía con la sociedad judía demasiado influenciada por los  griegos y la debilidad de sus dirigentes que consumaban o toleraban diversas violaciones de la Ley de Moisés.

La severidad de Juan, así como lo silvestre de su vestimenta, responde a la austeridad con que vivían esos monjes en el desierto. Y su ira contra saduceos y fariseos se explica porque siendo ellos los que sostenían el culto y la enseñanza de la ley eran responsables de su decaimiento o falta de cumplimiento.

Como se trataba de tiempos muy cargados de dominación política y económica por parte de Roma, el pueblo estaba constantemente avizorando el horizonte para descubrir el cómo y el cuándo llegaba la liberación anunciada por los profetas.  A eso se debe la gran convocatoria que tiene la proclamación de Juan en el desierto, sobre la llegada del reino, que además se realiza con independencia absoluta de los factores y poderes opresores. Fuera del templo y de la ciudad. Seguramente el anuncio de la proximidad del reino había madurado en sus largos espacios de meditación sobre los acontecimientos que se producían. Y hasta es posible pensar que este aspecto hubiera sido motivo de conversaciones con Jesús su primo. La predicación de este bautizador con agua sagrada del Jordán, está llena de exigencias y amenazas. Entra en la perspectiva muy de moda en tiempos de Jesús, del libro llamado de Los salmos de Salomón que se recitaban casi clandestinamente y que hablan de las venganzas y aniquilamiento por parte de Dios de los enemigos de su pueblo. Se trata de unas oraciones cargadas de crueldades y excesos atribuidos a Dios para imponer definitivamente su reino de colinas allanadas y caminos rectilíneos. Que el hacha está puesta a la raíz es una imagen dura de la ira de Dios que se ensaña también con los dirigentes de su pueblo que no han dado los frutos esperados.

No se puede negar la importancia y sinceridad de la figura de Juan el Bautista. Jesús le ha rendido la más entusiasta alabanza. Entre los hijos de mujer, nadie más excelente que Juan. El testimonio de su vida y su muerte cruenta son argumento irrefutable de su convencimiento y sinceridad. Pero lo que él predica no es el reinado de Dios del que va hablar y va a hacer presente Jesús de Nazaret. Y por eso no es el reinado que se traduce en el cambio de relaciones entre los hombres para hacerlas reflejo del amor de Dios.

La visión de Juan no se ha suprimido en nuestra iglesia y nuestro tiempo. Todavía la forma de conquistar para el reino incluye amenazas, descalificaciones, condenas. Y hasta los viajes del llamado representante de Cristo el pontífice romano se hacen con este signo Visita a Africa prohibiendo los preservativos para evitar el SIDA y a España (condenando el trato igualitario por motivos racistas y sexuales, junto con la posición cerrada a todo debate sobre el propósito de disminuir los abortos y las muertes injustas).

Además de ineficaz, anticristiano y antireinado del Dios de Jesús.

Detrás de una cachetada. Por Guillermo “Quito” Mariani

Lentamente, después de las primeras reacciones de perplejidad de la gente ante la reacción de la sra de Barrionuevo, presidenta de la comisiòn de asuntos constitucionales  de la honorable Camara de Diputados de la nación, aplicando una cachetada (con el puño cerrado)a su colega el diputado Kunkel, la oposición fue alineándose detrás de ella. No se equivocó la sra. Camaño al ofrecer su renuncia si los colegas de la oposición lo pedían así. Sabía que iba a brindar una nueva bandera a ese grupo desorientado que se califica como oposición u opositores, que busca desesperadamente detrás de quién y de qué alinearse. Lo ha ido haciendo detrás de cambiantes líderes ocasionales. La mesa de Enlace, el vicepresidente Cobos, la propuesta o resistencia a leyes de conciencia social e igualitaria, las injurias a la Sra. presidenta, etc.

Las afirmaciones de que la diputada procedió con equidad y justicia (de acuerdo a la sra. Carrió con valentía) ponen en claro que se está buscando un método para dirimir las cuestiones legislativas y es el de la agresión. Vaya y pase, lo de las agresiones verbales que los políticos justifican como “excesos de campaña”, y las mutuas entre los legisladores defendiendo sus posiciones partidarias, pero que se propicie la intervención violenta de la agresión física, no cuadra en personas con alguna madurez de criterio social. El recurso ya olvidado de  Herminio Iglesias, de quemar en el acto de cierre de campaña, un ataúd de la UCR, vuelve a propiciarse  por muchos que lo rechazaron en vistas a su ineficacia para inclinar los votos hacia el candidato peronista. Lo mismo aconteció con el gremialista D´Elía que en Marzpo del 2008 asestó una trompada a quien lo insultaba como negro de m… y groseramente se refería a la sra. Presidenta. Las mismas voces que entonces demonizaron a D`Elía, ahora canonizan a Camaño.

La diputada Carrió con sus calificativos antioficialistas desató en la Comisión de Asuntos Institucionales un debate agrio  y virulento, al que se sumó el  diputado entrerriano con la cita literal de un texto famoso, conocido y a la vez  rechazado por todos, en su oportunidad.

Aunque este episodio no hubiera sido preparado tal cual sucedió, la acritud con que parece gozar Carrió, se encaminaba a desviar el tratamiento del presupuesto hacia estas derivaciones agresivas, en esa pulseada con que la oposición intentó demostrar que mantenía su poder a pesar de  las expresiones populares de entusiasta apoyo al proyecto del gobierno, después de la muerte del expresidente Néstor Kirchner.

Una novedad ha aparecido en los últimos días: La propuesta presidencial de un contrato entre empresas, CGT y gobierno. Una vez más el  intento de responder a las acusaciones de que se decide autoritariamente sin  consulta a los interesados. Ya el Grupo de lo 6, ha expresado suficientemente qué es lo que entiende por acuerdos o pactos. Convenios que protejan sus intereses y tiren por tierra el objetivo principal del proyecto kirchnerista respecto a mejorar la distribución de ingresos. (porque de eso se está tratando en el fondo con todas estas oposiciones a las leyes sociales) La ley de participación en  las ganancias será seguramente oportunidad de  mostrar la fuerza opositora para defender a los más poderosos evasores de impuestos a las ganancias y frustrar ese punto esencial del programa oficial. No obstante el derecho de todos a oponerse a lo que no consideran adecuado es innegable e innegado. Pero, la circunstancia de alinearse, eufórica o tímidamente, detrás de la piña de Camaño buscando desacreditar los proyectos presentados y por presentar, es argumento “manotazo de ahogados”, que no debe seguirse utilizando.

José Guillermo Mariani (pbro)

Como el cangrejo. Guillermo “Quito” Mariani

La visita del Sumo Pontífice, Su Santidad el Papa, o el Santo Padre, a un país católico o a los católicos de un país, constituye un acontecimiento que despierta  expectativas mundiales. Los actos, las actitudes y las palabras son recogidos al detalle o por el fervor de los católicos o por la prensa ávida de novedades. La visita del Papa a España aprovechando la celebración del Año Santo Compostelano que convoca a multitudes de todas partes, cumplió con esas características de manera muy especial. Ya en el vuelo, la primera entrevista sirvió para manifestar una especie de obsesión pontificia con respecto a problemas referidos al sexo,  como el aborto y las relaciones sexuales, que las distintas comunidades están tratando de resolver concretamente.

España es un país tradicionalmente católico. Aunque en muchas oportunidades vacías de sentido cristiano, las celebraciones católicas conservan su majestuosa solemnidad y dan pie a largas manifestaciones, religiosas y no, con exitosa convocatoria turística. En esto hay un conservadurismo que puede calificarse de costumbrismo fundamentalista. A la vez, en el campo laical y clerical cuenta con teólogos que figuran entre los más avanzados quienes, aprovechando  la apertura conciliar para profundizar sus investigaciones, y con sentido crítico estrictamente fundamentado, han dado vuelta muchas de las afirmaciones que sin ser dogmas eran dogmatizadas por el hecho de estar inscriptas en las costumbres y el calendario. La Escritura, la teología, la pastoral, la moral, el derecho, la liturgia, todo ha pasado por la revisión comprometida y profunda de esos estudiosos amantes de la iglesia de Jesús por encima de las estructuras institucionales. Pero el Episcopado es absolutamente conservador. Y hay una parte de la sociedad, en la que se apoyan los obispos, especialmente privilegiada en el  período franquista que, con el Opus Dei a la cabeza, mantiene un conservadurismo militante y agresivo.

En la visita a Santiago en que Joseph Ratzinger, “peregrino de Dios”, cuidó entrar por la puerta santa para ganar la indulgencia plenaria de este año santo, sus palabras sonaron a reprensión por la ola de laicismo y anticlericalismo que se ha lanzado sobre España (omitió analizar las causas y más aun a manifestarlas públicamente a pesar de conocerlas al dedillo) Y afirmó que Europa tiene que volver a Dios (desde luego que en sus labios esto significa someterse nuevamente a la jerarquía eclesiástica)

Revestido con ornamentos riquísimos y ese sombrero gigante que es la Mitra con resabios de la tiara abolida desde Paulo VI, y que como ninguna de los anteriores pontífices tiene marcados los campos de las tres coronas (reino sobre los estados, sobre la iglesia y la sociedad civil), renovó la exhibición del poder de la iglesia católica, centrado en su persona, su trono y su riqueza.

Su arribo a Barcelona lo colocó en un entorno más laical Y en las calles, mientras desfilaba el papamóvil (carruaje inventado por Juan Pablo II, después del atentado contra su vida en  mayo de 1981 en la plaza de san Pedro) cien parejas homosexuales se besaban ostensiblemente, el resto lo abucheaba y los carteles acusaban al Vaticano de causante de la muerte de miles de enfermos de SIDA. El Templo de la Sagrada Familia, obra maestra todavía en construcción, del arq. Antoni Gaudí, dio oportunidad al Papa para enriquecer con simbolismos la arquitectura absolutamente original del templo.

Excelente la advertencia con que el presidente del gobierno español (que en el aeropuerto debió soportar la gritería del centenar de personas que había ido a despedir al Papa, con la consigna “Zapatero reza con nosotros”) recordó al Papa quejoso del laicismo, que España es un estado aconfesional. Además, el comentario periodístico señaló que la convocatoria no llenó las expectativas numéricas que se alimentaban, y un análisis objetivo denuncia una cantidad de causas, provenientes de la misma iglesia.

Cabe preguntarse ¿por qué este empeño de manifestar juicios descalificantes y prescribir autoritariamente conductas controvertidas en estas visitas calificadas de “peregrinaje”? ¿Por qué en Africa ya al comienzo de su visita esa expresión de rechazo y condena al uso de preservativos para evitar el SIDA? ¿No debería el Papa, sin pretensiones autoritarias, respetar al menos los debates en que está empeñada la sociedad,  y dar más lugar a los reales problemas, originados en  las grandes crisis que afectan a los más desprotegidos,  como en el caso de los inmigrantes? Así, no alentaría conductas como la del cardenal Bergoglio que cultivando un doble mensaje, sigue quejándose de la “suficiencia”, “los malos tratos” y el “verduguear” de otros, sin considerar los propios. Todos saben a quienes alude con la actitud fingida de buscar soluciones. Así, en lugar del intento de recuperar una autoridad que va perdiendo fuerza, cada visita suya renovaría la valoración del diálogo y acompañaría los proyectos de justicia y de paz, sin dar esta sensación de que la iglesia sigue marchando a contra pelo y hacia atrás.