El tiempo está a favor de los pequeños. Por Guillermo “Quito” Mariani

Se trata de una frase que rebasa esperanza,  impulsa al esfuerzo, y constata una realidad que  quiere ayudar a crecer. Es el título de un libro, en cuyo panel de presentación en el Centro Cultural España Córdoba, participé el Jueves 16. Creo que el comentario  del contenido y la pretensión del libro, merecen amplia difusión y contagio. No se trata exactamente de un libro. Aunque, cuidado al detalle en la presentación y los textos, es más que todo un gran corazón juvenil con alas y con manos. Con alas que lo hacen volar hacia los más elevados ideales y con manos que metidas en el barro de la cotidianeidad trabajan empeñosamente por construir la imagen y la realidad del hombre nuevo, reivindicando el papel protagónico de los niños y los jóvenes. INFOPACI, se llama el grupo contenido en ese corazón, integrado por un núcleo de cinco jóvenes y un abanico expandido hacia una cantidad de adultos y jóvenes  interesados en su proyecto.

Las democracias se hacen con participación, de otro modo son un remedo. Y la participación valiosa depende de la educación, que no es recibir cosas enseñadas  sino  acompañar a vivir.  Descuidando la niñez y la juventud toda democracia renguea. Niños y jóvenes no son solamente el  futuro, son el presente.  Lo que pasa  con ellos es síntoma de lo que es la sociedad que los cuenta como integrantes. Las quejas que se escuchan descalificándolos olvidan esa realidad.  Niños, adolescentes y jóvenes  son considerados  objetos de formación de protección, de preocupación,  pero son olvidados como sujetos de derechos. Y esto es un  error tremendo que destruye, en sus fuentes, las posibilidades de participación.

Con el propósito de intensificar la participación democrática, los cinco jóvenes coincidentes en edad, en terruño de origen, y en inquietudes sociales, se  unieron para volcar sus energías y su compromiso en distintas iniciativas que superaran  lo asistencial. Cultivo comunitario del arte en  general y del teatro en particular, fomento de la expresión de  opiniones sobre los acontecimientos más importantes y actuales en foros de discusión, en los que niños y jóvenes comparten sus juicios críticos y avizoran  los cambios necesarios, intervenciones comunitarias frente a los responsables para alentar o criticar sus decisiones.

Ariel, Iván, Mauricio y  Laura tienen un complemento maravilloso en César el excepcional dibujante que convierte en tiras geniales por el humor y la ironía, las reflexiones y prácticas incorporadas al libro como fruto y cosecha de reflexiones comunitarias sobre la realidad, y las experiencias cosechadas en distintas iniciativas.

No se creen dueños de la verdad. A la inclusión constante de jóvenes y adultos del medio, han añadido la consulta y el aprovechamiento de las figuras más destacadas en la pedagogía, la sociología y la poesía. Montessori, Morlachetti (cordobés coordinados del Movimiento de los chicos del pueblo) Croce, (director ejecutivo de SES) Tonucci (pedagogo italiano con la originalidad de la expresión gráfica) Ander Egg, Sigmunt Bauman, Maturana (biólogo y filósofo chileno) Mohamad Yunus (experto en inclusión económica de los más pobres) Koffi Anam (con vasta experiencia en problemas de integración)  Todo un bagaje de riquezas, envuelto en la valiosísima propuesta del “pedagogo de América”, Paulo Freire.

Son cinco belvillenses que comparten el amor a su ciudad, a su  patria, y a la sociedad democrática. La aparente apatía que parecía haber abarcado a la juventud después de los entusiasmos de los sesenta-setenta y la represión posterior, mezcla de miedos, vacilaciones y decepciones, ha comenzado a remediarse en estos últimos tiempos. En muchos lugares ha impresionado la fuerza y convicción del reclamo estudiantil por una participación en las cosas que les atañen, decidiendo las tomas de los Colegios. Además del entusiasmo de una presencia comprometida en las más importantes manifestaciones populares. Los muchachxs de Bell Ville son una bandera levantada y flameando en  los aciertos de las páginas del libro. El clima de Navidad es propicio para tomar en serio eso de que “El tiempo está a favor de los pequeños”, porque en muchos sentidos es revolución desde los pequeños.

José Guillermo Mariani (pbro)

Los interesados no puede escuchar. Por Guillermo “Quito” Mariani

Ése fue el desencadenante de la represión estudiantil del Miércoles pasado. La resolución de no permitir estudiantes en las tribunas de la Legislatura mientras se discutía el proyecto. Los estudiantes pugnaron por entrar a pesar de los cercos, las cachiporras y los chorros hidrantes. Y los reprimieron, y tomaron presos a algunos (posiblemente los que animaban a sus compañeros) y golpearon hasta ensangrentarlos a otros. Las dos preocupaciones manifestadas con oportunidad de las tomas de Colegios, las dos más serias y legítimas, eran la cuestión de las pasantías (con experiencia de las presiones empresarias a propósito de poner a unos en ventaja frente a otros con indudables ganancias para las mismas empresas patrocinantes); y la negativa a admitir que un estado laico siguiera manteniendo la enseñanza religiosa en los Colegios oficiales. Indudablemente la presión de la Iglesia ha sido muy fuerte (como siempre) en ese sentido, aunque mantenida secretamente como para no mover demasiado el avispero. La diversidad de cultos admitida por la Constitución, y el reconocimiento de la católica como religión del estado, conceden privilegios a todos los grupos religiosos admitidos de acuerdo a la reglamentación vigente. Eximición de impuestos, subsidios para el personal, autonomía en la elección de programas al margen de los exigidos por ley. A esto se añaden los beneficios obtenidos por las recolecciones particulares de todas las instituciones religiosas. Sería hipócrita negar que la iglesia católica tiene posesiones suficientes en las reservas del Arzobispado y en los diversos institutos de educación para mantener sus colegios económicamente y cumplir todo lo que oficialmente se dispone desde los Consejos de Educación respectivos. ¿Por qué entonces recurrir a los Colegios oficiales, aunque sea fuera de las horas de clase, con absoluta voluntariedad de los alumnos y sin que haya compensación para los que dictan esas clases? ¿Se han valorado todas las dificultades que pueden surgir en compaginación de horarios para la utilización de las aulas, o las rivalidades entre diversos grupos (algunos francamente agresivos) que reclamen uso de las instalaciones? Creo que, atemorizados por una posibilidad de perder votos en las próximas elecciones (cosa muy presente siempre para todos los políticos) se ha obtenido la mayoría de la unicameral para la aprobación de esta ley. Pero no estuvieron los estudiantes para escuchar y señalar las personas y las argumentaciones que opinaron en representación de los diversos sectores. Se dispuso (para que abandonaran las tomas) que se les iba a dar participación. Y se dedicaron horas de clase a tratar el asunto. ¿Quién hizo una síntesis de opiniones y argumentos? Los legisladores son los que tienen el cometido de legislar, pero tienen también la obligación de escuchar al pueblo y sobre todo a los afectados por la ley de que se trate.

Es posible que se argumente que si se permitía entrar a los estudiantes no iba a ser posible tratar con equilibrio y moderación el asunto propuesto. ¿son los estudiantes los generadores de violencia? ¿No es argumento muy fuerte la cachetada de Camaño? Y si la ley no salía, ¿no se trataría de un asunto que no puede ser resuelto con urgencia, sino que exige mayor maduración social?

Tenemos la ley, e indudablemente no habrá quienes puedan obstaculizar desde posiciones de poder, el cumplimiento de esa ley. Todo lo contrario. Se puede afirmar que en una sociedad integrada en su mayoría por jóvenes no les es permitido llegar a los niveles de decisión. Son “chicos” que deben obedecer, cumplir y bailar hasta las 6 de la madrugada. El futuro es de ellos. Es muy cierto pero, sin ellos, estamos arruinando nuestro presente.

Siguiendo la moda. Por Guillermo “Quito” Mariani

Frente a las migraciones, facilitadas hoy por el clima de movilidad social y la idea de que los inmigrantes constituyen mano de obra barata, sobre todo porque son capaces de encarar las tareas más duras que ya los ciudadanos más encumbrados se resisten a desempeñar, de pronto las democracias occidentales, se dan cuenta de que los inmigrantes son seres humanos. Que tienen derecho a una dignidad fundamental. Y es entonces cuando comienzan a resultar un problema. ¿cómo solucionarlo?

Las migraciones en Europa, se producen generalmente desde las regiones que fueron colonias de las grandes naciones.  Por eso Francia hierve con la africana, España e Italia con la latinoamericana y árabe, el imperio estadounidense con los hispano parlantes independizados relativamente de su dominio, Alemania con los turcos y el Islam…

La baja tasa de natalidad que preocupó a todas estas sociedades del bienestar, y provocó el fomento de la inmigración desde el siglo pasado, se ha convertido hoy, en la apreciación española e italiana, de que es causante de la disminución de puestos de trabajo y produce la baja del salario para los ciudadanos comunes. En Inglaterra y Alemania se denuncia  que el esfuerzo de integración influye en el bajo  nivel de la educación y la salud, y en Francia, de que la convivencia pacífica es imposibilitada por el enfrentamiento de culturas distintas.

La sociedad de bienestar creada por el capitalismo, con las consecuencias inevitables de exclusión y explotación del trabajo, ha perdido de vista las relaciones entre el respeto a la dignidad humana y la seguridad social; entre la orgía de bienes por unos pocos y la necesidad extrema o la miseria de la mayoría; entre el producto bruto interno como índice del progreso y el bruto peso que soportan los que no son tenidos en cuenta por la producción de bienes y servicios.

Por razones de índole intelectual, cultural o económica se está produciendo una reacción en cadena en contra de los inmigrantes, que se populariza gracias a las influencias de la prensa oficial, culpándolos del descenso de nivel de vida, seguridad y trabajo junto con otros de los problemas que se arrastran crónicamente.

Los gobiernos han intentado soluciones. O más bien  han encarado la solución por la vía de las restricciones. Las manifestaciones multitudinarias frente a estas políticas de exclusión han sido desoídas hasta ahora por los poderes legislativos.

La expulsión directa realizada por Sarkozy o amenazada por Berlusconi a pesar de la reprobación general por parte de los países dañados y las expresiones, juveniles en su mayoría, producidas en oposición a estos criterios.

Pero esas decisiones de los países llamados del primer mundo, se contagian y crean moda.

Con oportunidad de los acontecimientos de Villa Soldati en que los intentos de desalojo produjeron ya cuatro muertes,  Mauricio Macri jefe del gobierno porteño y Rodríguez Larreta al frente de su gabinete, han pronunciado sentencia contra los inmigrantes de países vecinos y han solicitado al gobierno un cambio de la ley de inmigraciones. Francia, Italia  y España exigen ya ó dinero suficiente para permanecer largo tiempo, ó conocimientos y práctica del idioma, ó nivel intelectual constatado por documentación expresa. ¿Qué vamos a exigir nosotros?

¿Cambio del color del rostro, o desfiguración de los rasgos nativos? ¿Demostración de cultura o religión identificadas con las nuestras? ¿Dinero ahorrado como si fueran turistas?

La xenofobia se reviste de diversos matices y los latinoamericanos no nos tenemos que dejar engañar. Las soluciones han de encaminarse a lograr la convivencia mutuamente enriquecedora, la contención afectiva como en cualquier clase de sociedad pluralista, la solución de las desigualdades ya crónicas entre los mimos ciudadanos del país. En esa dirección se está marchando al buscar la integración de los países suramericanos en el Mercosur, el Alba o la UNASUR. La represión no solucionará sino que seguirá agravando el problema.

Y si la pretensión es hacer ingobernable el país en vistas a un futuro eleccionario, han de ser investigados los propiciantes de estas ocupaciones, que sospechamos, no son inmigrantes.

“Papita para el Loro”. Por Guillermo “Quito” Mariani

¡Cómo se lanzaron nuestros GRANDES MEDIOS y sus respectivas cohortes a utilizar agresivamente los detalles del WikiLeaks! Se atropellaban por traducir en la exageración de sus títulos las grandes revelaciones sobre Argentina y sus gobernantes.

Ninguna importancia a las filtraciones que afectaban seriamente a la diplomacia norteamericana, ningún comentario sobre la  importancia que reviste este desenmascaramiento del ya conocido GENDARME DEL MUNDO que es Estados Unidos, para reprobar su espionaje, (perfecto para elaborar mentiras y mezquino para descubrir realidades), desde el Departamento de Estado y el Pentágono. ¿Cómo van a escandalizarse ELLOS que se surten de las informaciones emanadas desde esos niveles oficiales para ser publicadas por todos los cómplices del imperialismo? De ninguna manera. No se animan a publicar todo lo que se diga desnudando la falacia de la diplomacia norteamericana porque ponen en peligro a sus proveedores.

Pero sí han buscado cada detalle que podía significar un agravio descalificante para el Gobierno de Néstor y Cristina.

Las preguntas sobre la salud emocional de Cristina (que seguramente fue sugerida por algunas publicaciones locales como la de la revista Perfil antes de la asunción de Cristina, que habló de supuestas pruebas científicas de su bipolaridad), se transformaron en la afirmación

“SE SOSPECHA EN EL MUNDO DE LA SALUD DE CRISTINA”

La calificación de ineptitud para las política exterior que se reduce en el informe, al caso de negarse a admitir el golpe de Honduras y la instauración aparentemente democrática del presidente Lobo Sosa, se transformó en “ESTADOS UNIDOS CONSIDERA AL GOBIERNO ARGENTINO INEPTO PARA LA POLITICA EXTERIOR” La afirmación de que este gobierno está afectado de la paranoia del poder se exageró con el título:  “EL KIRCHNERISMO PROPICIA UN ESTADO PARANOICO”. A  este respecto, que constituye una alusión a las oportunidades en que Néstor y también Cristina se refirieron a la oposición como destituyente, es bueno preguntar ¿Clarín, La Nación y su séquito, se han olvidado de lo que ellos mismo publicaron reclamando o anunciando la renuncia de Cristina? ¿o  de los carteles en paredes y manifestaciones que rezaban ¨¡que se vaya ahora!” o “¡fuera Cristina!”, pagados con dinero del Campo y la oposición?  ¿ O de aquella  profecía de Elisa Carrió que afirmó que el 2008 terminaba con sangre y expulsión del gobierno? ¿No tienen archivos estos  medios? ¿No los consultan?

La saña se pone claramente de manifiesto al resaltar y suponer verdadero, un juicio de Cristina sobre Evo Morales diciendo que ”no es un hombre nada fácil”. Se sugiere maliciosamente que   borra con el codo lo que tan claramente ha escrito con mano y ratificado con su conducta la sra.presidenta.  O cuando subrayan las acusaciones para los ex funcionarios Alberto Fernández y Sergio Massa y para el actual, Aníbal Fernández, con intento descalificatorio de la conducta y el estilo político de Kirchner, hablando de maniobras irregulares o calificándolos con adjetivos sumamente vulgares, que esos medios difunden con innegable complacencia. También el ministro Taiana cae en la volteada, con un pasado montonero. ¿No será también bueno recordarles el pasado tupamaro del presidente uruguayo? Porque lo que para tantos significó una posición heroica de búsqueda de justicia social,  no merece ser investigado o juzgado por el Gendarme del Mundo que no puede ostentar más títulos habilitantes que sus armas, su dinero y su imperialismo incorregible.

¡Vaya a saber hacia dónde se orientará este montaje comunicacional con los pilares de WikiLeaks y Estados Unidos! Pero cualquiera sea  el resultado, lo cierto es que nuestros grandes medioshan sabido aprovechar  y saborear gustosos la “papita para el loro” que les tiraron.

Medios Mártires. Por Guillermo “Quito” Mariani

No se trata de una falsa construcción gramatical como si habláramos de mártires a medias. Se trata de un supuesto total “martirio mediático”. La prensa está resultando víctima de ataques y denuncias muy graves por parte de las naciones sudamericanas que buscan consolidar un proyecto común de liberación y justicia.

La SIP acaba de pronunciarse en la 66 Asamblea general de Mérida (Yucatán), canonizando a los medios de información, al declararlos mártires de la libertad de prensa, precisamente en esos países que están a la cabeza de profundas reformas sociales hacia la igualización democrática. Quedan así demonizados los gobiernos de Argentina, Bolivia, Ecuador, Cuba, Venezuela y Nicaragua que vienen tomando decisiones defensivas legales frente a la virulencia de los ataques de la prensa monopolizada.

En la última cumbre de la UNASUR realizada en Guyana con participación de siete presidentes y cinco cancilleres, el dignatario anfitrión Fernando Correa abogó por que los medios de prensa sin fines de lucro pudieran remplazar a los medios de lucro sin fin. Así definió, en una ingeniosa frase, una situación preocupante para todos. Esos medios, “difamantes” para Correa, “desestabilizantes para Cristina, en “campaña salvaje y extranjerizante” para Chávez, para investigar a los cuales Lugo pide intervención de la ONU, son presentados por la SIP como víctimas de persecución, aludiendo a los recursos legales adoptados por los gobiernos democráticos para mantener sus reformas igualitarias.

Por otra  parte se otorga el Gran Premio SIP a Guillermo Zuloaga presidente de la cadena Globovisión opositora al gobierno venezolano y otros dos premios importantes a Nick, humorista de La Nación y a Gustavo Sierra, periodista de Clarín. No hay en cambio, reconvenciones para Méjico con 14 periodistas asesinados (en su mayoría por reivindicar derechos humanos) durante los cuatro años de gobierno de Calderón ni para la Colombia. Sin números después de la asunción de Santos.

Un análisis somero indica de qué lado está la “imparcialidad” de la SIP.

Resulta interesante por eso, averiguar algunos datos de los integrantes de esta “patronal” de la prensa interamericana. Su directorio está integrado por cinco propietarios de grandes periódicos en Estados Unidos presididos por Earl Maucker director de Sun-Sentinel (el periódico más grande del sur de Florida. Más el vicepresidente primero, dueño de un diario colombiano. No es posible citar nombres y número de medios de prensa al frente de los cuales se desempeñan estos ilustres personajes. Pero de ninguna manera se puede calificar a la Sociedad Interamericana de Prensa, como paladín imparcial de la libertad de expresión.

Habilidosamente desde ella se ha injertado la denominación del periodismo como “cuarto poder”. Y en realidad que, dado que la distribución de noticias se ha convertido en distribución de grandes negocios, han crecido los oligopolios. Así el “pensamiento único” de la tradición disciplinaria judeo cristiana que nos acostumbró a pensar con lo suministrado desde afuera, se ha trasmitido a la prensa capaz de modelar a su conveniencia el pensamiento de todo una sociedad.

Ya no es entonces el cuarto poder. Es en realidad, el poder de los dueños de la verdad. Cuando los Estados democráticos tratan de recuperar las posibilidad de libertad de expresión para todos, los dueños del negocio o atacan furibundos o se victimizan y con la ayuda del prestigio de una gran Organización, se proclaman mártires.

Detrás de una cachetada. Por Guillermo “Quito” Mariani

Lentamente, después de las primeras reacciones de perplejidad de la gente ante la reacción de la sra de Barrionuevo, presidenta de la comisiòn de asuntos constitucionales  de la honorable Camara de Diputados de la nación, aplicando una cachetada (con el puño cerrado)a su colega el diputado Kunkel, la oposición fue alineándose detrás de ella. No se equivocó la sra. Camaño al ofrecer su renuncia si los colegas de la oposición lo pedían así. Sabía que iba a brindar una nueva bandera a ese grupo desorientado que se califica como oposición u opositores, que busca desesperadamente detrás de quién y de qué alinearse. Lo ha ido haciendo detrás de cambiantes líderes ocasionales. La mesa de Enlace, el vicepresidente Cobos, la propuesta o resistencia a leyes de conciencia social e igualitaria, las injurias a la Sra. presidenta, etc.

Las afirmaciones de que la diputada procedió con equidad y justicia (de acuerdo a la sra. Carrió con valentía) ponen en claro que se está buscando un método para dirimir las cuestiones legislativas y es el de la agresión. Vaya y pase, lo de las agresiones verbales que los políticos justifican como “excesos de campaña”, y las mutuas entre los legisladores defendiendo sus posiciones partidarias, pero que se propicie la intervención violenta de la agresión física, no cuadra en personas con alguna madurez de criterio social. El recurso ya olvidado de  Herminio Iglesias, de quemar en el acto de cierre de campaña, un ataúd de la UCR, vuelve a propiciarse  por muchos que lo rechazaron en vistas a su ineficacia para inclinar los votos hacia el candidato peronista. Lo mismo aconteció con el gremialista D´Elía que en Marzpo del 2008 asestó una trompada a quien lo insultaba como negro de m… y groseramente se refería a la sra. Presidenta. Las mismas voces que entonces demonizaron a D`Elía, ahora canonizan a Camaño.

La diputada Carrió con sus calificativos antioficialistas desató en la Comisión de Asuntos Institucionales un debate agrio  y virulento, al que se sumó el  diputado entrerriano con la cita literal de un texto famoso, conocido y a la vez  rechazado por todos, en su oportunidad.

Aunque este episodio no hubiera sido preparado tal cual sucedió, la acritud con que parece gozar Carrió, se encaminaba a desviar el tratamiento del presupuesto hacia estas derivaciones agresivas, en esa pulseada con que la oposición intentó demostrar que mantenía su poder a pesar de  las expresiones populares de entusiasta apoyo al proyecto del gobierno, después de la muerte del expresidente Néstor Kirchner.

Una novedad ha aparecido en los últimos días: La propuesta presidencial de un contrato entre empresas, CGT y gobierno. Una vez más el  intento de responder a las acusaciones de que se decide autoritariamente sin  consulta a los interesados. Ya el Grupo de lo 6, ha expresado suficientemente qué es lo que entiende por acuerdos o pactos. Convenios que protejan sus intereses y tiren por tierra el objetivo principal del proyecto kirchnerista respecto a mejorar la distribución de ingresos. (porque de eso se está tratando en el fondo con todas estas oposiciones a las leyes sociales) La ley de participación en  las ganancias será seguramente oportunidad de  mostrar la fuerza opositora para defender a los más poderosos evasores de impuestos a las ganancias y frustrar ese punto esencial del programa oficial. No obstante el derecho de todos a oponerse a lo que no consideran adecuado es innegable e innegado. Pero, la circunstancia de alinearse, eufórica o tímidamente, detrás de la piña de Camaño buscando desacreditar los proyectos presentados y por presentar, es argumento “manotazo de ahogados”, que no debe seguirse utilizando.

José Guillermo Mariani (pbro)

Como el cangrejo. Guillermo “Quito” Mariani

La visita del Sumo Pontífice, Su Santidad el Papa, o el Santo Padre, a un país católico o a los católicos de un país, constituye un acontecimiento que despierta  expectativas mundiales. Los actos, las actitudes y las palabras son recogidos al detalle o por el fervor de los católicos o por la prensa ávida de novedades. La visita del Papa a España aprovechando la celebración del Año Santo Compostelano que convoca a multitudes de todas partes, cumplió con esas características de manera muy especial. Ya en el vuelo, la primera entrevista sirvió para manifestar una especie de obsesión pontificia con respecto a problemas referidos al sexo,  como el aborto y las relaciones sexuales, que las distintas comunidades están tratando de resolver concretamente.

España es un país tradicionalmente católico. Aunque en muchas oportunidades vacías de sentido cristiano, las celebraciones católicas conservan su majestuosa solemnidad y dan pie a largas manifestaciones, religiosas y no, con exitosa convocatoria turística. En esto hay un conservadurismo que puede calificarse de costumbrismo fundamentalista. A la vez, en el campo laical y clerical cuenta con teólogos que figuran entre los más avanzados quienes, aprovechando  la apertura conciliar para profundizar sus investigaciones, y con sentido crítico estrictamente fundamentado, han dado vuelta muchas de las afirmaciones que sin ser dogmas eran dogmatizadas por el hecho de estar inscriptas en las costumbres y el calendario. La Escritura, la teología, la pastoral, la moral, el derecho, la liturgia, todo ha pasado por la revisión comprometida y profunda de esos estudiosos amantes de la iglesia de Jesús por encima de las estructuras institucionales. Pero el Episcopado es absolutamente conservador. Y hay una parte de la sociedad, en la que se apoyan los obispos, especialmente privilegiada en el  período franquista que, con el Opus Dei a la cabeza, mantiene un conservadurismo militante y agresivo.

En la visita a Santiago en que Joseph Ratzinger, “peregrino de Dios”, cuidó entrar por la puerta santa para ganar la indulgencia plenaria de este año santo, sus palabras sonaron a reprensión por la ola de laicismo y anticlericalismo que se ha lanzado sobre España (omitió analizar las causas y más aun a manifestarlas públicamente a pesar de conocerlas al dedillo) Y afirmó que Europa tiene que volver a Dios (desde luego que en sus labios esto significa someterse nuevamente a la jerarquía eclesiástica)

Revestido con ornamentos riquísimos y ese sombrero gigante que es la Mitra con resabios de la tiara abolida desde Paulo VI, y que como ninguna de los anteriores pontífices tiene marcados los campos de las tres coronas (reino sobre los estados, sobre la iglesia y la sociedad civil), renovó la exhibición del poder de la iglesia católica, centrado en su persona, su trono y su riqueza.

Su arribo a Barcelona lo colocó en un entorno más laical Y en las calles, mientras desfilaba el papamóvil (carruaje inventado por Juan Pablo II, después del atentado contra su vida en  mayo de 1981 en la plaza de san Pedro) cien parejas homosexuales se besaban ostensiblemente, el resto lo abucheaba y los carteles acusaban al Vaticano de causante de la muerte de miles de enfermos de SIDA. El Templo de la Sagrada Familia, obra maestra todavía en construcción, del arq. Antoni Gaudí, dio oportunidad al Papa para enriquecer con simbolismos la arquitectura absolutamente original del templo.

Excelente la advertencia con que el presidente del gobierno español (que en el aeropuerto debió soportar la gritería del centenar de personas que había ido a despedir al Papa, con la consigna “Zapatero reza con nosotros”) recordó al Papa quejoso del laicismo, que España es un estado aconfesional. Además, el comentario periodístico señaló que la convocatoria no llenó las expectativas numéricas que se alimentaban, y un análisis objetivo denuncia una cantidad de causas, provenientes de la misma iglesia.

Cabe preguntarse ¿por qué este empeño de manifestar juicios descalificantes y prescribir autoritariamente conductas controvertidas en estas visitas calificadas de “peregrinaje”? ¿Por qué en Africa ya al comienzo de su visita esa expresión de rechazo y condena al uso de preservativos para evitar el SIDA? ¿No debería el Papa, sin pretensiones autoritarias, respetar al menos los debates en que está empeñada la sociedad,  y dar más lugar a los reales problemas, originados en  las grandes crisis que afectan a los más desprotegidos,  como en el caso de los inmigrantes? Así, no alentaría conductas como la del cardenal Bergoglio que cultivando un doble mensaje, sigue quejándose de la “suficiencia”, “los malos tratos” y el “verduguear” de otros, sin considerar los propios. Todos saben a quienes alude con la actitud fingida de buscar soluciones. Así, en lugar del intento de recuperar una autoridad que va perdiendo fuerza, cada visita suya renovaría la valoración del diálogo y acompañaría los proyectos de justicia y de paz, sin dar esta sensación de que la iglesia sigue marchando a contra pelo y hacia atrás.

El cielo pierde pie en la tierra. Por Juan G. Bedoya

“Compelle eos” (oblígalos a entrar), apremiaba el obispo san Agustín en pleno combate contra laicistas y herejes. Esa orden a las autoridades civiles pone de manifiesto la involución de un prelado que poco antes había defendido la libertad de conciencia y la religiosa. Cuando se hace fuerte en su diócesis, acaba exigiendo al Estado el uso de la fuerza para someter a sus contraopinantes. Forzaba así la interpretación de la parábola en la que unos invitados descorteses se niegan a aceptar la invitación al banquete de un rey por la boda de su hijo. “Compelle eos”, ordena el monarca. Interpretando así al evangelista Lucas, Agustín de Hipona expone por primera vez la teoría de que el Estado, además de la obligación de proteger a la Iglesia, debe utilizar todos los medios, incluso la fuerza, para exigir a sus ciudadanos que abracen la fe cristiana.

Las sociedades modernas no aceptan esas prepotencias del pasado. Ciencia, política y cultura les han curado de espanto, y detestan la intolerancia y el que el poder quiera uniformar teorías y verdades, e imponer usos y costumbres. Es el imperio del relativismo contra el absoluto totalizador que predica el Papa romano. El escaso seguimiento del viaje de Benedicto XVI a Santiago de Compostela y Barcelona el fin de semana pasado -siempre en comparación con visitas anteriores- tiene que ver con todo esto.

Hay otras causas. La mujer, que es quien llenaba las iglesias, se está alejando de la práctica religiosa (o de su exhibición pública) por el papel secundario que tiene en lo eclesiástico, minusvalorada por la jerarquía y marginada de lo sagrado hasta el punto de considerar este Papa un delito muy grave su ordenación sacerdotal, equiparable al de pederastia. Los expertos también subrayan el desprestigio que acosa al Vaticano por encubrir abusos sexuales a menores en colegios y parroquias. Además, se achaca el retroceso de los entusiasmos al carácter de jefe de Estado y de Pontífice romano que exhibe en los viajes, con exuberancia de medios.

Frente a las banderolas con el eslogan de Totus Tuus (Todo tuyo) con que las masas recibieron a Juan Pablo II en Madrid en 1982, ahora se han exhibido banderas del Estado vaticano. También pesa la imagen del Pontífice, un anciano alemán que en el pasado ejerció de intransigente inquisidor romano, como presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que es como se llama ahora el detestable Santo Oficio de la Inquisición.

Estas circunstancias explican el poco entusiasmo de las iglesias de base ante el viaje papal, pero también la caída de la práctica religiosa. No es pequeño el dato de que el año pasado se celebraron más matrimonios civiles que eclesiásticos. Cuando en 1870 el Gobierno legalizó las uniones civiles, acabando con el monopolio eclesiástico, los obispos de la época pusieron el grito en el cielo calificándolo como “la legalización del concubinato público universal”.

“Compelle eos”. Oblígalos a entrar. La intolerancia agustiniana le recuerda al teólogo Juan José Tamayo el desatino con que los ultraclericales han criticado al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por no acudir el domingo a la misa oficiada por Benedicto XI. Lo reclamaban los nostálgicos de cuando hace menos de medio siglo la Guardía Civil multaba (e, incluso, pegaba) a quienes en los pueblos osaban no cumplir con la obligación de la misa dominical. Ahora atiende a ese precepto apenas el 13% de los que se dicen católicos en las encuestas. Peor: en miles de parroquias ni siquiera hay un sacerdote que ofrezca ese servicio pastoral, que antes era pecado no cumplir.

Frente al laicismo agresivo que se palpa ahora en España según Benedicto XVI, se alza todavía ese clericalismo furioso que querría ver arrodilladas a las autoridades civiles ante un líder religioso que es, además, jefe de un Estado extranjero y se exhibe como tal. Es esta terrible historia de clericales y anticlericales intransigentes -“¡Españoles, siempre detrás de los curas, unas veces con el cirio, otras veces con el palo!”, maliciaba Pío Baroja- la que explica, según el historiador católico Jaume Botey, de la Universidad Autónoma de Barcelona, “la desafección de la población con la Iglesia católica y el escaso entusiasmo ciudadano ante la visita del Papa”.

“Entre las razones de la desafección sigue pesando la identificación de la Iglesia con el franquismo, de la que la jerarquía no ha pedido perdón. Mientras no lo haga, seguirá siendo vista como colaboradora del terror en beneficio propio”, dice Botey.

El arzobispo emérito de Pam plona, Fernando Sebastián, ha expresado en voz alta la satisfacción por las escasas consecuencias que ha tenido para la Iglesia romana las décadas de brutal nacionalcatolicismo franquista. No hay que olvidar que la “sacralización del golpe militar” que provocó la Guerra Civil y aquella dictadura se produjo desde el primer momento. “No fueron los sublevados quienes solicitaron la adhesión de la Iglesia, sino que fue esta la que muy pronto se les entregó en cuerpo y alma. Fue una gran sorpresa para los generales sublevados, y la cuerda religiosa se convirtió muy pronto en la más vibrante en la lira de la propaganda nacional”, dice el historiador Hilari Raguer.

Benedicto XVI se remontó el sábado al “laicismo agresivo” del tiempo de la II República. El Vaticano siempre ha considerado de Derecho divino la Monarquía, y como regímenes impíos a las Republicas. “Hay que estrangular a la ramera”, era el grito de guerra del clericalismo en 1931. Lo que vino más tarde es historia terrible, sobre todo porque los vencedores no pararon de fusilar y encarcelar hasta varias décadas después de la última batalla.

Cuando el cardenal primado de Toledo, el catalán Isidro Gomá, se dispuso a pedir que pararan los fusilamientos, con la pastoral Lecciones de la guerra y deberes de la paz (8 de agosto de 1939), Franco prohibió su publicación, sin contemplaciones. También ordenó acabar con las homilías en vasco y catalán. El pobre cardenal no tardó en morir, se dijo que de disgusto. Había presidido la ceremonia de exaltación de la Victoria conduciendo bajo palio a Franco hasta el altar de la Iglesia de Santa Bárbara en Madrid para dejarlo “ungido” como Caudillo.

“La Iglesia ha salido viva” de esos tiempos de dictadura, ha subrayado el arzobispo Sebastián. No opina lo mismo el historiador Botey. Añade dos razones de presente para el enfriamiento de los fieles. “Se trata de la concepción del poder. La evangelización se hace desde el poder, en alianza con el poder político y económico. Esto va en contra de la actitud de Jesús que se enfrentó y denunció duramente tanto al poder religioso como al político”.

“La gente ve a la jerarquía como cómplice de los poderosos. También cuenta la concepción de la verdad y su convencimiento de poseerla, tanto en lo religioso como en lo civil. Este es el origen de la incapacidad de la Iglesia para entender la modernidad. En lugar de vivir como buena noticia que la humanidad vaya llegando a su adultez laica en la ciencia, la moral, la economía, la política o la construcción de la paz, lo vive lamentando su pérdida de poder. Su discurso va siendo progresivamente fundamentalista, alejado de la vida”, añade Botey.

La visita del Papa ha sido un claro ejemplo en estos dos aspectos. “Ha venido rodeado de poder político y mediático como ningún príncipe o gobernante hasta ahora, y de manera incomprensible riñendo a la sociedad española porque funciona ya con criterios de sociedad adulta, laica. Como creyente lamento que tanto lo uno como lo otro hará que aumente entre la gente el sentimiento de que la fe y las creencias que el Papa proclama no tienen nada que ver con ellos”, concluye el historiador católico catalán.

Otro motivo de distanciamiento es el carácter institucional y de poder mundano que se exhibe en este tipo de viajes. “La clave es la figura del Papa, desencajada desde hace mil años. Que sea un jefe de Estado resulta anacrónico, no tiene sentido. Que en su persona haya monopolizado la verdad y el bien, que se haya declarado infalible y que haya centrado en su persona todo el poder es un esquema medieval que resulta insostenible. Todo ese montaje entorno a su figura está muy superado. Es de otros tiempos”, sostiene el teólogo José Arregi.

La deserción de la mujer en estos actos de sublimación papal tiene que ver también con el poder que desprende el papado. Dice la teóloga Margarita Pintos: “Aunque todavía somos mayoría en las concentraciones, el que no se llenen los espacios previstos tiene que ver con la antropología eclesiástica, que sigue considerando a las mujeres criaturas dependientes, no autónomas”.

Añade Pintos: “Se nos niega la categoría de sujetos morales, teológicos y eclesiales. Solo esperan de nosotras la fidelidad que signifique sometimiento. Por esto el Papa tiene que adjudicarnos el lugar ‘casa y trabajo’, cosa que nunca hace con los hombres. Mientras nos quieran como servidoras (‘su carisma como religiosas es limpiar’, dijo el obispo de Barcelona ayer) y no como mediadoras de gracia y salvación, la Iglesia católica también perderá a las mujeres como ya perdió a trabajadores e intelectuales”.

Joan Oñate, presidente de Esglesia Plural, de Barcelona, cree que la Iglesia no ha sabido adaptarse a los valores del conjunto de la sociedad. “El escaso entusiasmo ante el Papa se debe a que su figura y la de la jerarquía es muy controvertida. El viaje se ha dirigido a los convencidos, a los más beligerantes. Llevamos décadas sin solucionar el encaje de la religión en la vida de las personas y cómo hacer visible la presencia de la Iglesia en la vida pública”.

Oñate sostiene que el Concilio Vaticano II jamás fue asumido por los obispos. “La Iglesia oficial no se ha apeado de un discurso simple y limitado -moral sexual, defensa de derechos adquiridos, postura defensiva ante el crecimiento del laicismo…-, que no conecta con una capa social creyente comprometida con el reparto desigual de la riqueza, las injusticias, los problemas medioambientales, etcétera”.

La Iglesia también debería actualizar su estructura, según Joan Oñate. “Las tomas de decisión deben ser democráticas, la paridad de género es imprescindible, los cargos no pueden ser vitalicios, debe existir el derecho a la disensión y es imprescindible una división de poderes. También se debería poner en marcha inmediatamente el acceso de la mujer al sacerdocio, la eliminación del celibato obligatorio, la participación decisoria de los fieles en los consejos parroquiales y la participación de los fieles en la elección de obispos, además de la limitación de la edad del Papa a 75 años, como entre los obispos”.

El Foro de Curas de Madrid también coincide en el desajuste entre realidad y jerarquía, y de ésta con respecto a sus fieles. “La obsesión por la defensa de la institución eclesial, la manía persecutoria, no es un camino evangélico. Cristo nos ha hecho libres”.

La dirigente de Somos Iglesia, Raquel Mallavibarrena, sostiene que las celebraciones de este fin de semana, más allá de la estética, distaban mucho de un planteamiento fraterno. “La liturgia debe ser una expresión viva de esa iglesia de iguales en la que no hay estamentos y en la que se vive la fraternidad”. Añade: “Los católicos debemos ser los primeros en favorecer la separación entre la Iglesia y el Estado, por fidelidad y coherencia con el mensaje evangélico. El dinamismo de un cristianismo profético e independiente a favor de los pobres y de los que sufren queda muy condicionado si la Iglesia como institución se mantiene en esa confluencia de intereses políticos y sociales bajo la idea, cada vez más un espejismo, de que España es un país católico”.

También lamenta Mallavibarrena que “la jerarquía siga mayoritariamente sin reconocer que dentro de la Iglesia existe un pluralismo respecto a muchas cuestiones de actualidad”. Según Somos Iglesia, también el Gobierno tiene una larga asignatura pendiente. “Es urgente que el Gobierno y los partidos y grupos sociales afronten con valentía y sin posiciones radicalizadas, el desarrollo de la laicidad, pendiente desde hace ya demasiado tiempo. La vigencia de los Acuerdos Iglesia-Estado condiciona de entrada que se llegue a consensos y a posturas constructivas”, dice.

Fuente: El Pais

Así no!. Por Guillermo “Quito” Mariani

¡Hay que neutralizar el crecimiento “K”! Esta es la consigna.

¿Cómo borrar del panorama político las multitudes en las movilizaciones populares del bicentenario y los millares de personas que superando todas las expectativas, sobre todo en la proporción de jóvenes, rindieron homenaje de adhesión entusiasta a Néstor y su esposa?

Se trata de un problema gravísimo. Todas las advertencias de inclemencia meteorológica, de desórdenes y atentados, anticipadas por la supuestamente “prensa libre” (para fraguar acontecimientos y publicitar calumnias), fallaron en el caso del bicentenario.

En cambio, lo imprevisto de la muerte del ex presidente, tomó a todos de sorpresa. Era de muy mala educación no expresar condolencias ante el estado general de dolor y consternación que se apoderó inmediatamente de la sociedad argentina. Y entonces, algunos hasta lloraron y se emocionaron (estilo Mirtha). Los más avispados se apresuraron a emitir supuestos mensajes de esperanza, como regodeándose irrespetuosamente de la muerte de Néstor Kirchner, (lo habían hecho ya con la de Mariano Ferreyra) aprovechándola para atacar al gobierno con la palabra sagrada del rabino Bergman y la imagen de padre dolorido del Ingenioso Blumberg. Gracias a eso, el país cambiaría empezando por la Presidenta, que sucumbiría a su condición de debilidad femenina y no dudaría en alejarse del movimiento obrero, rompiendo relaciones con H. Moyano y accediendo a reconocer la alteración de las mediciones del INDEC,  con el despido inmediato de G. Moreno. Así la gente  (o la calle como dice la Sra. Legrand) se convencería de que estamos peor que nunca y hay que comenzar un nuevo período de alianzas y concertaciones.

Pero esto no sucedió. Muy pronto Cristina, aun golpeada y conmovida por la muerte de su esposo y compañero, se irguió y visitó Córdoba fortaleciendo el convencimiento de la lucha por la clase trabajadora y, asegurando la continuidad del proceso industrializador. Y, en Berazategui no dejó de ratificar, sin lugar a dudas, la calaña de una oposición que no se detiene ante ninguna regla de convivencia.

¿Qué hacer entonces?  Lentamente fue apareciendo la solución elegida. Hacer creer a las multitudes que se reunieron para homenajear a ex presidente, que se trataba de un montaje escénico electoralista. Algunos hasta se animaron a afirmar que Kirhner no había muerto sino que había huido. Otros, menos atrevidos, hablaron de un suicidio, de un cajón pequeño para su estatura, de falta de fotos del cadáver, de los obstáculos para que la gente se acercara al lugar del velatorio en la Casa Rosada, de la incomprensible y estoica permanencia de Cristina junto al ataúd que interpretaron no como signo de adhesión y dolor sino de ocultamiento de la verdad sobre la muerte. No dejaron sin  revisar en este plan, ningún reducto que pudiera suministrar argumentos para cumplir con sus objetivos de contrarrestar las avalancha popular que les hacía anticipar una derrota 2011. Tanto y tan desesperadamente revisaron, que descubrieron al fin, a  un supuesto artista vidente (Solari Parravicini) que se dio cuenta de que sus cuadros eran en realidad profecías que se cumplían inexorablemente, y en uno referido a Argentina, en 1939, ponía un féretro con una mujer de pañuelo blanco en la cabeza, tal como se dio en el velatorio en que una de las madres se sacó el pañuelo y lo colocó sobre el cajón. Faltaría nomás que alguien invocara ahora al brujo López Rega para consultarlo sobre si no se trataría de una jugarreta de la triple A.

Refiriéndose a un asunto distinto Kichner decía en una ocasión: ¿Qué te pasa Clarín? ¿Estás nervioso? Ahora esa oposición ha entrado en nerviosismo y descontrol. Porque todo este afán de desmontar el crecimiento del proyecto kircherista con medios tan extraños y espúreos no puede explicarse de otro modo.

Ha muerto Néstor C. Kirchner. Por Víctor Saulo Acha

Me he preguntado si debía escribir este texto y he pensado que es preferible el riesgo de la palabra a la omisión del silencio. Por eso quiero compartir estas reflexiones.

En estos días dijo un joven: “yo no soy K, pero vi lo que sucedía y me dije ‘la historia pasa por aquí’. Y por eso he venido”

“La historia pasa por aquí” .Una afirmación que todos podemos convertir en un interrogante ¿Por donde pasa la historia? Tal vez por no hacerse este planteo muchos “ven” pasar la historia y se quedan en la vereda, sin sumarse a ella; otros “dejan” pasar la historia y se quedan en el encierro, para no arriesgarse en las dificultades, o para solo asomarse si hay algo aprovechable.

Quiero ir más allá del hecho de la muerte de Néstor Kirchner y tratar de descubrir porqué su muerte se convirtió en acontecimiento. Digo un acontecimiento por la  movilización que produjo, por las reacciones de personalidades dentro y fuera del país, por las expresiones de tanta gente común que ganó las calles.

Para saber “por donde pasa la historia” argentina, se hace necesario descubrir qué está sucediendo en nuestro país en este momento. Y voy más allá de esta muerte y mas allá de los entreveros del poder, de los aciertos o desaciertos de los diferentes actores políticos; más allá todavía de la circunstancia de quien nos gobierna o quien dará continuidad al proyecto de país que hoy está vigente.

Cuando planteo que está sucediendo en el país me refiero a algunos emergentes que no podemos ignorar:

En el hecho de la gran movilización de estos días, es innegable la abrumadora cantidad de jóvenes, no solo presentes, sino expresándose, manifestando su voluntad de protagonismo.

A esto debemos sumarle lo acontecido en este mismo año en ocasión de celebrarse el bicentenario. También entonces, en las masivas manifestaciones se destacaba la presencia juvenil.

Y más recientemente en Buenos Aires y muy cerca aquí en Córdoba, las tomas de las escuelas cuentan una vez más con el protagonismo de los jóvenes. Que no solo salieron a las calles, sino que en sus expresiones mostraron una asombrosa capacidad de análisis, una firme convicción de sus derechos ciudadanos y una respetuosa claridad para reclamar el diálogo necesario en busca de una mejor calidad en la educación.

Y no es esto un rebrote sesentista, es la expresión clara y contundente de la maduración social a la que ha llegado esta generación. Es que se han expresado los desaparecidos. No ya los que fueron silenciados para siempre, sino estos que estaban elaborando su mensaje, descubriendo su rol y aguardando la ocasión para decir aquí estamos: escúchennos.

¿Por donde pasa la historia? Estos brotes de protagonismo, estas palabras maduradas en silencio y ahora expresadas, estas marchas que son signos vitales y expresiones de presencia, son las señales de la historia posible, la historia que pretendieron robarnos, la historia que debemos construir, la historia que nos está llamando a no quedarnos ni dentro de casa ni en la vereda, sino a mezclarnos en la marcha de los que construyen caminando y mirando hacia adelante.

Néstor Kirchner ha muerto y muchos al constatar la ausencia, sintieron que algunos gestos de su acción estuvieron abriendo puertas y había que trasponerlas. Y por eso ganaron las calles.

Se abrieron puertas con decisiones políticas, económicas, sociales, tomadas en los últimos siete años. Decisiones que han sido discutidas, resistidas, rechazadas o aceptadas. Pero decisiones que tocaron cuestiones tan esenciales, que a nadie dejaron indiferente. Entonces, al aflorar las indiferencias el país se ha convertido en un escenario de debate, donde va creciendo nuestro protagonismo, que deberá crecer aún más.

Los jóvenes en las calles en una y otra ocasión y finalmente, con fuerza contundente en los funerales, nos están diciendo por aquí pasa la historia:

  • Por la presencia protagónica
  • Por el debate responsable
  • Por la confrontación en el diálogo
  • Por la aceptación del disenso y la pluralidad
  • Por la inclusión de los “desaparecidos” hasta hoy, para que sean palabra y presencia y así gestemos entre todos el país que nos merecemos.

Y será saludable no sumarnos a quienes con buenas intenciones algunos, o con aviesos propósitos otros, opinan y hacen preanuncios de ingobernabilidad. La continuidad del gobierno no es ni solo un deber de la presidenta, ni solo un anhelo de sus adherentes, es la exigencia de un país que quiere hacer de sus instituciones un camino, un instrumento para vivir y crecer y no una ocasión para provecho de oportunistas.

Nos debemos todos la continuidad institucional y la responsabilidad de hacernos cargo de esta hora de la historia.

P. Víctor Saulo Acha