Homilías Dominicales. Domingo 28 de junio – 13 durante el año litúrgico (ciclo”B”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema: Cuando regresó en la barca a la otra orilla, mucha gente se reunió a su alrededor y Jesús se quedó a orillas del Lago- Entonces llegó un jefe de la sinagoga que se llamaba Jairo y se postró ante él diciéndole:

Con insistencia “Mi hijita está por morir. Ven a imponerle las manos para que sane y viva” Jesús se fue con él y lo seguía una  muchedumbre que lo apretaba por todos lados. Se encontraba allí una mujer que hacía doce años que sufría hemorragias. Había padecido mucho en manos de numerosos médicos y había gastado todos sus bienes sin obtener resultados. Cada vez estaba peor.

Como había oído hablar de Jesús se le acercó por detrás entre la multitud y todó su manto porque pensaba que con sólo tocarlo quedaría curada. Inmediatamente cesó la hemorragia y ella se sintió sana. Jesús se dio vuelta al sentir qye un poder había salido de él y preguntó ¿quién ha tocado mi manto?  Ves que la gente te aprieta por todas partes y preguntas quién te ha tocado? Pero él seguía mirando a su alrededor para averiguarlo.  Entonces la m mujer muy asustada y temblando fue a arrojarse a sus pies y le confesó la verdad. Jesús le dijo: Hija, tu fe te ha salvado. Véte en paz. Tu enfermedad está curada.

Todavía estaba hablando cuando llegaron unas personas de la casa del jefe de la Sinagoga y le dijeron:
Tu hija murió ¿Para qué vas a seguir molestando al maestro? Pero Je´sús escuchando lo que decían, dijo al jefe de la Sinagoga. No temas. Basta que creas.  Y, sin permitir que nadie lo acompañara más que Pedro, Santiago y Juan fue a casa del jefe de la Sinagoga. Allí vio un gran alboroto y gente que lloraba y gritaba-Les dijo: ¿Por qué alborotan y lloran? La niña no está muerta, sino que duerme.  T se burlaban de él- Pero Jesús hio salir a todos y, tomando al padre y a la madre y a los que venían con él, entró a donde estaba la niña-  La tomó de la mano y le dijo “talitá kum” que significa : te lo ordeno , levántate! Enseguida la niña que ya tenía doce años se levantó y comenzó a caminar Todos se llenaron de asombro y y él recomendó que no contaran a nadie lo sucedido. Después, mandó que le dieran de comer.

 

Síntesis de la homilía

Se puede decir que en el largo relato que hemos escuchado, es el comienzo de lo que los escrituristas han llamado: el evangelio femenino de Marcos. Son dos mujeres. Todas las diferencias que hay entre ella, la edad (una adolescente y otra adulta): una esperando en su casa, muerta y la otra mezclada a la multitud cargando y exhibiendo su muerte psíquica y su muerte legal; una sanada con el gesto tímido de tocar el manto de Jesús, la otra tomada de la mano con la familiaridad de la amistad para renovar su confianza.

A veces vivimos la ilusión de que la discriminación femenina propia de las culturas patriarcales ha desaparecido. La extraordinaria fuerza de los hechos de femicidios multiplicados de manera alarmante entre nosotros, que son manifestación extrema de una violencia de género que tiene muchas otras demostraciones, nos saca violentamente de esa ilusión.

La investigación del pasaje de Marcos merece estudiarse con toda la profundidad humana que presenta para que nos permita entrar en el clima de la situación femenina en la cultura israelita y nos aproveche para purificar ese sentido machista de exclamaciones o conducta que han pasado a considerarse muy naturales y que constituyen el camino de los hechos lamentables que se han multiplicado entre nosotros-

Dediquemos un poco de atención al episodio del camino. Jesús acepta, ante la desesperación de un padre con su hija moribunda, acompañarlo hasta su casa. Lo sigue la gente amontonándose para no perder lo que pueda ser el resultado de esta situación tremendamente conmovedora. Entre la multitud va la mujer que no puede interrumpir, aún con intervención de los médicos más prestigiosos, la menstruación continua. El Levítico establece una grave impureza legal que aleja de todo contacto con la mujer mientras ese proceso tiene lugar.(lev.14,24-27)  Además de la discriminación social sufre la discriminación sexual. No puede casarse Su conducta, acompañando a la gente que marcha, es un verdadero acto de rebeldía contra la opresión de la Ley. Pero corre el riesgo del linchamiento por atreverse a ese desafío.

Por eso va resuelta, pero temerosa. Se acerca a Jesús sólo para tener entre sus manos el manto. Hay todo una simbología en el manto relacionado a la masculinidad. La sensibilidad de Jesús se muestra al percibir el pequeño detalle y hacer conciencia de la desesperación de la mujer, descubierta en su gesto. Y la tranquiliza.  Vete en paz! Ha comenzado su curación ayudándola a superar junto con la opresión legal su propia depresión.

Jesús continúa su camino y de la casa del archisinagogo le vienen a avisar que la niña ya ha muerto. Jesús no deja que el hombre se desaliente.  Lo impulsa a recuperar la confianza. Cuando llegan, sorprende a los reunidos en el rito del dolor, los llantos y gritos, y calma a la gente asegurando que la niña está dormida. Aquí, vale la pena detenerse, porque los gestos y acciones son muy elocuentes simbólica y psicológicamente. La mujer de camino estaba agobiada por la enfermedad y la discriminación legal. Aquí también la adolescente, a los doce años, edad de la menstruación y por eso de ser entregada en matrimonio, está en vísperas de perder su libertad. La cultura patriarcal convierte al varón en dueño de la mujer. Y ella, impotente para rebelarse contra la ley, elige la muerte. Por eso la perspicacia de Jesús, la declara dormida. La orden que le da tomándola de la mano es “te lo mando, levántate”, es perentoria. Están allí el padre y la madre, los que para ella representan la ley y están también los tres discípulos que representan la comunidad nueva y liberadora.

Jesús acaba de consumar la liberación de dos mujeres oprimidas por la Ley. Y puede decirse que, en medio de toda la riqueza de este relato de Marcos hay junto con un gran reclamo por la dignidad de la mujer, una gran lección de lo que significa su degradación en la privación de libertad y la crueldad de la discriminación.

Homilías Dominicales. Domingo 31 de mayo – Festividad de la Ssma.Trinidad (ciclo “B”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema(Mt. 28,16-20)

Los once discípulos fueron a Galilea a donde Jesús los había convocado. Viéndolo, se postraron delante de él. Algunos, sin embargo, dudaban.

Acercándose, Jesús les dijo estas palabras: He recibido pleno poder en el cielo y en la tierra. Vayan, instruyan a las naciones bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a cumplir mi mandamiento. Yo estaré con ustedes , hasta el fin del mundo.

Síntesis de la homilía

Hay todo una construcción ideológica alrededor de las menciones que hacen los evangelistas de la presencia de Dios en el espacio y el tiempo de la creación. El breve pasaje de Mateo, que hoy consideramos, es una de ellas. Y ha servido como argumento para imaginar una realidad metafísica recurriendo a las nociones aristotélicas de naturaleza y persona, presentar de esa manera una imagen del Dios trinidad, que no viola su unidad.

Todo esto está muy lejos de la pretensión de Jesús y su mensaje extraído, de una unión íntima y personal con Dios lograda a través de la tradición judía y la penetración profunda en el sentido de las Escrituras sagradas, junto con una penetrante visión y juicio sobre la realidad vivida por Israel, su pueblo.

Dios, el gran desconocido, a quien “nadie vio jamás” como afirma Juan, ha tenido para nosotros una manifestación a nuestro alcance: Jesús de Nazaret, hombre como nosotros.

Y esa manifestación experimentada por él como internalización del Dios origen de todo lo que existe, le ha permitido hablar de él, como el DIOS-AMOR.

A nuestro alrededor toda la realidad nos sugiere la presencia y acción del principio creador. Cada creatura tiene su característica para cumplir ese cometido. Jesús, una de esas creaturas, con una particularidad muy excepcional, ha cumplido con su misión de descubrir a los seres humanos, su vocación en la tierra, el cosmos y la humanidad, en conformidad con la gran revelación de que ese principio de todo lo que existe, es AMOR. Una palabra y un concepto que, de alguna manera están a nuestro alcance, gracias a que parcialmente lo vivimos en nuestras historias personales.

La vida y acción de Jesús, junto al mensaje que expresa su sentido, cuando con su “mayoría de edad” legal, comienza la posibilidad de actuar públicamente y dedicarse a la enseñanza itinerante, muestran el camino, la verdad y la vida que ese Dios autor de todo, quiere que llevemos los seres humanos. Y por eso, la mayor preocupación es complicar a sus discípulos con ese espíritu que refleja la voluntad divina para fortalecernos en la construcción de su reinado entre los hombres.

Esto, que no necesita de una formulación filosófico- metafísica como la que designamos como trinidad de Dios, es la perspectiva evangélica que, al mismo tiempo que la presencia de Dios en toda la creación, singulariza esa presencia en el ser humano que la concreta de un modo particular, Jesús de Nazaret, y la prolonga en la actitud de todos los que con su mismo espíritu, se comprometen en su seguimiento.

Bautizar, es decir “bañar, empapar” con la con la fuerza y la fluidez del agua fecunda, es ir multiplicando los constructores del reino y manteniendo el más perfecto sentido de la vida humana, en el feliz y eficaz cumplimiento de ese cometido

Homilías Dominicales. Domingo 24 de Mayo de 2015 – Festividad de Pentecostés (ciclo “B”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema; (Juan 20,19-23)

Al atardecer del día primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar en que se encontraban los discípulos por temor a los judías, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos les dijo Shalom!(paz con ustedes) Mientras le decía esto, les mostraba las manos y el costado. Viéndolo los discípulos se llenaron de gozo. Jesús les repitió ¡Shalom! Como el Padre me envió, yo los envío a ustedes Y diciéndoles esto sopló sobre ellos y añadió “Reciban el santo espìritu de Dios. Los pecados serán redimidos (perdonados)a quienes ustedes liberen (los perdonen) y quedaran esclavizando (retenidos) a quienes no puedan liberar.

 

Síntesis de la homilía

Para Juan esta visita de Jesús, como experiencia de la fe y confianza de los discípulos, quiere insistir en que fueron elegidos para una misión que les queda por cumplir, después de lo realizado por Jesús. Los detalles que aportan, de acuerdo a su estilo, cada uno de los relatores de evangelio, se diversifican por su contenido y objetivo. Juan, evangelista tardío, considera muy necesario reforzar en los seguidores de Jesús el compromiso de proclamar los secretos del reino. Por otra parte ya en su tiempo había quienes adueñándose indebidamente del mensaje trasmitido, habían dado diversas interpretaciones no coincidentes con los valores del reinado de Dios y su valor principal la vigencia del amor en todos los niveles de las relaciones humanas. Para eso había que asegurar que la misión era la encomendada por el Padre a Jesús y nada distinto de aquello. Y además también se hacía indispensable restablecer la confianza en la fuerza interior, que los animaba a vencer las dificultades y emprender con optimismo la tarea liberadora, iniciada y ejemplarizada por Jesús y continuada por sus primeros discípulos.

La cuestión del perdón de los pecados resulta fundamental para la mentalidad judía tradicional. Yahvé es el Dios poderoso cuyos enemigos sucumben ante su poder y cuyos amigos progresan en la medida de su fidelidad. La novedad inaugurada ya en la historia evangélica de Jesús cuando al paralítico bajado por el techo le dijo “tus pecados te son perdonados” y respondiendo a la murmuración de los fariseos ¿quién puede perdonar sino Dios? indicó al paralítico “toma tu camilla y vete a tu casa” , resulta central en la propuesta del reino., pero no desde la imagen de un Dios administrador de justicia, que premia y castiga, sino de un Dios Padre que, con la generosidad de su perdón como solución de la debilidad interior y de los males exteriores, quiere extender el espacio de su liberación, con la multiplicación de los trasmisores de ese perdón.

La posibilidad de “no perdonar” que parece concluirse del texto literal y ha sido muy insistida por una tradición muy cuestionable, como expresión de poder, no se refiere entonces a condenar sino a comprometerse con un perdón que se empeñe en el remedio o desaparición del mal. A eso, más que a la transmisión de un poder, se refiere el soplo del espíritu que es una especie de renovación interior para comprender, compadecer y liberar. Entendida esa misión como parte de la novedad cristiana del Dios padre-madre, constituye un impulso para ayudarnos constantemente, en el contacto con la realidad cotidiana a ser   diligentes en conocer y comprender la realidad de cada uno para quitarle a la evangelización católica esa especie de trauma condenatorio que ha alejado y afectado a muchos, innecesaria y a veces injustamente.

 

Homilías Dominicales. Domingo 17 de Mayo de 2015 – Festividad de la Ascensión del Señor (ciclo “B”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Marcos 16,15-20)

Dijo Jesús a los once discípulos: Vayan por todo el mundo y proclamen la buena noticia a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará y el que no, se condenará. Estos son los signos que acompañarán a los que crean, en mi nombre expulsarán demonios, hablarán lenguas nuevas, agarrarán serpientes con sus manos y aunque beban venenos no les causará daño, impondrán sus manos a los enfermos y quedarán curados.

Después de decirles esto fue llevado al Cielo y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron a predicar por todas partes y el Señor los asistía y confirmaba sus palabras con los signos que las acompañaban.

 

Síntesis de la homilía

La importancia de la misión de Jesús confiada por el Padre, no concluía con su testimonio de vida y el mensaje proclamado a los hombres de su tiempo. El reinado de Dios, centro de su predicación y acción, es un reinado universal y por tanto debía contar con propagadores en todo el mundo y todos los tiempos, ya que eran los hombres que escucharan y aceptaran su mensaje los que debían comprometerse como agentes activos de la construcción de ese reinado. La designación de esta festividad como ASCENSION está basada en la descripción de Lucas en el libro de los hechos, claramente armada para comprometer a los discípulos con el esfuerzo de continuar la proclamación del reino y el esfuerzo por ser constructores activos,dedicándole su vida. El relato de Marcos es más simple, sólo enuncia los elementos fundamentales, “ Jesús fue llevado al Cielo y allí está al lado de Dios”. En esto consiste la importancia de este breve pasaje de Marcos. El número doce lleno de simbolismo como reemplazante de las doce tribus de Israel, se ha disminuido con la ausencia de Judas. Es necesario insistir en la tarea evangelizadora, la proclamación de la buena noticia, teniendo en cuenta sobre todo, los hechos de la pasión y muerte de Jesús que seguramente habían dejado a los discípulos muy atemorizados.

Expulsar demonios, es decir ahuyentar los pensamientos y proyectos dañosos para las personas y la sociedad;   hablar un nuevo lenguaje que por encima de las opresiones mantenidas en base a imposiciones para hacer descubrir la realidad de la nueva propuesta; afrontar los peligros del veneno de los animales y los hombres en una conjuración armada para desconocer la voluntad del creador; todos esos son los signos que, para la mentalidad de ese tiempo podían enunciarse como hechos mágicos relacionados con el misterio de lo desconocido, explicado míticamente por todo un conjunto de religiones preexistentes al cristianismo.

Desde luego que el desafío de agarrar serpientes y tomar veneno son elementos que contrarían todo realismo, como para aceptarlos como enunciados, entendidos y aceptados literalmente por los interlocutores. Lo mismo que la descripción simple pero eminentemente simbólica de “ser llevado al cielo y sentarse a la derecha de Dios”.

Aunque pareciera que estas sencillas y elementales aclaraciones rompen tradiciones consideradas importantes e intocables, es bueno que no renunciemos a enfocar los relatos bíblicos con mentalidad crítica basada en elemental sentido común. Así es posible descubrir la riqueza del mensaje liberador que puede proclamarse y regir modos de conducta y compromiso, también en nuestro tiempo.

Homilías Dominicales. Domingo 10 de Mayo de 2015 – 6 de Pascua. Por Guillermo “Quito” Mariani

Texto: (Ju.15,9-17)

Dijo Jesús a sus discípulos: Así como el Padre me amó yo también los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mi mandamiento, permanecerán en mi amor como yo cumplí el mandamiento de mi Padre y permanezco en su amor. Este es mi mandamiento: Ámense unos a otros como yo los he amado. No hay amor más grande que dar nla vida por los amigos. Uds. son mis amigos si hacen lo que les mando. No los llamo servidores porque el servidor ignora lo que hace su señor.

Yo los llamo amigos porque les he revelado todo lo que aprendí de mi Padre. No son ustedes quienes me eligieron a mí sino que yo los he elegido a ustedes, destinándolos a que vayan y den frutos y esos frutos sean duraderos. Mi Padre les concederá entonces todo lo que pidan en mi nombre. Lo que yo les mando es que se amen unos a otros.

 

Síntesis de la homilía

Llama la atención esta insistencia de Jesús en el mandamiento del amor que es su único mandamiento, el del reinado de Dios que pretende instaurar. Y seguramente él no está hablando de un amor sobrenatural, divino. Pretender que el amor humano llegara a esa dimensión que sería el amor de las personas en la Trinidad, es absolutamente imposible. El dogma formulado filosófica y metafísicamente de un Dios Padre, Hijo y Espìritu Santo, en que se ha transformado la verdad evangélica de un Dios Padre que confía una misión a un hijo querido, junto con la riqueza de su espíritu de amor, no aparece en la concepción de Jesús. El está hablando del amor en sentido humano. De ese que nace abarcando el espìritu, el pensamiento, los afectos, las expresiones corporales y culmina en un compromiso de vida con la persona del otro, de ese “otro”que son todos los demás.

El enunciado de los mandamientos del decálogo mosaico ha parecido tradicionalmente más popular y claro en lo concreto de sus especificaciones, que el mandamiento de Jesús. El mismo ha afirmado que no ha venido a suprimir la Ley, sino a convertirla en la realidad del Reinado de Dios. Y Juan habla claramente de un solo mandamiento que merece también la calificación de “nuevo”. El mandamiento del amor. Pero ¿es que el amor puede mandarse, puede ser objeto de un precepto obligatorio? Seguramente que no, en muchos de sus aspectos. Hay una especie de proceso en el amor. Conocimiento en profundidad, aprecio, afecto, expresiones corporales, compromiso con la felicidad del otro y, a veces, la tolerancia de la no correspondencia que puede, muy fácilmente provocar una negativa de nuevos intentos. Y en estas últimas etapas nacidas de la espontaneidad de las primeras, si hace falta una fuerza interior presionante para vivirlas teniendo en cuenta el bien a que se aspira.

También el amor de Jesús, como amor humano, ha pasado por esas etapas. No nos podemos olvidar de esa exclamación: “hasta cuándo deberé estar con ustedes, generación perversa e incrédula!” que denota el cansancio de no ver aceptadas sus enseñanzas y testimonios de vida. La decepción ante el beso de Judas y la negación de Pedro. La indignación con que reprocha a Pedro llamándolo Satanás…y de la afirmación

de Marcos “no se fiaba de ellos”…

hay una especie de alivio que experimentamos cuando escuchamos esta afirmación tan drástica de Jesús acerca del cumplimiento del mandamiento nuevo, pero no siempre apreciamos lo abarcativo de esta virtud del reino y las exigencias que supone vivirla con toda su dimensión y en todo tiempo

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Homilías Dominicales. Domingo 3 de mayo de 2015 – 5to. de Pascua (ciclo B) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Ju.15,1-8)

Yo soy como una vid. Y el Padre es quien la cultiva. Si una rama no da uvas la corta, pero si da uvas la poda y limpia para que dé más. Uds. ya están limpios por las palabras que les he trasmitido. Sigan unidos a mí como yo sigo unido a ustedes.

Una rama no puede dar uvas por sí misma si no está unida a la vid. De la misma manera ustedes no pueden dar frutos si no están unidos a mí. Yo soy la vid, ustedes son las ramas. El que permanece unido a mí y yo a él, da mucho fruto porque sin mí no pueden hacer nada. El que no permanece unido a mí será echado fuera y se secará como las ramas que se recogen y se queman en el fuego.

 

Síntesis de la homilía Es muy elocuente y cálido el simbolismo de la vid, cultivo predominante en Palestina y origen del vino con toda su capacidad de alimentar la alegría y el optimismo del corazón.

Jesús lo elige para dar idea a sus discípulos de la importancia de mantener la unión con él. Una unión que no es solamente afectiva sino apreciativa de sus enseñanzas y su conducta. Hay realmente una savia que recorre desde las raíces todo el tronco de la planta y distribuyéndose generosamente por las ramas las hace fecundas en dulces frutos. Pero, nacidas y enriquecidas por el tronco, las ramas no pueden considerarse independientes de la savia central. Además de la infecundidad cuando esa unión se rompe, la semejanza usada por Jesús advierte que el padre las corta y son basura para el fuego.

En una interpretación individualista la calidez de la comparación resulta entusiasmante.

Quien está unido por el conocimiento, el corazón y la conducta, a Jesús tiene garantizada la fecundidad en frutos (dulces uvas). La queja bíblica del Dios de Israel es que plantó una vid y cuando esperaba dulces racimos, sólo produjo mezquinos frutos amargos. Y es queja no se aplica a cada israelita sino al conjunto del pueblo. Como también tenemos que hacer nosotros con este pasaje de Juan.

La comunidad eclesial, el conjunto de seguidores de Jesús, es la que debe tener conciencia de que es un ramaje que si no permanece unido a la propuesta del Evangelio, la buena noticia de Jesús, poco a poco va transformándose en ramas secas y estériles que sólo sirven para el fuego.

La Iglesia institucional vive y se mueve a través de distintas organizaciones que tienen como función trasmitir los principios de la vida cristiana. Las instituciones naturalmente necesarias para la permanencia de la comunidad y sus objetivos olvidan muchas veces detrás de metas temporales y urgentes, como la férrea disciplina, el manejo del dinero, la majestuosidad de la liturgia, el autoritarismo impositivo, la postergación de la defensa de los derechos humanos, las adhesión a los beneficios de los poderosos.. Realmente hay gente que dándose cuenta de esas deficiencias, renuncia a complicidades concretas sin dejar de comprometerse con otros aspectos no descuidados en la Iglesia. Y pareciera que esta conducta, además de ser inevitable es también justificada por las afirmaciones taxativas de este pasaje de Juan

Homilías Dominicales. Domingo 29 de marzo de 2015 – Festividad de Entrada triunfal en Jerusalén. Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mc.11,1-10  y pasión según Marcos)

Próximos a Jerusalén y al pie del monte de los olivos, cerca de Betfagé y Betania, Jesús envió a dos de sus discípulos diciéndoles: Vayan al pueblo que está al rente y al entrar, encontrarán un asno atado que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganmelo y si alguno les pregunta qué están haciendo

“El señor lo necesita y lo va a devolver enseguida!

Ellos fueron y encontraron el asno atado cerca de la puerta , en la calle y lo desataron. Algunos de los que estaban allí les preguntaron ¿por qué desatan ese asno”? Ellos respondieron como Jesús les había dicho y nadie los molestó. Llevaron el asno, pusieron sus mantos sobre él y Jesús montó la gente empezó a extender sus mantos sobre el camino y otros lo cubrían con ramas que cortaban en el campo. Los que iban adelante y siguiendo a Jesús gritaban : Hosanna! Bendito el que viene en nombre del Señor! Bendito el reino que ya viene, el reino de nuestro padre David! Hosanna en las alturas!

 

Síntesis de la homilía

Juan Pablo II eligió esta fiesta litúrgica como Jornada de la juventud y Benedicto XVI la confirmó y extendió en su vigencia logrando multitudinarias concentraciones en todo el mundo.  Y es que históricamente a juicio de los estudiosos, la descripción de una entrada triunfal a Jerusalén que nos trasmiten diversos relatos evangélicos tuvo poco que ver con la expresión multitudinaria y enfervorizada que nos presentan los relatos y las posteriores realizaciones artísticas. Se trató en principio de chicos y jóvenes reunidos alrededor de jesús entusiasmados con la propuesta de los discípulos de acompañar a Jesús en esa entrada en Jerusalén especialmente importante para él por ser pascua y estar colmada la ciudad de peregrinos, como también para cumplir anuncios proféticos que sostenían la confianza popular en el advenimiento de un triunfo excepcional para el pueblo elegido, sin olvidar la casi seguridad de que sus enemigos aprovecharían la oportunidad de su presencia para cumplir con sus planes eliminatorios. Lejos de volverse atrás Jesús se prestó para cumplir lo anunciado por Zacarías (9,9 ) y a eso obedecen las órdenes previas a sus discípulos.

Y a propósito, la jornada  mundial con que puede decirse que Francisco I inauguró su cargo de sumo pontífice, en Brasil, dejó un claro antecedente para el acierto de tener en cuenta especialmente a los jóvenes, en especial a una gran cantidad de ellos, no conquistados por el consumismo capitalista y las ofertas carentes de compromiso personal y comunitario, que están dando en el mundo y por suerte, también entre nosotros, un testimonio de presencia activa, transformadora  y entusiasta, personal y socialmente.

Refiriéndonos al rechazo que estos movimientos juveniles experimentan ante el juicio condenatorio  de los representantes del sistema que defiende sus privilegios, su opresión  su acaparamiento de los bienes materiales,  su cultura de exclusión, nos cabe también la reflexión sobre un detalle que añaden Lucas y Mateo a la entrada de Jesús en Jerusalén relatada por Marcos. Ante la condena de los representantes del templo que increpan a Jesús para que haga callar a los chicos y jóvenes que lo aclaman como el esperado por el pueblo, la respuesta del Maestro les hace recordar la Escritura que dice que “de los labios de los niños brotará la sabiduría” y que “si ellos callaran gritarán las piedras”.

Esto, además de una enseñanza puede significar para nosotros una actitud esperanzada frente a la proliferación de esa actitud juvenil en distintas organizaciones de nuestro tiempo y lugar.

 

 

 

 

 

Homilías Dominicales. Domingo  22 de marzo de 2015 – 5to. de Cuaresma (ciclo “B”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema: (Juan 12, 20-33)

Entre los judíos venidos para adorar durante las fiestas se contaban unos griegos que se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le dijeron: “Queremos ver a Jesús”. Felipe fue a decírselo a Andrés y ambos se dirigieron a Jesús.

El les respondió: Ya ha llegado la hora en que el hijo de hombre será glorificado. Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero, si muere, da mucho fruto. El que ama su vida la perderá pero el que la  detesta según el espíritu del mundo la conservará para la vida eterna. El que quiera seguirme será honrado por mi Padre .  Mi alma está turbada ahora. Pero ¿qué diré? ¡Padre líbrame de esta hora!? Si para eso he llegado hasta aquí. Padre glorifica tu nombre! Se escuchó entonces una voz del cielo: Lo he glorificado y lo volveré a glorificar. Los que estaban alrededor creyeron escuchar como un trueno. Otros decían: Le habló un mensajero de Dios! Y Jesús aclaró: Lo que oyeron no es `por mí sino por ustedes. Porque ha llegado el juicio de este mundo.  Ahora el príncipe de este mundo será arrojado fuera y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí.  Decía esto indicando cómo iba a morir.

 

Síntesis de la homilía

La curiosidad de los griegos de la “diáspora” (judíos e el extranjero), impacta a Jesús porque empieza a vislumbrar la importancia “universal” de su vocación. Felipe se lo comenta a Andrés como una gran novedad y ambos se la comunican a Jesús, que les confidencia su intimidad. Se acercan horas definitivas. Difíciles pero cuyo cumplimiento con esa ley de las semillas que se entierran como condición de fecundidad. No se le escapa que ante el poder combinado imperio-templo no podrá escapar a la persecución y eliminación. Han descubierto su peligrosidad para el orden establecido y no se lo perdonan. Se esmera entonces por contagiar a los discípulos la fuerza y esperanza exitosa de su vocación liberadora. Ustedes también, si saben desprenderse del espíritu mundano que se funda en el egoísmo, me seguirán y serán honrados por mi Padre.

Pero, no olvidemos que Jesús es hombre. Y el pensar en su muerte y, posiblemente adivinando también cuál será el camino elegido para eliminarlo, siente la tentación de apartarse de su proyecto que es el del Padre: la defensa de la dignidad humana hasta las últimas consecuencias! Pero es demasiado tarde. “Todo lo que hice fue para llegar hasta aquí, así que ¡Padre, adelante, porque esto será mi glorificación y la tuya, mi realización y la de tu plan de Amor. Con el acostumbrado recurso a una voz del cielo para significar lo que se juzga el querer, la voluntad de Dios, Jesús adquiere seguridad y firmeza en su decisión de no volverse atrás y aceptar que “levantado sobre la tierra”, dará comienzo a la instauración del reinado del Amor, como se lo había anticipado a Nicodemus.

Hay afirmaciones en este pasaje que ofrecen dificultad para aceptar. Por ejemplo la que incita a un menosprecio de la vida como condición para ganar el sentido definitivo de la misma. En realidad el cuidado sin exageraciones de la vida que es fundamento de nuestra acción, fecundidad, servicio y felicidad es un principio ético valorativo de un bien fundamental. No es legítimo ni cristiano renunciar a ello en vistas a otra vida teóricamente mejor, para después.

Lo mismo sucede con  el sentido de glorificación que Jesús da a su muerte. La explicación está sugerida por el texto que expresa que todo lo que ha realizado lo ha conducido a esta situación. Y eso  significa que ha cumplido con su misión costosa pero beneficiosa para todos. Nada entonces del sentido heroico que suele darse muchas veces a la inmolación de la vida terrenal para merecer la eterna. Lo que haya después de la muerte no puede ser otra realidad que el resultado o la prolongación del sentido de amor que se haya puesto en conservar la vida y hacerla fecunda.

Homilías Dominicales. Domingo 15 de marzo de 2015 – 4to de Cuaresma Ciclo ”B”. Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Ju. 3,14-21)

Explicaba Jesús a Nicodemus:  como Moisés en el desierto levantó la serpiente, así ha de ser levantado este hijo de hombre para quien crea en él tenga vida eterna.

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su hijo único para que quien crea en él no muera sino que tenga vida para siempre. Dios o envió su hijo al mundo para juzgarlo sino para que el mundo se salve por él.

El que cree en él no es juzgado y el que no cree ya está juzgado porque no cree a su hijo único- El juicio consiste en ue la luz vino al mundo y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz. Y esto, porque sus acciones eran malas. Quien obra mal detesta la luz y no se arrima a ella para que no delate sus acciones. en cambio el que obra conforme a la verdad, se acerca a la luz para que se vea claramente que todo lo que hace está de acuerdo a la voluntad de Dios.

 

Síntesis de la homilía

El trozo de Juan es parte del diálogo de Jesús con Nicodemus, un fariseo que concurre a entrevistarse con él de noche para no ser descubierto por sus pares. Refiriéndose a la necesidad de un nuevo nacimiento para construir el reinado de Dios Jesús explica cómo él es el enviado para iniciar ese reinado. Lam primera 9imagen es la de la serpiente levantada en el desierto por Moisés para que se curaran mirándola los mordidos por esos animales. Se compara a sí mismo con esa serpiente, porque será elevado en el tormento de la cruz como el signo de salvación para todos. Porque la voluntad del Padre no es juzgar al mundo sino salvarlo mostrando encamino por la inmolación de Jesús, que conquistó  enemigos en el régimen establecido, tan fuertes en su resistencia que acabaron cobrándose su vida, como precio de su resistencia.

El juicio está acabado cuando la decisión es no seguir las huellas del liberador. No se trata de una condena venida desde fuera, se trata de un haberse apartado del camino prefiriendo otro que trae consigo muchos premios de felicidad egoísta y transitoria.

Hay  una alusión  muy clara a la responsabilidad humana. Aceptar o rechazar la luz.

Quien la rechaza voluntariamente quiere ocultar sus obras porque las reconoce como dañosas. Quien la acepta, la considera como   valoración de su vida y su búsqueda de lo que agrada a Dios y beneficia a los hombres.

La afirmación fundamental y taxativa de este trozo de Juan es que la acción divina no se dirige a juzgar sino a salvar. Y con demasiado frecuencia la actitud oficial de la iglesia  jerárquica se define por la condena y exclusión antes de la comprensión solidaria.

Nuestra historia de relaciones sociales está siempre afectada por acontecimientos y propuestas que enfrentan intereses de unos y de otros. El marxismo identificó este conflicto como lucha de clases, Hoy eso no tiene aplicación, sobre todo, por falta de identificación de las múltiples diferencias e intereses que dividen y enfrentan socialmente.  Pero, en líneas generales  los sectores marginados del consumismo y las grandes ventajas del manejo capitalista, se siguen agrupando bajo la denominación de “pobres” con una cantidad de carencias imposibles de  resumir e identificar para la búsqueda de soluciones, pero que reclaman con urgencia un cambio de sistema.

Un sistema que, en el fondo sea capaz de “destapar” las maniobras ocultas y dañosas a que ha obligado la ambición y la concentración del dinero, exponiéndolas a la luz de la justicia que busque la distribución más equilibrada del beneficio de los bienes de la tierra.

 

 

 

Homilías Dominicales. Domingo 8 de Marzo de 2015 – 3ro. de Cuaresma (ciclo “B”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Juan 2,13-25)

En las proximidades de la pascua judía Jesús subió, como de costumbre a Jerusalén. En el recinto del templo encontró a los vendedores de bueyes , ovejas y palomas y a los cambistas frente a sus mesas de dinero. Armó un látigo de cuerdas y expulsó del espacio a bueyes y ovejas, derribando las mesas de los cambistas y esparciendo las monedas en el piso. “Saquen eso de aquí, decía, y no conviertan la casa de mi padre en un mercado”  Los discípulos se acordaron entonces de aquel texto “el celo por tu casa me devora”.Los judíos le dijeron: ¿qué señal nos presentas para actuar de ese modo?  Jesús respondió: Derriben este templo y lo reedificaré en tres días. Los judíos respondieron: cuarenta años han sido necesarios para construirlo y los van a levantar en tres días?   Pero él se refería al templo de su cuerpo. Por eso cuando resucitó de la muerte los discípulos recordaron que había dicho eso y creyeron a la Escritura y a la palabra de Jesús. Estando en Jerusalén muchos creyeron en él viendo su manera de actuar. Pero jesús no se confiaba, porque los conocía y no necesitaba que nadie lo informara porque se había dado cuenta de lo que guardaban en su interior

 

Síntesis de la homilía

Jesús lloró, rió, se entristeció, se alegró, tuvo miedo, se enojó, amó intensamente, se desilusionó ante la traición, acertó en muchas cosas, en otras se equivocó… fue un ser humano como nosotros. Su proceder. Además de conformarse con el principio fundamental de su vida que era cumplir la vocación o llamado del Padre,  se valió d todos los recursos disponibles para conocer profundamente la realidad y determinar así sus distintos modos de proceder.

La acometida contra los mercaderes no está dirigida a esa gente que venía a prestar el servicio de vender el material usado para las ofendas del templo, facilitando la consecución que muchas veces resultaba complicada por distancias y escasez de medios de transporte, y moneda corriente.

Por eso, no hay expresión de queja ni refutación de la razón que Jesús aduce gritando: La casa de mi Padre no es mercado. Los que reaccionan son los funcionarios del Templo. La concesión de los puestos corría por su cuenta y las ganancias venían de las coimas para obtenerlas para la pascua. Esto era “mercado”. La casa de la acogida no podía ser la casa del despojo.

No se trata de violencia. Se trata de una táctica eficaz para terminar con un abuso que, en el caso, es un aprovechamiento de la devoción popular. El látigo es el medio apto para  desalojar a los animales, y dar vuelta las mesas el más adecuado para desparramar el dinero y acabar con el negocio. Y hasta allí puede y debe llegar la energía y severidad para suprimir defectos graves cuando se han  agotado los razonamientos por la primacía de la ambición y el egoísmo.

Ante la inesperada reacción de Jesús, al parecer relatada tal cual sucedió, es frecuente encontrar quienes o justifican la violencia para suprimir abusos, o se escandalizan de que Jesús haya usado en esta oportunidad de ella con una especie de pérdida de dominio personal. Nada de los dos juicios. El enojo está justificado y los medios elegidos están puestos en su contexto para ser eficaces. No se trata de un ejemplo a seguir ni de una actitud a evitar a todo trance. Es simplemente el correcto proceder humano ante circunstancias especiales que no pueden dejar de ser tenidas en cuenta.

Sí nos hace falta volver a considerar nuestra tendencia  al ejercicio de la violencia que se desata con las palabras y en tantas oportunidades crece hasta el menosprecio absoluto de todos los derechos de quienes se consideran enemigos. La tendencia de la violencia es crecer en espiral y nosotros vivimos un mundo en que la espiral ha crecido en amplitud y frecuencia, de modo que hay que hacer un retornos a los comienzos  y causas de la violencia que si se vuelve irracional  e insensible, termina con todo.