ENCUENTRO DE GRUPOS PARROQUIALES – 31 de Julio 2010

APRECIADOS AMIGOS Y AMIGAS:

De distintas formas, quienes reciban este correo participan en actividades de los distintos GRUPOS que conforman nuestra comunidad parroquial.
En distintas oportunidades se ha manifestado que es necesaria una mayor comunicación entre todos, que es importante conocernos mas y saber cada uno en que se desempeñan los demás.
Esta inquietud ha sido asumida por el CONSEJO PASTORAL y también por el Grupo que llamamos de DESARROLLO COMUNITARIO (es un Equipo que está aprendiendo técnicas de participación, integración y elaboración de propuestas comunitarias, para compatir luego con el resto de los Grupos).
Así es que el año pasado se decidió hacer una ENCUESTA a los integrantes de todos los GRUPOS PARROQUIALES.
Participaron en la Encuesta más de 100 personas. Sus resultados ya fueron procesados y constituyen aportes muy valiosos para el presente y futuro de nuestra comunidad. Mas del 90% señaló que debemos conocernos mas entre los integrantes de la comunidad.  Se ha decidido entonces convocar a:

UN ENCUENTRO DE GRUPOS PARROQUIALES QUE TENDRÁ LUGAR EN LA PARROQUIA EL SÁBADO 31 DE JULIO DESDE LAS 14,30 HS. Y HASTA LA MISA DE LA TARDE


Lo comunicamos con tiempo para que todos puedan acomodar sus horarios y participar. Oportunamente enviaremos mas información y detalles.
Por otra parte será ese el DIA DE LA COMUNIDAD que todos los años celebramos en la primera semana de Agosto. De modo que el resto de la gente se reunirá para la Misa y luego compartiremos una CENA A LA CANASTA.

Les agradeceremos que hagan llegar esta comunicación a todos los integrantes de los Grupos que no reciban noticias por e mail. GRACIAS
Padre Víctor y Consejo Pastoral

Domingo 29 de Agosto de 2010 – 22 durante el año litúrgico (ciclo “C”)

Tema: (Lc.14,1 y 7-14)

Cuando te invitan a  un banquete no busque colocarte en el primer lugar  porquen puede llegar un invitado más importantes y entonces, con vergüenza deberás obedecer al dueño de casa que te invita al último lugar disponible. Si haces lo contario, el dueño se acercará para colocarte más arriba y esto te atraerá la alabanza de los presentes. Quien se ensalza a sí mismo termina humillado y quien se considera poco, termina siendo exaltado.

Recomienda además Jesús que cuando invites a un banquete no convoque a amigos, parientes o vecinos ricos sino a pobres, lisiados, paralíticos y ciegos. Los ricos te recompensarán  invitándote a su vez. Los pobres no podrán retribuirte y así gozarás de felicidad interior.

Síntesis de la homilía

Jesús parece recomendar una “avivada”: mostrarse pequeño para  ser alabado y reconocido como importante. No es eso. Basándose en ese hecho real, que  quizás estuviera aconteciendo también en ese banquete, expone la conclusión de que quien se agranda demasiado, termina empequeñecido y al revés el que se considera tal como es en su pequeñez concluye considerado como importante.

No hay que olvidar que todos los “discursos de mesa” de Jesús, se encajan en la perspectiva del banquete final del reino. Así pues, esta recomendación es válida para considerarse a sí mismo como trabajador u obrero del Reino. Los puestos elevados con su majestad y su pompa, adornos y expresiones del poder, no son expresión del reinado de Dios, a pesar de que los cristianos de los siglos que siguieron al reinado de Constantino el Grande, vivieron ese estilo de “cristiandad” como realización del reino anunciado por Jesús. La valoración de la riqueza contagiada por el mundo del capital consumista ha concluido anulando muchos valores y personas muy valiosas en la construcción de un mundo mejor. El papel de los pequeños no puede ser relegado por los cristianos aunque en nuestro mundo su contribución para que las cosas marchen mejor es casi invisible. Sin embargo, en los campesinos y en los pobres que no han caído en manos de capitalistas, subsisten verdaderas riquezas que constituyen la auténtica felicidad.

Asimismo, cuando nos sentimos tentados al desaliento porque nuestros esfuerzos sinceros tropiezan con la incomprensión y hasta el ridículo, cuando  en contra de la corriente seguimos defendiendo los valores de la justicia, la amistad, la comprensión o la solidaridad, cuando nos embarcamos en causas que llevan el objetivo de mejorar el mundo  para todos, aunque lo nuestro parezca muy pequeño y hasta pueda ser calificado de ineficaz, no podemos desistir. Hay raíces que muchas veces tardan en brotar pero finalmente traspasan la coraza y se convierten en árboles. Jesús ha comparado el reino con esas raíces.

La enumeración concreta de quienes deben ser invitados al banquete abarca todas las limitaciones humanas naturales y producidas. Las naciones de nuestro mundo, con sus responsables de gobernarlas no alcanzarán progresos de felicidad real, mientras sus objetivos primordiales no se coloquen en ese lugar para determinar los primeros invitados.

Domingo 8 de Agosto de 2010 – 19 durante el año litúrgico (ciclo “C”)

Tema: (Lc.12,32-48)

Jesús indica a sus discípulos que no teman porque a pesar de ser pocos  el Padre les ha confiado  su reino. Los incita a vender sus bienes y hacer limosnas haciéndose bolsas que no se desgasten y acumulando tesoros para el reino. Les advierte que su corazón estará allí donde ellos depositen su tesoro. Los previene de que deben estar preparados esperando el regreso de su señor para que cuando llame imprevistamente los encuentre despiertos y trabajando. Así el mismo se pondrá a servirles. Porque si el dueño de casa adivinara la hora de llegada del ladrón, no lo dejaría perforar las paredes. Y ellos mismos deben hacerlo así ante el regreso del hijo del hombre.

Pedro pregunta si esa parábola tiene que ver algo con ellos y Jesús le responde situándolos como lo que han sido puestos al frente para distribuir sus bienes entre todos. Si el señor que llega los encuentra cumpliendo esta misión los asociará a la administración de sus bienes. Pero si los encuentra siendo injustos con sus servidores el señor los castigará severamente en la medida que corresponda a los bienes que les fueron confiados.

Síntesis de la homilía

La pregunta de Pedro acerca de si ellos también, los más cercanos, deben  tener en cuenta las advertencias de Jesús es una manera de disminuir la responsabilidad que les corresponde habiendo sido constituidos, como Jesús lo dice, depositarios de las riquezas del reino. No es ni era raro que habiendo sido señalados con el privilegio del Padre, ellos y nosotros nos hagamos la imagen de que siendo elegidos, se disminuyen nuestras responsabilidades y exigencias.

Quizás esto fue en algunas oportunidades lo que permitió a gente ordenada en la misión sacerdotal con todo su prestigio de santidad y renuncia, se permitiera desahogos ocultos y reprochables con la seguridad de estar colocados en un lugar especial.

La parábola de Jesús tiende directamente a proscribir esa ilusión. Quien recibe más es quien debe comportarse mejor porque el reino no es una construcción para una elite (les decíamos “elegidos”) sino para beneficiar a todos con un profundo cambio de la modalidad de las relaciones interpersonales y sociales.

Y la parábola hace referencia, para que no queden dudas, del trato que esos servidores escogidos dan a todos los demás. La injusticia social queda entonces denunciada claramente al afirmar que aquellos que han recibido más (en bienes materiales, cualidades intelectuales o artísticas, poder o lugares más expectables en la sociedad), deben estar más atentos para una generosa y justa distribución de lo recibido personalmente o de lo administrado como perteneciente a otros.

Para que  esa delicada misión de administrar los bienes recibidos pueda cumplirse, Jesús indica nuevamente la  necesidad de desprenderse de los bienes materiales para repartir limosnas a los pobres. La propuesta es muy simple y adecuada a esos tiempos en que las relaciones interpersonales eran muy intensas. Entonces la limosna podía cumplir con un deber de compartir y significaba un enriquecimiento espiritual para quien la hacía. Hoy, dar limosnas a los pobres no siempre es un acto de compartir sino una excusa para no compartir en serio. Poner parches a la realidad de la injusticia social resulta un modo de  eximirse de la responsabilidad del cambio de estructuras.  Saborear la satisfacción de ser  generoso y superior a quienes necesitan de todo y aceptan cualquier cosa es tranquilizarse frente a una verdadera tragedia. Y también, en ocasiones, exponerse la utilización o aprovechamiento de  los pobres de diversos modos y con diversas tácticas, lo que destinamos a ellos vaya a parar a otros bolsillos y beneficie a quienes están detrás enriqueciéndose a su costa.

Practicar el desprendimiento de los bienes materiales para construir el reino significa hoy (sin perder la valoración de la sensibilidad frente a los problemas o sufrimiento personales) preocuparse en serio por atender a las causas de las injusticias sociales en la distribución de los bienes y el respeto a los derechos humanos, de manera que aun en nuestras acciones privadas y en nuestra opinión no nos hagamos cómplices de esas actitudes. Es igualmente buscar modos de participación para acabar con las causas sociales de la pobreza colgándonos de todo lo que en ese aspecto proviene de cualquier grupo humano o de cualquier poder constituido.

Domingo 22 de Agosto de 2010 – 21 durante el año litúrgico (ciclo “C”)

Tema: Lc.13,22-30

Mientras Jesús enseñaba, una persona se acerca a preguntarle si serán pocos o muchos los que se salvarán. Traten, responde Jesús, de entrar por la puerta estrecha porque muchos no lograrán entrar. Cuando el dueño cierre la puerta gritarán “somos nosotros ábrenos la puerta! Y el dueño les dirá “No sé de dónde son ustedes”. Entonces insistirán: hemos comido y bebido contigo y enseñaste en nuestras plazas. Y él les dirá: Váyanse todos los que han elegido el camino  del mal. Habrá llanto y rabia cuando vean a los patriarcas y profetas entrar al reino y ustedes queden fuera. Y vendrán muchos de oriente y occidente a ocupar sus lugares en el banquete del reino. Resultará así que los primeros serán últimos y los últimos primeros.

Síntesis de la homilía

El concepto de salvación ha sido desfigurado considerando que se trata de un final agradable premio de Dios para quienes se han considerado buenos en este mundo. Una especie de lugar final de gozo al que hemos llamado cielo. A eso apunta la pregunta de esa persona anónima que detiene a Jesús para interrogarlo sobre las probabilidades de llegar a ese final.

La perspectiva de Lucas no tiene que ver con ese cielo, sino con la salvación como el banquete del reino, es decir el resultado de una convocatoria universal al que se llegará por un camino. Es un camino que hay que recorrer, no un lugar que se conquista. Y el recorrido está identificado con la práctica de la  justicia que no puede ser suplida ni con influencias, ni con promesas, ni con cumplimiento de  deberes cultuales, ni con aceptación devota de apariciones y mensajes esperanzadores  de otra vida.

Como se trata de un camino, es necesario permanecer atentos, vigilantes, para no tropezar, para no equivocarse.   Se trata para Mateo de un camino estrecho. Lucas habla sólo de la puerta estrecha. Pero ambos, de distintos modos hacen referencia a las dificultades de ese camino. Dificultades nacidas de la propia tendencia al egoísmo y del contexto social que desde la injusticia de determinadas estructuras empuja y seduce para tratar de entrar por la puerta ancha de las comodidades, la explotación de los demás, la soberbia de sentirse privilegiados, el acaparamiento de los bienes de la tierra arrancados de diversos modos de quienes también tienen derecho a gozarlos. Cuando esto sucede, no bastan donaciones generosas a los templos ni a obras de caridad, como las invocadas por los que no pudieron entrar que “comieron con él” y “escucharon en sus plazas las enseñanzas”

En Lucas y en general en los evangelios la comida tiene mucha importancia. No sólo como alimentación necesaria sino como expresión de amistad y comunión. El “haber comido y bebido contigo” es entonces un argumento fuerte. Esa vecindad y proximidad espiritual que tiene la comida en común es ciertamente una presencia del reino, cuya realización final es repetidamente descrita como un gran banquete. Pero aún ese gesto puede ser hipócrita y entonces aleja en lugar de afirmar el camino de la salvación, no lo construye sino que lo imposibilita.

La referencia a los excluidos en Lucas se orienta particularmente a los judíos que, amparados en la  ley,  menospreciaban las reglas elementales de la convivencia humana. Pero tanta fuerza como ese rechazo de Jesús a la actitud  de los dirigentes religiosos del pueblo, tiene la afirmación de que sus puestos serán cubiertos por multitudes que vengan de oriente y occidente. Lo cual habla no de hombres y mujeres perfectos o alineados en una iglesia sino de buenas personas que se alejan de las seducciones del espíritu del mal y buscan con debilidades y errores ir construyendo una salvación que les llegue a todos.

Domingo 15 de Agosto de 2010 – Festividad de la Asunción de María (ciclo “C”)

Tema (Lc. 1,39-56)

María sin demora parte a los cerros de Judá para visitar a Isabel. Cuando la saluda, Isabel se estremece de gozo y siente que su hijo palpita en sus entrañas y proclama su alegría por esa visita que ella considera muy superior a sus merecimientos ya que  ella es ferviente en la confianza para con su Dios. María entonces prorrumpe en el hermoso canto de alabanza y celebración. “Mi alma canta la grandeza del Señor y  se regocija porque El es el que salva. Soy feliz porque El se ha fijado en mí. Siempre hizo grandes cosas y llenó de favores a quienes lo aman. Destruyó a los soberbios y exaltó a los pobres. Destronó a los poderosos y entronizó a los humildes. Sació a los hambrientos y vació las manos de los ricos. De acuerdo a su promesa mostró misericordia con Israel su  siervo.

Después de tres meses de acompañar a Isabel, María regresó a su casa.

Síntesis de la homilía

Referirse al nombre tradicional de esta festividad mariana resulta confuso. En medio de la simbología con que Lucas describe la ascensión de Jesús, aparece  en la iglesia esta otra de la que no hay huellas en los relatos evangélicos, denominada asunción para diferenciarla de aquella y con la añadidura de “en cuerpo y alma” de origen platónico.

Lo importante es fijarnos en el mensaje que esta celebración, fruto de una insistente actitud mariana dentro de nuestra iglesia, para distinguirnos de las iglesia evangélicas separadas más que detenernos en la clase de glorificación merecida por María de acuerdo a una tradición cultivada en nuestra iglesia.

En primer lugar, vamos a tener en cuenta el objetivo de Pío XII al declarar este hecho como perteneciente a la fe, como  dogma católico. Desde luego que no se puede deducir del enunciado que exista un lugar llamado cielo en que habita Dios con sus santos en espíritu y

allí fue llevada María con su cuerpo. De acuerdo a la intención de aquel pontífice, en un siglo en que la dignidad del cuerpo del hombre había sido tan ultrajada en los campos de concentración, esta propuesta eclesial tendía a restablecer la dignidad de todos los hombres en su cuerpo tanto como en su interioridad. Y esto es bueno tenerlo en cuenta también ahora. Desde otro punto de vista, esta glorificación anticipada de María quiere señalar el resultado final a que se dirigen todos los que fieles al precepto nuevo de Jesús se empeñan en vivir el amor en sus múltiples e inagotables expresiones e intensidades. Y esto es coincidente con el mensaje de Jesús,  que identifica el amor a los hermanos con el amor a Dios y como realización plena del hombre.

Por otra parte, no hay que perder de vista el texto evangélico elegido para esta celebración. María conocedora de la situación de Isabel su prima, se pone inmediatamente en camino a la montaña. Sin fijarse en la distancia (unos 100 kilómetros) va a felicitar y socorrer a la embarazada. Así se resalta una relación humana que nunca tenemos que perder de vista: las relaciones familiares, los contactos hogareños, la amistad y el servicio entre las mujeres y las  madres que atraviesan una cantidad de circunstancias y exigencias para dar a luz y para educar a sus hijos. Este acto de solidaridad humana, casi sin importancia religiosa, es señalado especialmente por Lucas, que también resalta el gozo de ambas mujeres por sentirse madres. De esa alegría compartida brota el magnífico canto de María que pone la circunstancia que ella e Isabel están viviendo en el contexto del plan bondadoso de Dios para con su pueblo y la humanidad. Un himno de alabanza, de confianza en las promesas, de señalamiento del camino que ha de cumplirse para que se conviertan en realidades, de compromiso por colaborar eficaz y generosamente con ese objetivo.

Aquí hay ya suficientes motivos para trasladar a nuestra vida diaria la celebración que nos ocupa y que a veces pareciera consistir solamente en la admiración y veneración tributadas a la madre de Jesús.

Domingo 1 de Agosto de 2010 – 18 durante el año litúrgico

Tema (Lc.12,13-21)

Un hombre pide a Jesús que convenza a su hermano de compartir la herencia. Jesús dice que nadie lo ha puesto de árbitro en ese asunto y aprovecha el hecho para una parábola, aconsejando cuidarse de la avaricia porque las abundantes riquezas no aseguran la felicidad. Un hombre rico cuyas tierras habían producido abundantemente no sabía qué hacer con la cosecha y se decidió a guardarlo todo para disfrutarlo durante una larga vida. Pero recibió seguridad de que iba a morir esa noche con la pregunta angustiante de cuál sería el destino de esos bienes. Esto sucede, concluyó Jesús a quien acumula riquezas para sí mismo y no es rico a los ojos de Dios.

Síntesis de la homilía

Las disensiones familiares por cuestiones de distribución de herencia son más frecuentes de lo que aparece. Aquellos hermanos pensaban que Jesús lo podía arreglar. Y Jesús, a pesar de darse cuenta de que  había un problema de justicia, se negó a proponer ninguna solución. Pareciera una actitud de prescindencia y falta de compromiso. Pero, inmediatamente,  añadió una reflexión muy importante. Hay que cuidarse de la ambición y el acaparamiento porque es un engaño pensar que la abundancia de riquezas produce la felicidad del hombre ni su seguridad. La parábola del hombre que ya no sabía qué hacer con tanta riqueza y decidió reservarla toda para sí con la perspectiva de una larga vida, es en sí misma elocuente. Y en realidad toca el punto fundamental y sin aparecer como juez, determina cuál debe ser el proceder en el caso de los dos hermanos.

La clave es la frase final. Esto sucede al que se preocupa sólo de acumular para sí y menosprecia la riqueza interior que significa compartir, que es la que produce el crecimiento del reinado de Dios entre los hombres.

Cuando uno tiene oportunidad de internarse en  las disputas entre familiares a propósito de una herencia importante, constata muy pronto que con la preocupación de sacar el mayor provecho justificado con una cantidad de excusas (haberse preocupado más que los demás en el cuidado del poseedor originante, tener más necesidad que los otros por cuestiones laborales, ser presionado por su familia…etc) se pierden otros bienes que, de momento, no se tienen en cuenta. Se enfrían las relaciones afectivas, se pierden las expresiones de solidaridad que hacen bien a todos, se producen intranquilidad de conciencia y enredo de proyectos, se engendra un estado de tensión que muchas veces daña gravemente la salud.

Compartir no es solamente dar de lo propio. Aunque lo que se posee haya sido conquistado trabajosamente a través de un duro trabajo. Mucho más si se ha recibido gratuitamente como regalo  o herencia. Compartir es agrandar el corazón llenándolo con ese contenido irremplazable que es el acto de amor hacia los otros

En nuestro mundo capitalista, esto ya no se tiene en cuenta. A veces se produce un despedazamiento inclemente de las relaciones familiares y de amistad por cuestiones de dinero. Pero con mucho más frecuencia y sin que nadie o a muy pocos les llama la atención, el acaparamiento priva a muchos de sus derechos elementales y es fuente de actitudes irreconciliables. Se da en las relaciones entre patronos y obreros o entre empresarios y asalariados en que solamente una parte (como la del hermano que se quedaba con todo) se ve beneficiada. Así se hieren las relaciones sociales, se vive la crispación que brota de una venganza acallada o impotente y se daña finalmente a toda la sociedad. No hace falta buscar demasiados argumentos, porque en varias ocasiones corporaciones  con diversos interese se han adueñado del panorama social y con sus negativas a compartir, expresas o disimuladas han enrarecido nuestro clima social hasta hacerlo para muchos irrespirable.

La Iglesia ha recurrido muchas veces al argumento de Jesús en este pasaje de Lucas, de que no puede ser árbitro en cuestiones de distribución más justa y equitativa de los bienes terrenales. Aún aceptando este criterio, lo que ciertamente no debiera darse es la complicidad con los grandes explotadores en el orden nacional e internacional en base a sentirse protegida y segura con la salvaguarda de sus propios intereses materiales. Si intentamos sensibilizarnos ante las necesidades reales de los que nos rodean encontraremos más paz en nosotros mismos y produciremos más justicia a nuestro alrededor.

Libertad y verdad de Ratzinger. Por Celso Alcaína

Hoy, desde su estudio del Vaticano, el Papa, rememorando a Duns Scotto, afirmó que la libertad ha de ir siempre unida a la verdad. Continuó diciendo que la verdad y la libertad se perfeccionan si se adecúan a la verdad revelada.

Libertad y verdad. ¡ Magnífico! Está claro que la libertad necesita límites para no convertirse en libertinaje y salvajismo. El Papa establece, al menos, un límite: la verdad. Y ¿qué decir de la verdad? ¿Dónde está la verdad? Ratzinger, o BXVI, estima que él, con su Iglesia, tiene la verdad. ¿De verdad tiene él la verdad? ¿Y su Iglesia tiene la verdad? “Quid est veritas?” , preguntó Pilatos a un Jesús detenido y condenado por usar de su libertad. Por el solo hecho de ser dogmática, la Iglesia demuestra no poseer libertad. Además, el dogmatismo eclesiástico niega de raíz la verdad. La verdad es progresiva, siempre parcial, inalcanzable. Luchamos para acercarnos a ella, pero sin asirla. Y si recorremos la historia de la Iglesia y de los dogmas, nos convencemos de que hemos de dirigir nuestras miradas hacia otros horizontes. Lo siento, Ratzinger, tu verdad no es la verdad. Y cuando recurres a la verdad revelada no haces más que abdicar de nuestra parcial verdad para soterrarnos en el misterio, la duda o la sinrazón. Monopolizar la verdad es cortar las alas de nuestra percepción de la verdad.

Fuente: Enigma. El Blog de Celso Alcaína

Dónde está la verdadera crisis de la Iglesia. Por leonardo Boff

La crisis de la pedofilia en la Iglesia romano-católica no es nada en comparación con la verdadera crisis, esta sí, estructural, crisis que concierne a su institucionalidad histórico-social. No me refiero a la Iglesia como comunidad de fieles. Ésta sigue viva a pesar de la crisis, organizándose de forma comunitaria, y no piramidal como la Iglesia de la Tradición. La cuestión es: ¿que tipo de institución representa a esta comunidad de fe? ¿Cómo se organiza? Actualmente, ella aparece como desfasada de la cultura contemporánea y en fuerte contradicción con el sueño de Jesús, percibido por las comunidades que se acostumbraron a leer los evangelios en grupos y hacer así sus análisis.

Dicho de forma breve pero sin caricatura: la institución-Iglesia se sustenta sobre dos formas de poder: uno secular, organizativo, jurídico y jerárquico, heredado del Imperio Romano y otro espiritual, asentado sobre la teología política de San Agustín acerca de la Ciudad de Dios que él identifica con la institución-Iglesia. En su montaje concreto no cuenta tanto el Evangelio o la fe cristiana, sino estos poderes que reivindican para sí el único «poder sagrado» (potestas sacra), incluso en su forma absolutista de plenitud (plenitudo potestatis), en el estilo imperial romano de la monarquía absolutista. César detentaba todo el poder: político, militar, jurídico y religioso. El Papa, de manera semejante, detenta igual poder: «ordinario, supremo, pleno, inmediato y universal» (canon 331), atributos que solo caben a Dios. El Papa institucionalmente es un Cesar bautizado.

Ese poder que estructura la institución-Iglesia se fue constituyendo a partir del año 325 con el emperador Constantino y fue oficialmente instaurado en 392 cuando Teodosio, el Grande (+395) impuso el cristianismo como la única religión del Estado. La institución-Iglesia asumió ese poder con todos los títulos, honores y hábitos palaciegos que perduran hasta el día de hoy en el estilo de vida de los obispos, cardenales y papas.

Este poder adquirió, con el tiempo, formas cada vez más totalitarias y hasta tiránicas, especialmente a partir del Papa Gregorio VII que en 1075 se autoproclamó señor absoluto de la Iglesia y del mundo. Radicalizando su posición, Inocencio III (+1216) se presentó no sólo como sucesor de Pedro sino como representante de Cristo. Su sucesor, Inocencio IV (+1254), dio el último paso y se anunció como representante de Dios y por eso señor universal de la Tierra, y podía distribuir porciones de ella a quien quisiera, como se hizo después a los reyes de España y Portugal en el siglo XVI. Sólo faltaba proclamar infalible al Papa, lo que ocurrió bajo Pio IX en 1870. Se cerró el círculo.

Ahora bien, este tipo de institución se encuentra hoy en un profundo proceso de erosión. Después de más de 40 años de continuado estudio y meditación sobre la Iglesia (mi campo de especialización) sospecho que ha llegado el momento crucial para ella: o cambia valientemente, encuentra así su lugar en el mundo moderno y metaboliza el proceso acelerado de globalización, y ahí tendrá mucho que decir, o se condena a ser una secta occidental, cada vez más irrelevante y vaciada de fieles.

El proyecto actual de Benedicto XVI de «reconquista» de la visibilidad de la Iglesia contra el mundo secular está destinado al fracaso si no procede a un cambio institucional. Las personas de hoy ya no aceptan una Iglesia autoritaria y triste, como si fuesen a su proprio entierro. Pero están abiertas a la saga de Jesús, a su sueño y a los valores evangélicos.

Este crescendo en la voluntad de poder, imaginando ilusoriamente que viene directamente de Cristo, impide cualquier reforma de la institución-Iglesia pues todo en ella sería divino e intocable. Se realiza plenamente la lógica del poder, descrita por Hobbes en su Leviatán: «el poder quiere siempre más poder, porque el poder sólo se puede asegurar buscando más y más poder». Una institución-Iglesia que busca así un poder absoluto cierra las puertas al amor y se distancia de los sin-poder, de los pobres. La institución pierde el rostro humano y se hace insensible a los problemas existenciales, como los de la familia y la sexualidad.

El Concilio Vaticano II (1965) trató de curar este desvío por medio de los conceptos de Pueblo de Dios, de comunión y de gobierno colegial. Pero el intento fue abortado por Juan Pablo II y Benedicto XVI, que volvieron a insistir en el centralismo romano, agravando la crisis.

Lo que un día fue construido, puede ser deconstruido otro día. La fe cristiana posee fuerza intrínseca para, en esta fase planetaria, encontrar una forma institucional más adecuada al sueño de su Fundador y más en consonancia con nuestro tiempo.

[Traducción de MJG]

4 modelos de catolicismo: el cultural, el integrista, el institucional y el crítico. Por Juan José Tamayo

Esta conferencia quiere ser una aproximación, entre sociológica y teológica, al pluralismo en la Iglesia católica, tema central de este Curso de Verano que generosamente me invitó a dirigir Alfonso Pérez Agote, catedrático de Sociología de la Complutense y director de los Cursos de Verano, a quien deseo expresar mi agradecimiento por su confianza.

La estructura del curso y los participantes responden estrictamente al título. En él están representadas las diferentes tendencias ideológicas que se dan hoy en la Iglesia católica: la jerarquía eclesiástica, los movimientos cristianos de base, los movimientos institucionales de solidaridad, los movimientos cristianos de mujeres y algunas de las principales corrientes teológicas actuales: teología de la liberación, teología feminista, teología de las religiones… Todos ellos tienen voz y pueden expresarse en un clima de libertad y de creatividad, sin dogmatismos ni censuras, con luz y taquígrafos, como corresponde al entorno universitario en el que se celebra el curso.

Creo que es una de las experiencias más logradas de diálogo, discusión e incluso confrontación entre tendencias con frecuencia en conflicto y con intereses ideológicos enfrentados y a veces contrapuestos, que se encuentran en un plano de igualdad, donde el valor no radica en la autoridad jerárquica o en el poder eclesiástico, sino en la capacidad argumental de los contertulios. Se trata de un ejemplo de encuentro de personas que escuchan las razones del otro, de la otra, del discrepante, al tiempo que exponen las suyas con respeto, pero sin necesidad de llegar a consensos.

Me gustaría que la experiencia sirviera de ejemplo para que, propiciada por autoridades universitarias o por intelectuales católicos de diferentes tendencias, por la propia jerarquía o por los seglares, pueda llevarse a cabo en el seno de la Iglesia católica sin exclusiones, ni anatemas. Este ha sido el deseo que he expresado al cardenal Carlos Amigo, que ha participado en el Curso de verano con una conferencia sobre “El compromiso de la Iglesia con los pobres”.

El punto de partida de esta conferencia es el concilio Vaticano II, que constituye, a mi juicio, el comienzo de un amplio y nuevo pluralismo en el mundo católico. Dividiré la exposición en dos partes. En la primera trataré de la significación histórica, religiosa, cultural y social el concilio Vaticano II como el final de la larga etapa del régimen de Cristiandad y el comienzo de un nuevo paradigma, de una breve pero intensa primavera eclesial.

En la segunda analizaré los diferentes modelos de catolicismo que conforman el pluralismo eclesial hoy, entrándome en cuatro: el catolicismo cultural, el integrista, el institucional y el crítico. Haré una caracterización general de cada uno de ellos destacando los aspectos diferenciales. Lo que ofrezco a continuación un guión que desarrollaré más ampliamente cuando publiquemos el libro en septiembre del presente año.

1. Punto de partida: Concilio Vaticano II (1962-1965)

a) Salida (“tumba”, Glez Ruiz) de la cristiandad triunfante considerada consustancial al cristianismo durante 16 siglos. Fin de las multiseculares alianzas selladas entre el trono y el altar. Discurso Juan XXIII en la inauguración del Vaticano II: la defensa de la Iglesia por parte de los príncipes constituyó “un perjuicio espiritual y un peligro”. Final de una larga etapa de anatemas y condenas contra la Modernidad y sus principales manifestaciones políticas, filosóficas, sociales, culturales y diálogo multilateral con la cultura moderna marcada por la increencia. (ateísmo, agnosticismo, indiferencia religiosa). Diálogo con la historia (Suenens).

b) Revolución copernicana: cambio de paradigma en la concepción de la Iglesia: En la definición de la Iglesia: misterio, pueblo de Dios, comunidad de creyentes, frente a la definición anterior de “sociedad perfecta”.  Concilio de reformas positivas más que de castigos; de exhortaciones, más que de anatemas (Montini). Asume el principio luterano “Ecclesia semper reformanda”. Reforma estructural, no simplemente organizativa. Capítulo 2: Iglesia, pueblo de Dios; capítulo 3: Índole jerárquica de la Iglesia. Aquí el orden de factores sí altera el producto.

c) Relaciones Iglesia-sociedad-mundo: No por encima, ni contra el mundo como enemigo, no al margen o como juez que condena el mundo, sino en el mundo?. No visión negativa, no huida del mundo, sino visión esperanzada, optimista. Mundo: no espacio de condenación, sino escenario de salvación. Identificación con los gozos y las esperanzas, las alegrías y las tristezas de los seres humanos, especialmente de los que sufren

d) Valoración positiva y emancipadora de la secularización (GS 34): Autonomía de las realidades temporales. Sociedad y naturaleza: se rigen por sus propias leyes, que el ser humano tiene que descubrir; poseen consistencia, verdad, bondad y orden propio. Autonomía de cada ciencia y arte. Incorporación del pensamiento crítico y de las ciencias sociales en las ciencias sagradas.

2. Pero en los textos del Vaticano II perviven dos concepciones de Iglesia difícilmente armonizables:

a) – Eclesiología comunitaria-horizontal y eclesiología jerárquico-vertical-patriarcal – Diferencia no de matiz sino sustancial, entre clérigos y laicos, entre sacerdocio común de los fieles y ministerio ordenado. Nota Previa de la LG, exigida por Pablo VI: la Constitución Lumen gentium debe interpretarse a la luz de la definición de la infalibilidad del papa del concilio Vaticano I.

b) De ahí van a surgir tres tendencias difícilmente conciliables que van a continuar durante todo el posconcilio y que llegan a nuestros días:?- Tendencia renovadora (teólogos y obispos centroeuropeos) – Tendencia conservadora (cardenal Wojtyla, obispos españoles…)  Tendencia integrista (Lefébvre)

c) Diferentes sensibilidades de los papas del concilio y del posconcilio: Juan XXIII: carismático y profético. Pablo VI: Intelectual hamletiano; de la apertura al conservadurismo. Juan Pablo II: neconservadurismo, restauración de la cristiandad; modernidad en las formas, crítico de la modernidad en el fondo; doctrina social crítica del capitalismo. Benedicto XVI: teólogo tradicional enfrentado con la modernidad y con la teología de la liberación y contrario al pluralismo religioso.

3. Tendencias plurales en el catolicismo hoy

La Iglesia católica no es monolítica, sino realidad plural en todos los campos. La mayoría de las tendencias apelan al Vaticano II como punto de apoyo arquimédico, menos la integrista que lo combate y busca su fuente de legitimidad en el concilio de Trento (1545-1563) y el modelo de contrarreforma que pone en marcha. Las diferencias entre los distintos modelos no son sólo de matiz, como a veces se quiere hacer ver, sino que tienen lugar en cuestiones fundamentales y disciplinares: de fe, de modelo de Iglesia, de interpretación de la Biblia, de moral, de liturgia, de sacramentos, celibato, ordenación de las mujeres… Estamos ante tendencias en conflicto con peligro real de ruptura, sin apenas diálogo, con críticas las unas de las otras y veces con actitudes numantinas. Es un conflicto no disimulado, sino abierto y público. Tres ejemplos en la Iglesia Vasca: Oposición del clero guipuzcoano al nombramiento del obispo Munilla.. Condena del libro de J. A. Pagola: Jesús. Aproximación histórica. Amenaza de sanciones de monseñor Munilla al teólogo franciscano José Arregui. La tipología que propongo no es exhaustiva, sino sólo indicativa. Voy a centrarme en cuatro modelos de catolicismo: cultural, integrista, institucional y crítico (de base)

4. Catolicismo cultural

“En España todos somos culturalmente católicos” (Sánchez Ferlosio) Tiene su reflejo en las encuestas, sin bien es descendente: en los últimos años, del 77% que se declaraban católicos a 71%. Características:

a) Catolicismo: elemento fundamental de la identidad social y cultural de España. Mayoría de las fiestas nacionales se corresponden con fiestas católicas. Fiestas patronales (misa, procesión): se corresponden con las fiestas populares. Semana Santa y Navidad: incorporación de los símbolos religiosos al folclore y la cultura populares (procesiones), al ámbito familiar, a los espacios públicos (belenes…)

b) Sacramentos: no símbolos religiosos, sino actos sociales puntuales, sin continuidad: funerales, bautizos, bodas, primeras comuniones, matrimonios…

c) no implica adhesión a la doctrina, a los dogmas de la Iglesia ni a la moral católica oficial: catolicismo sin dogmas ni moral institucional.

5. Catolicismo integrista

a) Añoranza del Antiguo Régimen: España, reserva espiritual de Occidente. Monarquía católica: alianza indisoluble Trono-Altar. Críticas a la monarquía cuando, respetando la voluntad popular y las mayorías parlamentarias, firma leyes que entran en conflicto con la fe y la moral católicas. No separación Iglesia-Estado. Defensa de los símbolos católicos en el espacio público. Unidad de España, bien moral. Cardenales Cañizares y Rouco: oraciones para preservar la unidad de España.

b) Iglesia, figura del papa: papolatría, tradición y concilios: “Fuera de la Iglesia no hay salvación”: teología exclusivista. Contra la reforma de la Iglesia. Contra el ecumenismo y el diálogo interreligioso. Xenofobia, sobre todo hacia inmigrantes de otras tradiciones religiosas distintas del cristianismo. Papa: referencia central de la fe y punto de apoyo arquimédico. Acompañamiento y aclamación en los viajes. Divinización de su figura: Juan Pablo II, Benedicto XVI. Trento y Vaticano I: Concilios de referencia absoluta; apelación constante a sus enseñanzas dogmáticas y disciplinares. Rechazo del Concilio Vaticano por herético, reformista y desviado de la tradición.

c) Doctrina: dogma sin hermenéutica. Teología perenne. Denuncia de los teólogos heterodoxos.

d) Mujer, familia y moral: Defensa y protección de la familia como célula básica de la sociedad y forma primaria de cohesión social-. Familia patriarcal: mujer como madre, esposa, cuidadora, “ángel del hogar” – matrimonio indisoluble como ley natural; consideración del divorcio como destrucción de la familia.

e) Cauces de expresión de esta ideología integrista: Internet bajo anonimato – Prensa – Actos de masas

6. Catolicismo institucional

a) Estructura jerárquico-patriarcal-vertical: centralidad de la jerarquía: papa, obispos, sacerdotes, clérigos, y de las instituciones religiosas que se pretenden salvaguardar: obispados, parroquias, congregaciones religiosas… Falta de democracia. Seglares: colaboradores en el apostolado jerárquico, sin autonomía

b) Importancia del buen funcionamiento de la institución: A través de la cadena de mando vertical: papa, obispos, sacerdotes, cristiano@s y de instituciones estables. A través de unas instituciones educativas que reproducen la ideología del sistema: escuelas católicas, clases de religión en colegios, seminarios, universidades, católicas, facultades de teología. A través de unos medios de comunicación que informan sobre la vida oficial de la Iglesia católica (preferentemente de la jerarquía) y transmiten la ideología conforme al magisterio y a la doctrina social de la Iglesia

c) Sacramentalismo: administración de los sacramentos, centro de la actividad pastoral de los sacramentos con catequesis presacramentales: bautismo de infantes, primeras comuniones, confirmación, bodas entierros, funerales

d) tendencia a los actos rituales masivos con más componente social que religioso.

e) Actividades caritativas, de promoción social, de solidaridad con el mundo de la marginación y la exclusión social en el primer Mundo y ene. Tercer Mundo.

f) Cauces de expresión: encíclicas, cartas pastorales, boletines diocesanos, hojas parroquiales, etc.

7. Catolicismo crítico

Está constituido por movimientos, organizaciones, colectivos, generalmente en redes v. c. “Redes cristianas”  de base, corrientes teológicas renovadoras, sacerdotes obreros, religiosos y religiosas en barrios, comunidades de base, parroquias populares, colectivos de mujeres, grupos de diálogo ecuménico interreligioso, movimientos apostólicos especializados. Estos colectivos son muy plurales por razones sociales, geográficas, étnicas, sexuales, ideológicas, etc. Pero tienen elementos comunes que paso a exponer:

a) Apelación al Evangelio como norma de conducta y criterio ético.

Centralidad de la figura de del Jesús histórico como persona libre y liberadora, crítica del sistema religioso y político, que opta por los pobres y excluidos, muere como consecuencia del conflicto con las autoridades religiosas y políticas y de la denuncia de las injusticias y de la proclamación del reino de Dios como Buena Noticia para los pobres y Mala Noticia para los ricos.

b) Apelación al concilio Vaticano II como referente magisterial, sobre todo LG, GS, Constitución sobre la Revelación, Declaración de Libertad Religiosa…

c) Centralidad de la ortopraxis sobre la ortodoxia: Ubicación en el mundo de la marginación social y de la exclusión cultural y en el seno de los movimientos sociales, de los movimientos alterglobalizadores. Compromiso socio-político a nivel personal y comunitario. Opción por los marginados como exigencia fundamental y criterio de autenticidad de la fe cristiana. Denuncia profética.

d) Relación crítica, dialéctica con la jerarquía y la Iglesia institucional: Crítica de la estructura jerárquico-patriarcal de la Iglesia, de su alejamiento de los pobres, de su excesivo celo por la ortodoxia y su poca preocupación por la lucha por la justicia. Sentido comunitario de la fe y vivencia del cristianismo en pequeñas comunidades. Democratización de la Iglesia y defensa de los derechos humanos y de las libertades dentro de la Iglesia y ejercicio práctico de la democracia y los derechos humanos en la vida de las comunidades,

e) Desclericalización de la Iglesia y protagonismo de los seglares. Igualdad radical de todos los creyentes: hombres y mujeres, clérigos y laicos, jerarcas y cristianos de base.

f) Despatriarcalización de la Iglesia y protagonismo de las mujeres: Las mujeres como sujetos morales, políticos, cívicos, religiosos, eclesiales, teológicos.  Acceso de las mujeres al ámbito de lo sagrado: ordenación sacerdotal de las mujeres. Acceso a los estudios y a la docencia de la teología. Acceso a la interpretación de los textos sagrados desde la perspectiva de género. Defensa de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

g) Desacralización de la sexualidad: Concepción unitaria, no dualista, del ser humano. La sexualidad como cauce de comunicación interhumana. Respeto hacia las diferentes formas de vivir la sexualidad, siempre que tengan lugar dentro de unas relaciones no opresivas ni dominadoras. Vivir la sexualidad como experiencia gozosa, no como fenómeno traumático y pecaminoso.

h) Desoccidentalización de la Iglesia católica y autonomía de las iglesias locales: Diversidad cultural y religiosa. Diálogo ecuménico entre las diferentes iglesias cristianas. Diálogo interreligioso e intercultural en un plano de igualdad, sin jerarquizaciones previas. Teología intercultural e interreligiosa de la liberación.

i) Desdogmatización y etización de la Iglesia. El dogma divide, separa, la ética acerca, une en torno a un proyecto común.

j) Carácter histórico del catolicismo, que implica: Reforma permanente de la Iglesia. Respuesta a los nuevos signos de los tiempos: globalización, revolución biogenética, feminismo, ecología, revolución informática, alterglobalización, pluralismo religioso y diversidad cultural. Trabajo por la justicia a través de movimientos de solidaridad ….

Fuente: Religión Digital