Homilías Dominicales. Domingo 21 de febrero 2016 – 2do domingo de cuaresma. Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema( Lc. 9,28-36)

Unos ocho días después de este discurso, Jesús tomó consigo a Pedro, Santiago y Juan y subió a la montaña a orar. Mientras lo hacía, su rostro cambió y sus vestidos se volvieron blancos y resplandecientes. De pronto hubo dos hombres conversando con él. Eran Moisés y Elías, que también resplandecía y hablaban de su éxodo, que iba a completar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño pero alcanzaron a despertar y vieron su aspecto glorioso y el de  los hombres que estaban con él. Mientras ellos se alejaban, Pedro dijo a Jesús. Maestro, nos viene muy bien estar aquí. Podríamos hacer tres chozas, una para ti y otras para Moisés y Elías. No sabía lo que decía. Mientras él hablaba se formó una nube que los cubría y de ella salió una voz que decía: éste es mi hijo amado, escúchenlo. Calló la voz, se disipó  la nube y ellos estaban solos con Jesús y por el momento, no contaron a nadie lo que habían vivido.

 

Síntesis de la homilía

Un hecho maravilloso e impresionante para los tres discípulos más cercanos a Jesús. El que fueran tres los que lo compartieron, explica en cierto modo, la fuerza con que se fijó en sus mentes. Esa que aparece en Pedro que, en su segunda carta, hace cálida alusión a la voz escuchada en la montaña santa como argumento para sostener la fe de su comunidad. No importa fijarse en los detalles escenográficos tan caros a Lucas para fortalecer los mensajes trasmitidos.

Desde luego que la cuestión más importante no es averiguar cómo pudo darse esa transformación mágica del rostro y las vestiduras de Jesús y esa visión tan concreta de los líderes del pueblo judío Moisés y Elías, conversando con él y anticipándole el resultado de su camino a Jerusalén.  Pero el mensaje está claro: se avecina un tiempo difícil. Lo van a vivir con mayor intensidad los más cercanos y comprometidos con Jesús, afectiva y vivencialmente. Entre la seguridad religiosa del templo y la ley que se abalanzarán sobre el maestro y la inseguridad de un amigo perseguido y rechazado hasta un final trágico, tiene que haber algún elemento fortaleciente. La visión de la gloria de Jesús que implica un triunfo y la palabra desde la nube que lo señala como el elegido (palabra muy cargada de sentido para un israelita) aparece aquí como ese elemento fortaleciente.

El poder de la mente es tremendamente anticipador. En especial bajo la influencia emocional, se producen muchos casos de anticipación previsora o preparatoria. El fenómeno muchas veces vivido por muchos de participar de un acontecimiento y creer que lo mismo ha sido vivido con anterioridad es explicado por la psicología afirmando que hay detalles no incluidos conscientemente que, sin embargo, han sido objeto de percepción inconsciente y de este modo causan la impresión de repetidos. Pero aun sin esa experiencia, en cuántas oportunidades no damos cuenta de que algo que sucedió nos estaba preparando para algo imprevisto. De que un sueño o un presentimiento resultaron como un aviso. Y en esta línea entran también las proyecciones de nuestra intimidad que se transforman en visiones.

La sabiduría de la naturaleza que encierra para nosotros la sabiduría del creador nos permite admirar y tener en  cuenta estos fenómenos como una presencia que induce seguridad y fortaleza.

 

 

 

Homilías Dominicales. Domingo 14 de febrero de 2016 – 1ro de cuaresma ciclo “C”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Lc,4,13)

Volviendo del Jordán el Espíritu llevó a Jesús al desierto Allí permaneció durante cuarenta días y satanás lo puso a prueba. No comió durante esos días así que al final tuvo hambre El diablo entonces le dijo: Si de veras eres hijo de Dios, día esta  piedra que se convierta en pan. Jesús le contesto: La Escritura dice: “no sólo de pan vivirá e hombre” Luego el Maligno lo levantó y mostrándoles en un momento todos los países del mundo le dijo : Yo te daré todo el poder y las riquezas de esos países porque lo he recibido y se los doy a quien quiera, si te arrodillas y me adoras. Jesús le contestó:  La Escritura die: Adora al Señor tu Dios y sírvele sólo a él. Después el diablo lo llevó a la ciudad de Jerusalén y lo subió a lo más alto del Templo y le dijo “Si de veras eres hijo de Dios, tírate abajo desde aquí, porque la Escritura dice “”Dios mandará que sus ángeles te cuiden y te protejan, te levantarán con sus manos para que tu pie no tropiece con piedra alguna”. Jesús le contestó: También dice la Escritura: No pongas a prueba al Señor tu Dios. Cuando e diablo vio que no tenía resultados se alejó de él por algún tiempo.

Síntesis de la homilía

Jesús marcha al desierto llevado por el espíritu que  ha infundido en su interior la seguridad de ser elegido por Dios para una misión muy especial. Debe profundizar esa convicción que puede se sólo fruto de un juicio equivocado sobre los signos de la realidad. El desierto fue durante cuarenta  años la escuela de maduración del pueblo de Israel marchando hacia la tierra de la promesa. Como el relato de la peregrinación de Israel se somete a las austeridades del desierto entre ellas el ayuno y la sed con todas las consecuencias de perder el funcionamiento normal de su organismo y tener que afrontar los argumentos que contraría lo que él piensa que es su vocación. El protagonismo que da Lucas al diablo personificado es, claramente un recurso imaginativo. Si su vocación es de Dios, no será legitimo requerir una señal maravillosa. Allí hay una piedra ¿no podría ella se el alimento que necesita? Luego reflexiona que aunque eso fuera posible, no tendría seguridad de que provenía de Dios ya que hay una afirmación de la Escritura que  habla de un alimento más profundo y espiritual. Pero la imaginación vuela hacia todo lo que es a realidad del poder y el dinero en el mundo que él conoce. ¿No estará allí el secreto del cambio para el que Dios lo llama? No tarda en darse cuenta de que hay de por medio una opción: o la vocación de las riquezas y el poder o la vocación del reino. Y finalmente se imagina en el templo en esa gigantesca construcción que constituye el orgullo de Israel y es el centro de su relación con Yahvé. Considerarse más arriba que todo el trabajo de la construcción durante más de 40 años y de todo lo que el pueblo realiza como homenaje a su Dios en su interior, sería un acto de soberbia que él cambia por el método de caminar entre dificultades y polémicas que concluyen no con el triunfo de no haber tropezado,  sino con la condena de la crucifixión. La historia de Jesús está reflejada en las pruebas a que se sujetó en el desierto, identificadas con las de Israel y también cn las nuestras que, en medio de las vicisitudes de la vida diaria, muchas veces aprovechamos nuestras cualidades y capacidades sólo para resultados individuales o cedemos a las oportunidades que nos ofrecen el poder o el dinero para abandonar los principios de vida que supuestamente tenemos elegidos, o frente a las instituciones o costumbres establecidas por cultura o consenso en el clima social las enfrentamos con afán destructivo en lugar de acomodarnos al paso lento y sin interrupciones de las decisiones pequeñas que aún en el caso de renuncias importantes, se convierten en aceptables como medios de no renunciar a logros superiores

Homilías Dominicales. Domingo 7 de Febrero de 2016 – 5to. Durante el año litúrgico (ciclo “C”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema Lucas (5,1-11)

Mucha gente se había  reunido un día, alrededor de Jesús que estaba de pie a orillas del mar de Galilea. Desde allí vio dos barcas junto a la orilla. Los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes. Jesús subió a una de las barcas que era de Simón y le pidió que la apartara  un poco de la orilla. Se sentó en ella y empezó  a enseñar  a la gente.  Cuando acabó de hablar dijo a Simón: ”navega mar adentro”. Ustedes, echen las redes. Simón respondió: Maestro hemos estado toda la noche trabajando y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes Lo hicieron así y  fue  tal la cantidad de peces que sacaron, que tuvieron que llamar a los compañeros de la otra barca para que les ayudaran. Ellos fueron  y cuando los sacaron llenaron tanto las dos barcas , que se hundían. Al ver esto Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: Aléjate de mí Señor porque soy  un  pecador. La pesca lo había llenado de asombro como a sus compañeros Santiago y Juan los hijos de Zebedeo. Jesús dijo entonces a Simón: No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres. Ellos atracaron las barcas a la orilla y dejándolo todo le siguieron.

 

Síntesis de la homilía

O subido a una prominencia, o utilizando la cualidad de buena trasmisora de sonido del agua, o hablando a pequeños grupos que se comunican el mensaje, Jesús  abarcaba a  mucha gente con su enseñanza   El cuadro está perfectamente armado para que Lucas cumpla el propósito de recalcar  lo que aparece en las palabras finales de Jesús. De ahora en adelante será pescador de hombres. El cuadro está perfectamente organizado por el evangelista para que todos los detalles colaboren a convencer a los evangelizadores y las comunidades  de la actitud de coraje que hay que cultivar y mantener para internarse en el mar con todos los riesgos y posibilidades que esto implica.

En realidad la consigna  dada por Jesús: ”navega  mar adentro” configura un desafío para quienes son conocedores expertos de la características del mar de Galilea. En distintas oportunidades Jesús aprovechará el mar para dar lecciones importantes  a sus discípulos conociendo la incidencia que esto tendría en conservarlas en la memoria e imaginación. Y para concretar el coraje necesario ara acepar el desafío, Jesús que sabe del trabajo durante toda la noche, del pequeño grupo de pescadores, manda tirar las redes.

El fruto maravilloso impresiona a todos por igual y queda asociado para siempre a la indicación de Jesús “Desde ahora serán pescadores de hombres”. Para no quedarse en la orilla con la indiferencia de mirar hacia otro lado. Para vivir definiéndose frente a cada nueva situación. Para tener coraje frente a las situaciones difíciles que exigen jugarse. Los resultados con mucha frecuencia no serán inmediatamente perceptibles pero la importancia debe darse a la conciencia de la dirección hacia la que hay que marchar, y el convencimiento de que el trabajo y el resultado trascienden los limites de lo personalmente realizado o esperado .

Es notable habitualmente cuando se da esta disposición de optimismo a pesar de las dificultades, cómo lo resultados ni enorgullecen demasiado ni desaniman absolutamente, una sensación que está alimentada por una opción fundamental por principios de vida y valores permanentes.

Asistimos en estos tiempos a una abundancia de ofertas de especialista en pescadores de hombres. En quienes con excelentes anzuelos engañosos pescan, alienan de modo definitivo las mentes infantiles, juveniles y adultas. Inhibiendo el espíritu crítico, oprimiendo la expresión de disconformidades y sobre todo acostumbrando a no pensar por cuenta propia.

 

 

 

 

 

 

Homilías Dominicales. Domingo 31 de enero de 2016 – 4to. Durante el año  (ciclo “C”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Lucas 4,21-30)

Cuando Jesús concluida la lectura dijo “Esto se ha cumplido hoy” todos lo elogiaban por las palabras que habían salido de su boca Y comentaban ¿No es éste el hijo de José? Pero Jesús les contestó: Sin duda ustedes me citarán el refrán “médico cúrate a tí mismo” Realiza aquí en tu patria todo lo que hemos  oído que sucedió en Cafarnaúm. Después agregó: les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra. Y les digo que había muchas viudas en Israel en tiempo de Elías cuando durante tres años y seis meses no hubo lluvia sobre la tierra y el hambre azotó al país. Sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta en el país de Sidón. Y también había mucho leprosos en Israel en tiempos de Eliseo, pero ninguno de ellos fue curado sino Naamán  el sirio. Al oir estas palabras, todos los que  estaban en la Sinagoga se enfurecieron y  levantándose  lo empujaron  fuera de la ciudad, hasta un lugar escarpado de la colina, para despeñarlo, Pero Jesús, pasando en medio de ellos continuó su camino.

 

Síntesis de la homilía

La pregunta de los asistentes a la Sinagoga que se admiraban de las palabras de Jesús esconde una descalificación. “Ser el hijo de José” significaba que no podía ser más que un humilde obrero manual, con una formación  intelectual muy precaria. A eso responde Jesús con la advertencia de algo probad o por la experiencia, y además confirmado con hechos muy presentes de la historia sagrada de Israel referidos a acciones de los grandes profetas Elías y Eliseo.

La admiración y el juicio humillante de “hijo de José” insinúan también un juicio  que los fariseos expresarán muy  orondos: “este obra por el poder del príncipe de los demonios”  Un profeta es difícilmente aceptado en su tierra y entre sus parientes. Sucedía entonces y sucede actualmente en que personas con valores de  toda índole son menospreciadas  en sus ambientes naturales y sólo adquieren  brillo y reconocimiento de sus méritos cuando han sido reconocidas en el extranjero. El orgullo  judío de ser pueblo elegido, se muestra también en este episodio en que se desafía a Jesús para que realice en Nazaret los mismos prodigios que la gente cuenta que ha realizado en la ciudad pagana de Cafarnaúm.  Una actitud muy común de quienes atribuyen  sus cualidades a un origen sagrado. Si provienen  de Dios nadie las puede superar ni negar.

Es curioso y aleccionador cómo esas circunstancias desatan una ira comunitaria que pierde todo control y llega a planear la muerte de Jesús. En realidad se trata de una indignación que podríamos calificar como “política”, en primer lugar porque se aumenta y descontrola por la acción y la influencia de los más poderosos presentes en el culto sabatino y en segundo término porque la soberbia egoísta no mide ni la  licitud ni las consecuencias desfavorable del  uso de medios de cualquier naturaleza para obtener  la satisfacción de la venganza.

No vamos a pretender estar ausentes de estas posibilidades, cuando nuestro mundo ya parece haber perdido en gran escala el aprecio y observancia de los valores de la convivencia que incluye en primer término la valoración de la vida propia y ajena que con demasiado frecuencia resultan olímpicamente despreciadas. Y mucho menos si pensando en posibles remedios no entramos a desarmarnos interiormente para planear en contra, y a rearmarnos para buscar modos  de poder mirarnos sin odios. Porque los odios,  nunca se satisfacen con el logro de la justicia sino que pugnan por lograr la venganza, que desata irremediablemente una cantidad de reacciones dolorosas por una parte, de impunidad por otra, pero también finamente de daño para los mismos actores que la ejecutaron.   Cuando sentimos que nos superan  males sociales como la exclusión de muchos de los derechos esenciales para toda dignidad humana, cuando las palabras ensayan toda clase de descalificaciones sobre todo para quienes no pueden defenderse, cuando nos acostumbramos, aun en la circulación vehicular, a mirarnos como enemigos, ..aunque las estructuras violentas no terminen de desterrarse, al menos tenemos que  luchar por lograr nuestro desarme interior.

 

 

Homilías Dominicales. Domingo 24 de enero de 2016 – 3ero durante el año (ciclo “C”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Lucas 1,1-4 y 4,14-21)

Muchos han tratado de relatar ordenadamente los acontecimientos que se cumplieron entre nosotros, tal como nos fueron trasmitidos por aquellos que han sido desde el comienzo ,testigos oculares y servidores de la Palabra. Por eso, después de informarme cuidadosamente de todo, desde los orígenes, también yo he decidido escribir para ti querido Teófilo, un relato ordenado a fin de que conozcas bien a solidez  de las enseñanzas que has recibido.

En aquellos días Jesús volvió a Galilea conducido por el Espíritu y su fama se extendía por toda la región. Enseñaba en las Sinagogas y todos los alababan.

Fue a Nazaret, donde se había criado. El sábado entró, como de costumbre en la Sinagoga y se levantó para hacer la lectura.  Le trajeron el Libro del profeta Isaías.

Abriéndolo  encontró el pasaje donde dice: El espíritu del Señor está sobre mí porque me ha consagrado por la unción. El me envió  a llevar la buena noticia a los pobres, a anunciar  a los cautivos la  liberación y la vista a los ciegos, a dar  libertad a los oprimidos y proclamar el año de la gracia del Señor.  Jesús cerró el libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la Sinagoga  tenían los ojos  fijos en él. Entonces le dijo: Este pasaje de la Escritura que acaban de oir, se ha cumplido hoy.

 

Síntesis de la homilía

En el comienzo de su escrito, Lucas explica su propósito de hacer un nuevo ordenamiento de relatos ya existentes para brindar argumentos de seguridad a un amigo que representa con su nombre (Teófilo) a todos los que aman a Dios. Esto responde a su formación científica preocupada por una presentación racional del mensaje recibido de los primeros testigos. Es interesante esta conducta para quienes aceptamos la vocación de profesar y trasmitir el mensaje cristiano. Hacerlo con la utilización de los instrumentos racionales y de experiencia , que los tiempos van sugiriendo para que pueda aceptarse como un mensaje vivencial, útil para darle sentido a la vida e historia cotidianas, es el propósito de Lucas.

Precisamente Jesús, en el relato presente, va a su ciudad  Nazaret. La tradición está allí asentada con firmeza y es muy difícil vencer la resistencia a todo cambio. Jesús, cumpliendo con la tradición de leer el pasaje de la Escritura que le ofrecen, aprovecha la oportunidad para introducir dos novedades importantísimas y con vigencia permanente, es decir no sólo para entonces sino también para hoy.

La expectativa de la gente de que haga un comentario extenso del pasaje tan fuerte de Isaías, se ve defraudado por una breve frase.” Lo que Uds. escucharon se acaba de cumplir”. ¡cuánto para pensar,  con esta brevísima homilía!   Lo primero es la gran novedad de que la Escritura es útil si somos capaces de trasladar su mensaje y enseñanzas a la realidad de cada día. Descubrir cómo se cumple o tenemos que cumplirla¡ hoy!    Nada de lo que anuncia Isaías es importante si no nos compromete a realizarlo o al menos intentarlo, hoy!

Y lo segundo , no está dicho expresamente, sino que se dirige a llamar la atención de los que están ya acostumbrados a la lectura de Isaías. Jesús suprime un párrafo que se refiere a “un día de venganza para nuestro Dios” que alude a la destrucción de los enemigos. Y elige sólo lo que se  refiere  a todo lo que es gracia, liberación, y privilegios para todos los sufrientes personal  y socialmente.

Esta visión positiva del cumplimiento de la alianza de Dios con el pueblo es novedad y Jesús, en ese ambiente que resultaba hostil por la pertinacia conservadora de la tradición, la manifiesta simplemente con la omisión de un versículo del gran profeta Isaías.  La fidelidad a la Escritura no consiste en respetar la letra sino en hacerla eficaz en la realidad que vivimos para mejorarla

 

 

 

Homilías Dominicales. Domingo 29 de noviembre de 2015 – Primero de adviento (ciclo”C”). Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema: Lucas 21,25-28

Decía Jesús a sus discípulos: habrá señales en el sol, la luna y las estrellas. Y en la tierra los pueblos serán presa de la angustia y no sabrán a donde ir ante el rugido del mar y la violencia de las olas. Los hombres desfallecerán de miedo ante lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán .Entonces se verá al hijo del hombre venir sobre una nube lleno de poder y de gloria. Cuando comience a suceder esto tengan ánimo y levanten sus cabezas porque está por llegarles a liberación. Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no los tome por sorpresa como una trampa porque así vendrá sobre todos los hombres en toda la tierra.   Estén prevenidos y oren incesantemente para quedar a salvo de lo que va a ocurrir. Así podrán comparecer  ante el hijo del hombre.

 

Síntesis de la homilía

La destrucción de Jerusalén acontecida durante el año 70, por las tropas romanas enviadas por el emperador Tito fue un acontecimiento profundamente impactante para los judíos y el mundo conocido.  Esto no pudo dejar de impresionar muy intensamente a los discípulos de Jesús aunque de alguna manera habían sido preparados por el Maestro, para vivirlo.

Hay que añadir que para el pueblo judío la destrucción de su ciudad santa en la que estaban llamados  a concentrarse “todos los pueblos de a tierra” era un equivalente a un final del mundo. Los escritores de os evangelios, todos ellos testigos de la destrucción del templo y la ciudad como venganza de Roma frente a la indomable rebeldía judía.

No es de extrañar que los evangelistas que vivieron ese acontecimiento lo describieran con tanta exactitud y lo asociaran al anuncio de Jesús referido a la consumación del reinado de Dios frente a la caducidad de los reinos de la tierra. Este es el centro de las palabras que pone Lucas en labios de Jesús cuya seguridad sobre ese final apocalíptico con acontecimientos aterrorizantes, no es absoluta ya que confiesa paladinamente que nadie conoce el cuándo y el cómo, es sólo una descripción ligada a la cantidad que fenómenos engendradores de terror que se acumulan en la historia de la humanidad

Sí está claro, el mensaje que se quiere trasmitir: 1ro):Sepan que llega la liberación. Es decir que, suceda lo que suceda, aunque todo parezca  encaminarse a la destrucción el reinado de Dios se está gestando y llegará a su culminación.

2do) esta seguridad no ha de influir en dejar de vivir vigilantes para aprovechar cualquier oportunidad en que nosotros podamos ser activos constructores de esa liberación que no será irrupción repentina, sino que, como todos los procesos históricos se irá gestando paso a paso.

La curiosidad vence muchas veces como inquietud de averiguación del futuro, la responsabilidad de vivir el presente. Y es esto a lo que estamos abocados. A vivir el presente. A encontrarle y darle sentido al compromiso de vida en medio de todas las variantes e incertidumbres que necesariamente entrecruzan nuestras historias personales y sociales.

Entramos así en el clima del adviento, una evocación de la espera del nacimiento de Jesús, el Dios humanizado que encendió para la humanidad, de modo definitivo, la antorcha del optimismo y la esperanza

 

 

 

Homilías Dominicales. Domingo 25 de octubre de 2015  – 30 durante el año litúrgico (ciclo “B”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mc. 10, 46-52)

Salía Jesús de Jericó seguido de mucha gente. Un mendigo ciego llamado Bartimeo (que significa hijo de Timeo) al oír que Jesús pasaba se puso a gritar:

Jesús, hijo de David, ten piedad de mí.  La gente quería hacerlo callar pero él gritaba más fuerte. ¡Hijo de David, ten piedad de mí!  Jesús se detuvo y dijo “Llámenlo” Entonces llamaron al ciego y le dijeron. Ánimo, levántate, él te llama:  El ciego arrojando el manto se pudo de pie de un salto y fue hacia él. Jesús le preguntó: ¿qué quieres que haga por ti? El respondió: maestro, que me devuelva la vista, Jesús le dijo : Véte, tu fe te ha salvado. Enseguida comenzó a ver y lo siguió por el camino.

 

Síntesis de la homilía

Mateo en el relato paralelo habla de dos ciegos a la salida de Jericó. Lucas, con Marcos hablan de uno solo y éste le da nombre Bartimeo. El objetivo de este relato compartido por los tres, es hacer notar la necesidad de curar la ceguera interior para sumarse a los seguidores del reino, el camino de Jesús. Por eso es importante fijarse en los detalles

Jesús pasa por el camino. Muchas veces escuchamos que Dios da la fe a unos y no a otros.

Además de ser inexacta se trata de una afirmación peligrosa. Tratándose de una cosa tan importante como para comunicar un sentido a la vida del ser humano, ¿Por qué había Dios de negarla a unos y concederla a otros? Jesús se ha hecho uno de nosotros con palabras, sentimientos, pensamientos y decisiones humanas. Sufriendo y gozando con nosotros. El está pasando constantemente por nuestros caminos. Las búsquedas honestas y serias del sentido del hombre y de su historia en la tierra, aún de los sentados a la orilla de los caminos. cargando con una cantidad de dificultades y sin que el desaliento les permita moverse y caminar como los demás, no quedan en el vacío. Jesús está pasando. Muchas veces es cierto, hace falta que la gente ayude a notar ese paso.  Que el bullicio de la esperanza de los demás llame a la propia puerta y nos aliente a levantarnos y a dar un salto como el ciego, un salto de confianza renovada en sí mismo y en los demás. A eso llama Jesús la fe que salva, la fe que no es un don de Dios sino un don que viene de nuestra misma naturaleza y la comunicación con el mundo y los hombres.

De esa fe  forma parte la actitud de búsqueda que está enraizada en nuestra propia naturaleza y que muchas veces con suficiencia de no necesitar ya más crecimiento en ningún orden, dejamos de lado instalándonos definitivamente en una postura que convertimos en definitiva frente al sentido del mundo y la historia, cuando en realidad ambos con su dinamicidad no están siempre desafiando para hacernos crecer y a la vez contribuir al crecimiento y a la felicidad de muchos..

Y aquí vale la pena especificar el sentido de la fe de que habla Jesús. Porque es fácil apenas se escucha o se lee ese minúsculo vocablo “fe” entre los católicos, identificarlo ó con la obligación de aceptar afirmaciones inaceptables por desfigurantes de la realidad, la creación o de un clima místico que  convence de que la aceptación de ciertas propuestas y promesas es garantía  de acierto y felicidad. Todo como si una creencia que a veces se convierte en fanatismo, agotara el contenido de la propuesta cristiana. La fe en muchos pasajes evangélicos, no es seguridad sino búsqueda, no es quietud sino movimiento, no es descanso sino camino, no es soledad sino relación y comunicación. Creo que un concepto que la define con cierta cercanía es el de búsqueda permanente y esperanzada. No en la seguridad de haber llegado sino en el esfuerzo de seguir caminando, aunque esto parezca más riesgoso.

Por ese motivo si tratamos de medir nuestra fe o la de los demás, generalmente la constatación de que dudamos o seguimos con preguntas sin resolver nos desalienta, cuando lo que debiera inquietarnos es un estacionamiento en las seguridades que no constituyanterreno propicio para continuar en la búsqueda.Creo que es también fruto de esta actitud que entre lo que pensaba hasta la recuperación de la vista que ése era el objetivo final y su felicidad, se convierte en alistarse para seguir el “camino”.

 

Homilías Dominicales. Domingo 18 de octubre de 2015  – 29 durante el año litúrgico (ciclo “B”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema ( Mc.10,35-45)

Santiago y Juan los hijos de Zebedeo se acercaron a Jesús y le dijeron:

Maestro queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir. El les respondió ¿qué quieren?

Ellos le dijeron : Queremos sentarnos uno a tu derecha y otro a tu izquierda cuando estés en tu gloria. Jesús les dijo : Ustedes no saben lo que está pidiendo.. Podrá uds, beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?  Podemos, respondieron ellos. Entonces Jesús agregó: beberán el cáliz que yo beberé y recibirán el bautismo que yo recibiré. Pero no me toca a mí concederles que se sienten a mi derecha o izquierda porque esos puestos ya han sido. destinados. Los otros diez que habían escuchado a Santiago y Juan, se indignaron contra ellos pero Jesús los llamo y les dijo.  Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Pero entre ustedes no debe suceder así: Al contrario, el que quiera ser grande, que haga servidor de los otros y el que quiera ser el primero, que se haga el servidor de todos. Porque este mismo hijo de hombre no vino a ser servido sino a servir y dar su vida en rescate por la multitud.

 

Síntesis de la homilía

la confianza del parentesco de los hijos de Zebedeo con Jesús (primos hermanos), los anima a este pedido que parece un atrevimiento. Venciendo cualquier sentimiento de vergüenza por su ambición y aún  la reacción previsible de los demás,  que ya habían discutido con ellos sobre la superioridad de cada uno sobre los otros, los dos se dan   coraje y hacen el pedido a Jesús.

Algo para notar, es que Mateo en el lugar paralelo de su relato (cap.20) pone a la madre de Santiago y Juan encargándose de la atrevida petición a Jesús. ¿Por qué este cambio de Mateo?   Porque este evangelista tiene mucha preocupación por la Iglesia, la comunidad integrada por elegidos por Jesús que ya está en marcha cuando él escribe, y cuida en su relato que ninguno  quede demasiado desacreditado. Marcos, el primero de los narradores,  no tiene esta preocupación. Mateo atribuye la ambición a la madre de los dos discípulos como una cosa natural en ella, no la ambición de poder sino el querer lo mejor para sus hijos.

De todos modos, ante ese pedido, que parece olvidar lo que Jesús les venía diciendo acerca de que llegando a Jerusalén sería apresado y torturado, aunque resucitaría al tercer día,  ellos no tienen inconveniente en aceptar el desafío a que Jesús los enfrenta “Sí podemos”.

La ambicion de poder les contagia valentía y coraje, alentados por la seguridad del triunfo.

No está demás preguntarse si el mismo Jesús, convencido del clima escriturístico sobre todo en Isaías, que presentaba al mesías como sufriente hasta la muerte, compensada por un triunfo inmediato, no esperaba también lo mismo, ya  que afirma como absolutamente previsto  el destino asignado para cada  uno.

Lo que se quiere destacar, sin embargo, está muy claro. Apareció primero la dificultad expresada por Pedro ante el anuncio de la pasión  y la reprensión de Jesús. Luego el descubrimiento sorpresivo de que los ricos difícilmente entraran en el reino, y ahora, finalmente, la ambición de poder, que como germen de división, Jesús debe enfrentar con toda drasticidad.

No es suficiente un entusiasmo momentáneo y un aprecio de las ventajas del seguimiento de Jesús sino que es necesaria una actitud de convencimiento y compromiso que no es fácil aceptar, cuando el camino está obstaculizado por las ofertas  tentadoras del éxito, el dinero y el poder.

Y es toda la Iglesia, toda la comunidad apostólica la que, ayer y hoy, ha de tomar posición frente a estas opciones que siguen apareciendo como ideales pero, a la vez. como imposibles de lograr a través de las  circunstancias que esa Iglesia atraviesa, andando la  historia.

Ciertamente, para los discípulos fue crucial, después de la muerte de Jesús, afrontar las persecuciones con los sufrimientos adheridos, el rechazo de los poderosos en dominio y en dinero, y finalmente (quizás como la  mayor dificultad) el encanto del poder dominador que tantas veces desfiguró y hasta prostituyó el mensaje de Jesús y las consignas del reino.

No podemos juzgar sin mirarnos y juzgarnos a nosotros mismos, tomando conciencia de la permanencia de esa lucha que se presenta en cada recodo del camino y tiene siempre que ver con una victoria sobre el propio egoísmo, para fortalecer la resistencia al egoísmo de un sistema institucionalizado hasta la absolutizacion.

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Homilías Dominicales. Domingo 11 de octubre de 2015  – 28 durante el año litúrgico  “Ciclo “B” Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mc.10,17-30)

Cuando Jesús se puso en camino un hombre corrió hacia él y, arrodillándose le preguntó: “Maestro bueno ¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?

Jesús le dijo ¿por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Tú conoces los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no des falso testimonio, no hagas el mal, honra a tu padre y a tu madre..” El hombre respondió:  Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud.  Jesús fijó su mirada en él, lo amó y le dijo:  Sólo te falta una cosa: Véte, vende lo que tienes y dalo a los pobres. Y así tendrás un tesoro en el cielo. Después ven y sígueme. El, al oir estas palabras, se entristeció y se fue apenado. Porque poseía muchos bienes. Entonces Jesús mirando a su alrededor dijo a los discípulos: “¡qué difícil será para los ricos entrar al reino de Dios!  Pero Jesús continuó diciendo: Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de Dios. Los discípulos se sorprendieron aun más y se preguntaban unos a otros. Entonces ¿quién podrá salvarse?. Jesús fijando en ellos su mirada, les dijo : Para los hombres es imposible pero no para Dios porque para El todo es posible. Entonces pedro le dijo: Señor tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido

Jesús les respondió: les aseguro que a los que hayan dejado casas, hermanos y hermanas, padre  y madre, hijos o campos, por mí y la buena noticia recibirán el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madre, hijos y campos en medio de las persecuciones y en el futuro, la Vida eterna.

 

Síntesis de la homilía

Que el cumplimiento de los mandamientos del decálogo de Moisés no es suficiente para la construcción del reinado de Dios entre los hombres, promulgado e instaurado por Jesús de Nazaret, es una primera conclusión que podemos sacar de este trozo, que plantea una cuestión realmente complicada, en la que hay que moverse, diríamos, “con pie de plomo”.

Como ser construído y  destinado a la comunicación, toda indicación de modo de proceder tiene que ver con una relación. Los mandamientos de Moisés, como otros de diversas fuentes, cumplen con esa condición. Las realidades fundamentales con las que el hombre tiene capacidad de relacionarse son: el cosmos, los semejantes, el creador u origen de todo.

Los preceptos mosaicos dan la máxima importancia a la relación y comunicación con Dios

tema de los tres primeros del decálogo.Los otros siete tienen que ver con relaciones interpersonales. Jesús proclama UN mandamiento nuevo. El del AMOR.

El mandamiento nuevo de Jesús abarca la triple realidad Dios, hombre y creación en un solo concepto que significa valoración, gozo y compromiso. Pero esta unificación produce una novedad: hace aparecer un objetivo unificante absolutamente necesario para tenerse en cuenta cuando se pretende alcanzar  la totalidad de aquellos objetivos: tener la vista y el corazón abiertos a la realidad para descubrir las carencias que nos rodean. En otras palabras: abrirse a la realidad del pobre. La perfección del reino de Dios proclamado e implantado inicialmente por la conducta de Jesús depende de la amplitud de esta apertura. No implica, sino que más bien supone la apertura y valoración de los bienes naturales, en relación con el origen de todo para todos, con un centro que garantiza la autenticidad de ambas actitudes: los cadenciados de cualquier clase, índole o dimensión.

No se trata como muchas veces se piensa absolutizando la previsión de Jesús de “cuán difícil resultará para los ricos integrarse al reino” que la riqueza en sí sea un mal. El mal es la riqueza fruto de explotación, injusticia o acaparamiento. La que descarta la actitud de preocuparse para que otros o mejor la sociedad total disponga de las posibilidad de acceder al uso y gozo de los bienes esenciales, renunciando o desprendiéndose  de una proporción de los beneficios obtenidos por su trabajo o los aciertos en sus manejos temporales. Por eso, lo que advertía Jesús a los discípulos, con vistas al futuro (en el que se incluye nuestro presente) es el peligro de que aun la legítima y honesta posesión de los bienes temporales, con una atención a todas las reglas y mandamientos como la del joven rico, muy apreciado por él, siempre constituirá una tentación para la comunidad de sus seguidores, la Iglesia, de ser colocada en el nivel de objetivo final- Esa actitud resulta incompatible con el establecimiento y crecimiento del reinado de Dios en la sociedad y también en la Iglesia.

La actitud de compartir es uno de los elementos de educación que va quedando de lado en nuestras costumbres sociales o, a lo más tiende a manifestarse en ocasiones especiales o trágicas. Pero hay una cotidianeidad que ha ido estableciendo con el sistema capitalista, el principio de “sálvese quien pueda” y por lo tanto “acumule todo lo posible en su haber, aunque despoje a los demás”.

Indudablemente ésa es la dirección cristiana que ha de tener la administración de los bienes materiales que en un sistema como el nuetro, es casi heroico mantener con firmeza permanente.

Homilías Dominicales. Domingo 29 de marzo de 2015 – Festividad de Entrada triunfal en Jerusalén. Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mc.11,1-10  y pasión según Marcos)

Próximos a Jerusalén y al pie del monte de los olivos, cerca de Betfagé y Betania, Jesús envió a dos de sus discípulos diciéndoles: Vayan al pueblo que está al rente y al entrar, encontrarán un asno atado que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganmelo y si alguno les pregunta qué están haciendo

“El señor lo necesita y lo va a devolver enseguida!

Ellos fueron y encontraron el asno atado cerca de la puerta , en la calle y lo desataron. Algunos de los que estaban allí les preguntaron ¿por qué desatan ese asno”? Ellos respondieron como Jesús les había dicho y nadie los molestó. Llevaron el asno, pusieron sus mantos sobre él y Jesús montó la gente empezó a extender sus mantos sobre el camino y otros lo cubrían con ramas que cortaban en el campo. Los que iban adelante y siguiendo a Jesús gritaban : Hosanna! Bendito el que viene en nombre del Señor! Bendito el reino que ya viene, el reino de nuestro padre David! Hosanna en las alturas!

 

Síntesis de la homilía

Juan Pablo II eligió esta fiesta litúrgica como Jornada de la juventud y Benedicto XVI la confirmó y extendió en su vigencia logrando multitudinarias concentraciones en todo el mundo.  Y es que históricamente a juicio de los estudiosos, la descripción de una entrada triunfal a Jerusalén que nos trasmiten diversos relatos evangélicos tuvo poco que ver con la expresión multitudinaria y enfervorizada que nos presentan los relatos y las posteriores realizaciones artísticas. Se trató en principio de chicos y jóvenes reunidos alrededor de jesús entusiasmados con la propuesta de los discípulos de acompañar a Jesús en esa entrada en Jerusalén especialmente importante para él por ser pascua y estar colmada la ciudad de peregrinos, como también para cumplir anuncios proféticos que sostenían la confianza popular en el advenimiento de un triunfo excepcional para el pueblo elegido, sin olvidar la casi seguridad de que sus enemigos aprovecharían la oportunidad de su presencia para cumplir con sus planes eliminatorios. Lejos de volverse atrás Jesús se prestó para cumplir lo anunciado por Zacarías (9,9 ) y a eso obedecen las órdenes previas a sus discípulos.

Y a propósito, la jornada  mundial con que puede decirse que Francisco I inauguró su cargo de sumo pontífice, en Brasil, dejó un claro antecedente para el acierto de tener en cuenta especialmente a los jóvenes, en especial a una gran cantidad de ellos, no conquistados por el consumismo capitalista y las ofertas carentes de compromiso personal y comunitario, que están dando en el mundo y por suerte, también entre nosotros, un testimonio de presencia activa, transformadora  y entusiasta, personal y socialmente.

Refiriéndonos al rechazo que estos movimientos juveniles experimentan ante el juicio condenatorio  de los representantes del sistema que defiende sus privilegios, su opresión  su acaparamiento de los bienes materiales,  su cultura de exclusión, nos cabe también la reflexión sobre un detalle que añaden Lucas y Mateo a la entrada de Jesús en Jerusalén relatada por Marcos. Ante la condena de los representantes del templo que increpan a Jesús para que haga callar a los chicos y jóvenes que lo aclaman como el esperado por el pueblo, la respuesta del Maestro les hace recordar la Escritura que dice que “de los labios de los niños brotará la sabiduría” y que “si ellos callaran gritarán las piedras”.

Esto, además de una enseñanza puede significar para nosotros una actitud esperanzada frente a la proliferación de esa actitud juvenil en distintas organizaciones de nuestro tiempo y lugar.