La palabra suena agresiva. Tanto, que si uno la pronuncia en estado normal de tranquilidad psíquica, causa asombro a quienes la escuchan. No así cuando es producto de un arranque emocional imposible de dominar. Pero el sr. Cardenal lo ha dejado escrito, no sólo lo ha mencionado. “Esta es la guerra de Dios”.
¿Qué es esto? ¿Dios lo ha delegado en una revelación íntima para convocar a una guerra? ó ¿Bergoglio es Dios y por eso ha comenzado a alistar soldados o “soldaditos”(los alumnos y profesores de los colegios católicos) para una guerra santa?
No! Bergoglio no es delegado de Dios, ni mucho menos Dios mismo. Al parecer lo que pasa es que se cree Dios, que no es lo mismo que serlo. Simplemente, ha desplazado al Dios de Jesús que es el del amor para entronizar al Dios de la guerra.
Con alguna frecuencia nos tropezamos con alguien que nos dice “soy el mesías” o “yo soy Cristo” o “soy Dios y vengo a salvar a este mundo” Algunos hasta muestran señales tan convincentes como las marcas de las llagas de Jesús en sus miembros. Mucha gente los sigue y los publicita. Pero son “enfermos”, “fabuladores” “piantados”, como decimos nosotros, porque están al margen de la realidad. A veces son inofensivos. Con una especie de alienación mística suscitan devociones y prácticas piadosas junto con algunas curaciones o hechos raros como desmayos y visiones frutos de la sugestión personal o colectiva. Pero otras veces son peligrosos. Porque quien los escucha piensa que algo de Dios deberán tener y, ante la alternativa de no escuchar a Dios, optan por la alternativa de convertirse en seguidores de cualquier convocatoria. Hay que notar que, cuando uno es testigo de uno de estos hechos raros que algunos denominan “milagros”, además de haberlos visto se reviste de una especie de superioridad orgullosa sobre los demás y entonces aparece el camino del fanatismo que, cuando es “religioso” es el peor.
Es comprensible y hasta necesario que desde el campo católico tan invadido por un conservadurismo que se resiste a todo cambio, porque resultaría una pérdida de seguridad y de ventajas obtenidas, haya opiniones encontradas y diversas. Que, en este asunto del casamiento (que significa llevar a la casa) y el matrimonio (que indica las tareas maternales de producir y educar hijos) entre personas del mismo sexo, excelentes en sus valores personales, haya oposiciones graves y marcadas, porque se aparta de normas culturales o circunstancias históricas que se consideran inviolables. Las argumentaciones válidas han de basarse en el razonamiento y la experiencia. Pero que, quien no hace mucho se quejaba de los enfrentamientos entre argentinos que tenían a la gente en estado de crispación constante, convoque a una guerra de Dios, es además de un doble discurso inadmisible en una persona pública, una especie de traición al mensaje igualitario del cristianismo (o para prescindir de los ismos) de Jesús de Nazaret, incorporando a los derechos humanos a todos los desplazados en la sociedad de su tiempo.
Bien sabe el sr. Cardenal que sus órdenes a los colegios católicos serán obedecidas puntualmente no por convencimiento sino por temor. Y que lo multitudinaria y bulliciosa que pueda resultar la marcha del Martes 13, tratando de influir en las decisiones del Senado, no impedirá que tarde o temprano la iglesia que él representa, deberá dejar de violar la naturaleza en base a lo que llaman con tanto desparpajo “la ley natural”.-
José G. Mariani (pbro)
Tradición, Familia y Propiedad. Por Guillermo “Quito” Mariani
Hay una convocatoria insistente y hasta angustiosa, a la realización de marchas y actos en defensa de la familia. ¿Defensa de qué? ¿Del desempleo, del consumismo, de los programas de Tinelli, de la imposibilidad económica de mandar los chicos a la escuela, de la estructura laboral capitalista que obliga a estar ausente de la casa durante todo el día y muchas veces establece separaciones geográficas insuperables y sobre todo, desplaza y margina?
Es indudable que la familia sufre hoy todos esos ataques y necesita ser defendida porque constituye el núcleo de afectividad, educación y socialización de los niños y jóvenes que no sólo son la esperanza del futuro sino también la responsabilidad del presente.
Nunca hay que perder de vista la evolución seguida por la institución familiar. Sin hacer una larga historia de las diversidades culturales, notemos solamente que recién como un progreso notable del siglo pasado se da el hecho de que la pareja tenga como base el amor. Muchas otras motivaciones han influido culturalmente desde la aparición de la familia nuclear, para que esto no fuera así. La necesidad de un número suficiente de guerreros para defender, o de obreros para mantener las comunidades; los pactos políticos; el autoritarismo patriarcal; el mantenimiento de las tradiciones para dar seguridad al poder. Y creo que aún hoy las motivaciones para contraer matrimonio no se unifican con el amor. Tienen cabida intereses materiales, deseos y pulsiones sexuales temporarias e individuales, temor a la discriminación de “quedarse para vestir santos”, presiones sociales que por lo general son también económicas…etc
En definitiva, defender la familia es defender el amor como vínculo constitutivo de la misma. El amor que tiene su expresión corporal e intensa en el sexo, pero que no es, de ninguna manera solamente sexo por más que muchos le llamen a esa actividad, con absoluta liviandad, “hacer el amor”. Por eso muchísimas veces hay sexo sin amor y puede también existir un amor prologado y comprometido aunque no haya práctica sexual genital.
Si logramos dejar de lado el horror a la relación sexual genital antes del matrimonio o la practicada por los divorciados, o la que por el uso de preservativo busca sólo el placer de esa intensa comunicación, no nos asustaría tanto la homosexualidad que es, fundamentalmente una relación de amor humano, en muchas ocasiones tan comprometido como el auténtico amor de pareja heterosexual.
Y no seguiríamos cultivando esa odiosa y cruel discriminación de negarles derechos humanos elementales, como el de formar familia y adoptar hijos responsabilizándose de su educación sin prejuicios ni presiones indebidas.
¿Por qué entonces esta convocatoria a defender la familia como si estuviera en grave peligro porque además de los chicos sin familia y los hijos de separados o divorciados, se piensa en la familia homosexual? ¿Por qué esta guerra santa provocada por la jerarquía eclesiástica?
Hay una explicación de estos movimientos, fundamentalistas porque se oponen a todo cambio. Si nos fijamos bien, la “familia” no está sola en este reclamo. El movimiento brasilero nacido en el sesenta para defender la familia contra el comunismo que adoptó como consigna de lucha, la tríada “Tradición, Familia y Propiedad”, nos da una pista de lo que está pasando entre nosotros. No se defiende a la familia, atacada en muchos otros aspectos por los mismos que hacen y responden a estas convocatorias. Se trata de mantener unas tradiciones como inconmovibles porque favorecen sus intereses económicos o clasistas De mantener la familia cerrada a las preocupaciones sociales y, en último término de defender la propiedad privada que hasta hoy resulta barrera insuperable para la igualdad de derechos en el progreso social hacia una sociedad mejor.
José Guillermo Mariani (pbro)
¿Qué hay detrás de la confesión? Charla por P. Mariani
La tortuga y el 82. Por Guillermo “Quito” Mariani
¡Genial! La oposición, convertida en grupo “A”, lanza un revolucionario proyecto en favor de los viejos. Volver al 82 % del sueldo de los activos, como asignación jubilatoria, de acuerdo a los establecido por la Ley 14.499, que logró vigencia durante el corto período de cinco años en el gobierno frondizista.
Es para saltar de alegría esto de ver a quienes, favoreciendo supuestamente la justa distribución de ingresos, (han evadido en poco más de un año 615 millones de pesos en impuestos de producción y exportación, de los que 570 millones corresponden a soja), convertidos ahora en protectores de los pobres jubilados. Pobres, porque lo que les llega actualmente después de años de reclamos, es apenas un módico aumento, que no satisface sus necesidades, ni siquiera con la reglamentación de crecimiento periódico establecida por ley. Aparece muy consecuente que, con el juicio de pobreza escandalosa en que coincidieron con el episcopado nacional, estos honorables legisladores hayan propuesto esta magnífica solución para favorecer a esos pobres por desplazamiento que son los jubilados. Y esto, mientras se guardan otras disposiciones que acaben con los subsidios para desempleados, o los chicos imposibilitados por carencias económicas familiares de participar en la educación formal. Lo cual es parte de las deliberaciones de representantes del grupo “A” en gestación, que escucharon la propuesta y proyecto de futuro gobierno, de la suprema autoridad jerárquica de la iglesia católica. La sugerencia es disminuir radicalmente los aportes “sociales” populistas.
¿Será que detrás de esa aparente unión partidaria para pesar en el Congreso en la aprobación de nuevas leyes, están dispuestos a una colaboración efectiva para financiar ese proyecto, obligándose al menos a no evadir los impuestos a las ganancias y al IVA? Abandonemos esta ilusión, porque en el mismo proyecto “Bergoglio” se propone la supresión de las retenciones como absoluta prioridad. ¿A qué se debe entonces esta repentina solidaridad con los jubilados, ausente en absoluto en otros tiempos, cuando ellos (la mayoría) fueron gobierno?
Si en el estado actual de las cosas fuera posible una decisión de esta índole que acabara con el paso de tortuga que regula las presentes jubilaciones, todos nos sentiríamos mejor. Pero, ante el notable incremento de la población envejecida y el añadido de las decisiones gubernamentales de incorporar a cerca de dos millones y medio en completo desamparo, junto con el desempleo y la crisis internacional de la que ellos afirman que no podemos salvarnos, el 82 por ciento parece una meta inalcanzable. Pero eso sí, es una bandera justificante y al parecer, (como lo fue el salariazo prometido por Menem en el 89) con tufillo eleccionario. Si hubiera creatividad e intención de buscar una verdadera solución, la preocupación debería fijarse en propuestas ya existentes acerca de una modificación del régimen jubilatorio que apresurara los pasos de la tortuga y no en su simple eliminación, corriendo peligro de quedarnos sin el pan y sin la torta.
Que con el ideal de compensar debidamente a los que trabajaron toda su vida y aún a los que no lo hicieron por la exclusión social que significa el desempleo, se discutan y sugieran nuevos puntos de vista, será seguramente provechoso. Pero lo positivo, con una dosis mínima de realismo, no puede consistir en destruir lo que tenemos, sino en mejorarlo. En acelerar el ritmo de marcha de la tortuga.
José Guillermo Mariani (pbro)
jubilado autónomo nacional mínimo, con otro aporte mínimo del Arzobispado de Córdoba.
Domingo 25 de Julio de 2010 – 17 durante el año litúrgico (ciclo “C”)
Tema: (Lc.11,1-13)
Viendo a Jesús orar los discípulos piden que les enseñe y el responde que cuando oren digan: Padre santificado sea tu nombre, que venga tu reino, danos nuestro pan cotidiano, perdona nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a los que nos ofenden y no nos dejes caer en la tentación. Luego agregó Si alguno de ustedes recurre a medianoche a un amigo para pedirle unos panes para atender a un amigo que llegó, se los negará diciendo que es muy tarde y todos están descansando? Les aseguro que si él no se levanta porque se trata de un amigo lo hará al menos por su insistencia y le dará lo que pide Por eso les recomiendo: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. ¿Hay entre ustedes algún padre que dé a su hijo una piedra cuando le pide pan? O una serpiente en lugar de un pescado. Si uds que son malos saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más el Padre del cielo enviará su espíritu a quienes se lo pidan.
Síntesis de la homilía
La fórmula que Jesús enseña a sus discípulos para orar no es para que la aprendan de memoria y la repitan siempre que quieran dirigirse a Dios, haciendo consistir su eficacia en la repetición de las palabras. Como toda oración, su sentido es que lo que se hace como pedido engendre en el corazón un auténtico deseo y propósito de esforzarse por lograrlo. De otro modo todo estaría hecho y quedaría vacío nuestro compromiso con el crecimiento del reino.
Se trata, sí, de una actitud cariñosa y por eso absolutamente confiada en el amor del Padre. Por eso el uso de la palabra Abba.
Lucas no dice el “que está en el cielo” contenido en la fórmula usada por nosotros. Marcos habla sí del Padre de los cielos, indicando no un lugar en que está, sino una presencia en el cosmos que es lo que en muchas oportunidades se designaba como “cielo”. El primer deseo expresado como compromiso es que todos reconozcan su presencia amorosa y por eso nos esmeremos en construir su reinado entre nosotros modificando nuestras relaciones para irlas convirtiendo en fraternales de acuerdo a la dignidad compartida por todos, de ser sus hijos.
Enseguida aparece la pobreza y necesidad de los hijos que deben ser remediadas: el pan cotidiano. Y con ellas el compromiso de buscarlo para todos en una justa distribución de los bienes de este mundo. Lo que obstaculiza ese ideal de justicia es el pecado. El del egoísmo que produce acaparamientos e insensibilidad ante el otro, con deterioro de su felicidad y herida a su dignidad. El perdón que sigue a continuación no es simplemente una actitud sentimental sino que como todo pecado exige reparación. Todo vacío reclama ser llenado- Y así resulta un deseo de que supliendo nuestras deficiencias nos veamos ayudados a esforzarnos para suplir las que descubrimos a nuestro alrededor. Lo cual siempre tendrá que superar el obstáculo de caer en la tentación del individualismo egoísta que romperá los vínculos sociales hasta impedir la realización y el crecimiento del reino.
Desde esta formulación se entiende el sentido de la oración cristiana, la que fue esa enseñanza de Jesús a sus discípulos.
No se descarta la oración de petición a la que se refiere la parábola del vecino inoportuno que pide e insiste en el pan para cumplir con su deber de hospitalidad con un recién llegado. A ese tipo de oración pertenecen las afirmaciones de pedir para recibir, de buscar para encontrar, de golpear para que se abra la puerta. Y ese pedido sincero que es reconocimiento de nuestras limitaciones siempre obtiene lo que se indica al fin de la parábola, el espíritu, que es regalo que a nadie se niega. La riqueza del espíritu del Padre que es espíritu de amor es nuestra fortaleza para ir obteniendo todo lo que deseamos, con el corazón abierto a todas las necesidades y carencia que nos rodean.
Quizás pensemos que las formulaciones literales en esa enseñanza de Jesús son más sencillas de lo que hemos explicado y basta con recitarlas para obtener la ayuda de Dios. Esto significaría en primer término alienación y alejamiento de nuestra realidad. Además convertiría a Dios en responsable de todo lo que nos falta individual y socialmente. E incurriría también en la falsedad de que el amor de ese Padre necesita o exige ser insistido para que por esa insistencia obtengamos lo que pedimos como si El no supiera lo que necesitamos y se complaciera en vernos suplicar para obtenerlo. En la perspectiva que hemos presentado hay un reconocimiento de nuestra debilidad, un acto de confianza en la bondad del padre, una seguridad de que ya tenemos lo necesario si lo deseamos con sinceridad y un compromiso real por construir su reino de justicia y amor.
Buscando coincidencias entre las Lecturas
El regateo de Abraham con Dios y las concesiones obtenidas para que no destruya la ciudad, son una muestra de la inmensa bondad de quien ama por sobre todas las ingratitudes. A lo mismo se refiere Pablo hablando de la cancelación del acta de condenación que nos devuelve la libertad y la dignidad de hijos. La parábola de Lucas indica a propósito del espíritu de la oración, lo que es nuetra íntima relación con Dios.
Domingo 18 de julio de 2010 – 16 durante el año litúrgico (ciclo “C”)
Tema: (Lc.10,38-42)
Entró Jesús a un pueblo y lo recibió en su casa una mujer llamada marta que tenía una hermana llamada María- María sentada a los pie de Jesús lo escuchaba. Marta preparaba la comida y en un momento dijo a Jesús ¿No te importa que María me deje sola para preparar todo? Jesús contestó: No te aflijas ni te preocupes demasiado, basta con un plato. María ha elegido lo mejor y no la voy a privar de atenderme.
Síntesis de la homilía
Habiendo enviado a los setenta y dos y estando ya de camino Jesús aprovecha la amistad con una familia para hospedarse con ellos. Marta es quien dirige la casa y se preocupa por dar una buena acogida al huésped. La comida es siempre un momento de comunión y valía la pena preocuparse de que todos estuvieran bien cuando se sentaran a la mesa.
Desde luego que esa era una preocupación legítima. Más para los judíos que hacían de la comida un verdadero rito de acogida al peregrino. Pero María atendía otro aspecto. La relación humana y confidencial con Jesús, aprovechando esa ocurrencia del maestro de ir a visitarlas de paso por su casa. Por eso ante el pedido de ayuda de Marta, Jesús indica que él se siente muy bien atendido por María y no le va a quitar este gusto que también ella experimenta.
El episodio colocado significativamente por Lucas entre la misión de los setenta y dos y el discurso sobre la oración, pone de manifiesto el valor del clima familiar para el encuentro de comunión con el Padre. Y en ese encuentro aunque sea muy importante compartir la mesa (símbolo bíblico referido muchas veces al banquete final del reino) es también muy importante la comunicación cálida que llamamos amistad.
La relación con María, identificada por algunos como la magdalena, ha sido estudiada y calificada por muchos como una relación de pareja ( a lo cual Jesús no tenía por qué sustraerse). Sea lo que fuere lo cierto es que esto de conversar íntimamente con Jesús y de sentarse Jesús a la mesa con dos mujeres nos lo acerca como cultor de la amistad que, cuando es profunda y sincera significa tanto apoyo para la vida humana.
Además todo el misogenismo con que muchas veces se ha pretendido presentar a Jesús no es basado en datos evangélicos ya que en varias oportunidades Jesús mantiene encuentros con mujeres y aun más, con mujeres señaladas como pecadoras. Esta especie de tradición masculinista que ha influenciado tanto en la iglesia católica no es simplemente una conducta actual de menosprecio de la mujer. Se trata de una tradición ancestral en la cultura judía que se prolongó y dejó huellas muy profundas en lo que llamamos la tradición occidental cristiana. En realidad para muchos biblistas, las mujeres que varias veces se citan en los evangelio como acompañantes de Jesús, tenían para él la misma categoría de los discípulos, pero han sido borradas con el pretexto de que alguna vez se dice que ellas acompañaban con sus bienes al sostenimiento del grupo, como si fueran simplemente señoras bien que con su dinero sostenían al prestigioso maestro itinerante y a sus seguidores.
Nuestra Iglesia que resiste a la presencia de la mujer junto al hombre en el ejercicio del ministerio sacerdotal y durante mucho tiempo y hasta con disposiciones actuales del vaticano, la excluyen de servicios en el Altar (cosa que a pesar de estar indicada, nadie acepta aunque sin manifestarlo expresamente), ha heredado esa tradición de la mujer postergada reduciéndola a su calidad de productora y cuidadora de hijos, como una cosa establecida por la ley natural , como un argumento que utilizan para muchos otros aspectos que a fuerza de defender esa supuesta ley, contrarían la naturaleza con efectos muchas veces catastróficos.
Se escuchó muchas veces la interpretación de que la defensa que Jesús hace de la actitud de María, indica la superioridad de la contemplación sobre la acción. Esta dualidad ha colaborado a que la fe cristiana que tiene como objetivo la comunicación humana hasta convertirla en fraternidad, descalifique la acción y las vocaciones de servicio en cuya entrega a la felicidad y salud de los seres humanos, muchos encarrilan su vida y sus preocupaciones.
Nada más injusto y más antievangélico.
Buscando coincidencias entre las Lecturas
La actitud de Abraham con los viajeros traduce a la perfección la conducta de los judíos con respecto a la hospitalidad como virtud humana fundamental, y la comida como una expresión importante de esa valoración.
Pablo habla de completar en su carne los sufrimientos de Cristo para bien de la comunidad entera por la que manifiesta entrañable amor. Lucas en un breve relato nos pinta la relación de amistad en el seno de una familia.
Domingo 11 de Julio de 2010 – 15 durante el año litúrgico (ciclo “C”)
Tema: (Lc.10,25-37)
Un doctor de la Ley hace una pregunta ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna? Jesús lo interroga sobre el texto de la ley. La respuesta del escriba abarca dos preceptos: el amor a Dios sobre todo y al prójimo como a sí mismo. Jesús le dice entonces que ya que lo sabe, lo transforme en vida. Luego para solucionar la cuestión de quién es el prójimo recurre a una parábola. Un hombre es asaltado y dejado en el camino lleno de heridas mientras bajaba de Jerusalén a Jericó. Un sacerdote y un levita pasan por allí sin detenerse. Pero un samaritano se detiene y lo cura y transporta hacia un lugar seguro encargándose de todos los gastos. Al responder el escriba que “prójimo” es el que tuvo compasión, Jesús repite su consigna “véte y haz lo mismo”.
Síntesis de la homilía
Es muy fuerte la conciencia legalista del escriba que en su pregunta supone que la vida eterna se adquiere haciendo algo. No que el Amor no necesita que lo obsequiemos para premiarnos. La respuesta de Jesús, ante el conocimiento de la ley que tiene su interlocutor, aprovecha para señalar que todo es cuestión de amor, preparando así su proclamación del único mandamiento.
Esto mismo se explicita en la parábola a que recurre Jesús Todo lo que es el culto, la adoración de Dios, la reivindicación como suprema autoridad que establece una ley, es la religión que se vive en Israel sostenida e impuesta por las autoridades del templo. Sin embargo, el verdadero culto a Dios se concretiza en la relación con el hombre y particularmente con el necesitado, el golpeado, el oprimido, el nadie. Esto es lo que muestra el samaritano, un hombre sin preocupación religiosa porque de otro modo no se habría detenido a auxiliar a un judío su rival. Aquí aparece muy claro todo el obstáculo que pueden significar las religiones o lo religioso como lo entendemos habitualmente, para estar en relación con el Dios de Jesús. El sacerdote y el levita tienen deberes muy concretos que cumplir con relación al Dios en cuyo honor se ha erigido el fastuoso templo. Y esto es más importante que cualquier otra cosa, que cualquier requerimiento de otra índole. Y así pasan de largo, apurados para ir a cumplir con su deber. Y de este modo, a pesar de que su intención es cumplir con el mandamiento señalado como el mayor por el escriba “amar a Dios con todo”, se alejan de Dios, porque esa realidad inaccesible para el ser humano no se muestra y revela sino por el hombre y en el hombre a quien Dios asumió en Jesús como la revelación completa de cómo ha de ser nuestra relación con El. Jesús de Nazaret es para nosotros un hombre, viviendo la plenitud de la humanidad. Un hombre que excluyó de su persona todo lo antihumano. Así es la presencia de Dios. Y por eso, siendo absolutamente igual a todos nosotros, es la manifestación, la presencia, la representación de Dios entre nosotros. Pero no es él solo, sino que la identificación con nosotros hace que su persona humana contagie la humanidad de todos nosotros, cuando tratamos precisamente de desterrar de nuestra conducta todo lo inhumano.
Todas la preguntas y dificultades que presenta la pretensión de describir o descubrir a Dios, se desmoronan ante esta propuesta: Jesús es el mediador, la revelación. Y no lo es por sus palabras, o al menos no sólo por sus palabras sino por su conducta, por su proceder en todas las circunstancias que le tocó vivir.
Lo religioso en la historia de la humanidad ha sido ocasión de rivalidades, descalificaciones y hasta guerras. Y en ese sentido no es ni puede ser de Dios, del Dios Amor presentado por Jesús. El samaritano atiende únicamente a lo humano, a la necesidad del hombre tirado en el camino y él está por eso más cerca de la verdad y la revelación de Dios.
Cuando llevada por la altura de la especulación la iglesia puso toda su atención en las formulaciones dogmáticas, sin quererlo, ensombreció la revelación fundamental del evangelio que se sintetiza en la radical afirmación de Juan, que se aleja de la del escriba que interrogó a Jesús. La única definición de Dios en el nuevo testamento, le pertenece:
Dios es amor. Y la consecuencia inmediata es que no vivir en el amor, que sólo nos es posible orientar hacia el ser humano, es alejarse de Dios. Y por ese motivo quien cree que ama a Dios y no ama al hermano se está engañando a sí mismo (es mentiroso, dice el texto).
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La lectura del Deuteronomio pone en boca de Dios la afirmación de que la ley a la que hay que obedecer como venida de El, no está en los escritos ni en el culto sino que está inscripta en nuestros corazones. Pablo presenta a los colosenses como imagen de Dios y plenitud de su presencia a Jesús de Nazaret, el Cristo. Lucas con la parábola del samaritano asistiendo al tirado en el camino nos coloca ante la verdadera religión (sin culto y sin leyes) de la que también habla Santiago: el corazón abierto al ser humano.
Domingo 4 de julio de 2010 – 14 durante el año litúrgico (“ciclo “C”)
Tema: (Lc.10,1-12 y 17-20)
Jesús envía a otros setenta y dos para precederlo en ciudades y pueblos que iba a visitar, como los pocos trabajadores para recoger la abundante cosecha. Los envía como corderos en medio de lobos.les prohibe llevar dinero, provisiones y calzado, así como también detenerse en el camino, portadores de un saludo de paz. Deben aceptar el alojamiento que se les ofrezca como obreros que reciben su salario. Y aceptar los alimentos que les den, curando enfermos y anunciando la proximidad del reino de Dios y renunciando a otra cosa que sacudir el polvo de sus pies contra quienes no los reciban. Habla también de una condena para quienes no los reciban. Al volver los discípulos se mostraron satisfechos y Jesús les aseguraba una visión de Satanás derrotado gracias a los poderes que él les había comunicado. Sin embargo les dice que se alegren porque sus nombres están escritos en el cielo.
Síntesis de la homilía
Después del envío de dos de sus discípulos para preparar el camino, Jesús recurre ahora a setenta y dos, indicando simbólicamente el ansia de sumar para su buena noticia, a las setenta y dos naciones paganas a que hace alusión el cap. 10 del Génesis. Corderos en medio de lobos es una advertencia para que eviten dejarse seducir por el engaño y sigan sus instrucciones precisas. A veces la interpretación patética de esa frase de Jesús hace pensar que el mundo está lleno de enemigos y , que hay que recurrir a todos los medios de defensa. En esto se origina una situación paranoica que desde la iglesia no hace otra cosa que considerar enemigo y lobo feroz a quien se atreve a criticar su proceder o a publicar sus errores y pecados. El poder eclesiástico recurre con frecuencia a esta actitud de víctima que es a la vez de condena y permite decisiones inquisitoriales hacia dentro y fuera de la comunidad cristiana.
La frase que sigue, prohibiendo llevar dinero provisiones y calzado, se opone precisamente a esa interpretación a que nos hemos referido y repite la advertencia de no detenerse por las ofertas seductoras que se les harán. Así se tiene en cuenta, no la negativa a compartir ideas en las conversaciones, sino a la prudencia de no caer en las redes de los que buscarán alquilarlos con halagos, para servir a sus propios intereses de dominio o exclusión. Y hemos de reconocer que esto se ha dado muchas veces con la Iglesia cómplice de opresiones e injusticias.
El sentido común y la valoración exaltada de la hospitalidad, alimentada por una ancestral tradición en el pueblo judío, les indica aceptar el alojamiento como una muestra de justicia para trabajadores al servicio de una misión, y por ese motivo alude a que quienes no los reciban tendrán un juicio más severo que Sodoma cuyo gran pecado fue la falta de hospitalidad para los extranjeros. El anuncio de la proximidad del reino de Dios no tiene que ser, en el enfoque de Jesús, principalmente con promesas y palabras sino con acciones liberadoras. Por eso indica a los mensajeros que curen enfermos y remedien toda clase de males. Esto al mismo tiempo, provoca el entusiasmo de los discípulos que, al regresar, lo cuentan como lo más importante de su experiencia. Jesús les hace notar que la verdadera importancia no está en que ellos hayan resultado exitosos sino en que su trabajo ha colaborado para el establecimiento del reino. Una corrección importante para quienes muchas veces nos consideramos superiores cuando entregamos un mensaje o un consejo que otros aceptan, cuando en realidad recibimos de ellos la gran riqueza de la comprensión y compromiso para la tarea común.
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Isaías con lenguaje profético y poético anuncia las maravillas del reino de Dios. Pablo indica la alegría de haberse plegado a la causa de Jesús entregando su vida, afrontando dificultades y buscando renovarse en el ejercicio de la misericordia y la comprensión. Lucas nos entrega a un Jesús preocupado por la difusión del reino ampliando sus límites hacia la dimensión universal.
Dime con quién andas… Por Guillermo “Quito” Mariani
Cuando el acompañamiento es de persona a persona pueden darse alternativas. O el contagio con la maldad del otro, o la conversión y mejoramiento del mismo. Por otra parte, cuando alguien atrae y convoca a mucha gente puede que sea un líder carismático. Cuando, en cambio, uno es el que se añade a una multitud, resulta generalmente un arrastrado, sobre todo si espera que sus intereses se vean así favorecidos.
Son muchas las variantes que pueden darse al contenido de ese refrán “dime con quién andas y te diré quién eres”, pero podemos especificarlas con una observación objetiva que no necesita ser demasiado minuciosa.
La noticia es de un encuentro del Sr. Cardenal Bergoglio con los principales representantes de la “oposición”. Entre ellos, Nosiglia, López Murphi, Hilda de Duhalde, Ernesto Sanz, Margarita Stolbizer y la ausencia de los convocados Domingo Cavallo y María Julia Alzogaray. La finalidad del encuentro no era un “retiro espiritual”, con el modelo Cardenal Primatesta, que organizaba estos encuentros con gremialistas y políticos para embeberlos con el mensaje de Cristo en favor de la iglesia católica. No. Bergoglio hace una convocatoria directamente política para presentar (aunque él lo niega) un plan de gobierno. Resulta difícil explicar cuáles son sus objetivos. ¿Convertirse en conductor de la oposición? ¿Candidatearse (ilusionado con Lugo) para la presidencia de la nación? ¿Añadir méritos para un futuro Cónclave?
Fracasado el intento de contar con toda la dirigencia opositora en el Te Deum de la catedral metropolitana, para hacerles escuchar sus críticas al gobierno nacional, el recurso se inclinó a presentar este documento “Contrato social para el desarrollo”. Una especie de proyecto concreto de gobierno para realizar en lo que ya se denomina “poskirchnerismo” desde el 2011. El largo documento cuya paternidad se atribuye al abogado oficial del Arzobispado de Buenos Aires, Roberto Dromi, especifica los primeros objetivos consensuados para llegar a la unidad tan ansiada por el pueblo “crispado”, según expresión del mismo cardenal, por las divergencias y rivalidades. Allí se alude a la eliminación de las retenciones (debiera abogarse también por la penalización de los evasores de impuestos en la comercialización de la soga y el maní, 450 en el sur de Córdoba solamente, que han defraudado al Estado en unos 2.000 millones de pesos) También se propicia el cese de los juicios a genocidas (Duhalde), la baja de impuestos para asegurar la ganancia empresaria que motive inversiones, la devolución de la autarquía al banco central y la libertad para las empresas informativas, que se admiten como integradas por privados con alguna participación del estado, para lograr información variada y veraz.
El intento de Casaretto con el documento sobre la pobreza, que experimentó el rechazo de las entidades gremiales y debió por eso “cajonearse”, es reavivado ahora con un plan que se aparta de los reclamos de justicia social. Y a estar por algunas declaraciones, incluye también la exigencia de disminución de la acción social igualizante que preocupa constantemente al gobierno actual. En definitiva, cuando se trata de simpatizar con las políticas liberales capitalistas, para lograr beneficios y privilegios, los pobres desaparecen de escena para quienes en otras oportunidades han denunciado la “escandalosa pobreza”.
El mencionado consenso presentado por Bergoglio no hace alusión a la inserción de Argentina en América latina y en el mundo. Y es realmente significativo que, en momentos en que aumenta la solidaridad de las naciones suramericanas no se mencione a ninguna de las organizaciones importantes que expresan esa “unidad” tan buscada por el Cardenal en base a propiciar la adhesión a los intereses más voraces de la República Argentina. Ni tampoco haya alusión alguna al quiebre del sistema en el mundo capitalista que nos hiere mucho más levemente gracias a muchas de las decisiones oficiales adoptadas en este proceso.
Ignoramos la aceptación, por parte de los presentes en el Encuentro, (ligados de diferentes modos a los 4 gobiernos anteriores, Menem, de la Rúa,Rodríguez Saa y Duhalde) de las propuestas cardenalicias, que ciertamente acuerdan con los criterios más o menos compartidos por las distintas organizaciones. Por lo pronto, si éstas en conjunto no pudieron o no quisieron elaborar un programa o plataforma para el 2011, ya lo tienen, presentado por el más elevado representante de la jerarquía eclesiástica nacional. Y eso es casi “sagrado”. ¿Será de consagración de todos los candidatos, por aquello de que “dime con quien andas y te diré quién eres”?
José Guillermo Mariani (pbro)