Entre lupas y catalejos. Por Guillermo “Quito” Mariani

En mi reflexión anterior aludía al meduloso artículo de Osvaldo Bayer, publicado en Página 12. Reasumo ahora, un aspecto del razonamiento de este eximio periodista, que no pude abarcar por limitación de espacio y para no abusar de la paciencia de los lectores.

Como corolario de la afirmación de que lo religioso influye poderosamente en parcial descalificación de la democracia, que es actitud de búsqueda conjunta y no sumisión a determinaciones preestablecidas, el periodista recoge datos iluminadores de la realidad europea y sus causas. En Alemania, el país con mejor nivel de vida, las cifras oficiales señalan que cada vez más seres humanos trabajan por un sueldo que no les alcanza para una vida digna. Sólo en el estado Westfalia-Norte, 62.000 trabajadores están en estas condiciones. Hay además un lado que no conocemos: “darle al trago”. Estaciones de ferrocarril, plazas y atrios de templos abandonados reúnen a jóvenes hasta altas horas, en encuentros alcohólicos que generan alborotos agresivos. Gobiernos y parlamentos y establecen medidas disciplinarias o aumento de impuestos, o castigos y multas, con el inmediato resultado de ineficacia y fomento de la dimensión e intensidad del problema (como el Mercado común que castiga a naciones de mal comportamiento económico con sanciones de ajustes que recaen sobre los menos pudientes). Los movimientos de “indignados” han hecho su parte desde los jóvenes y se han jugado indicando las causas profundas de todo el malestar. Pero sólo se recurre a las sanciones. LA FAO afirma que los precios de los alimentos han subido a precio record en el 2011. En las familias de inmigrantes, un 29 por ciento está en el límite de la pobreza extrema. Aumentan los hechos criminales. Pero el Foro económico mundial no toma en cuenta estos datos. Sigue apostando a las ganancias. Desaparece el hombre y desborda el dinero que ahoga y despersonaliza, sin solucionar la crisis presente ni las previsibles. La búsqueda de la felicidad de todos es la meta, todavía no propuesta. Se contentan con solucionar los problemas de algunos, los que han sabido y podido hasta ahora aprovecharse de los otros.

Mirando hacia el mundo, los catalejos que nos acercan los problemas, quedan en sus estuches porque estamos armados de lupas para agrandar hasta lo incalculable nuestros propios problemas.  Que la inseguridad ya ha hecho imposible salir a la calle. Que los niños ya no pueden andar solos.   Que los jóvenes se han vuelto incontrolables para los padres y se han dedicado a la diversión y a la droga. Que la pobreza apenas ha comenzado a remediarse con instrumentos de ayuda o subsidios que disminuyen la cultura del trabajo y fomentan la de la vagancia… La lupa del pesimismo, y la pésima costumbre de sentirnos inocentes cuando culpamos, o de dictaminar desde la cátedra personal, contra todos los esfuerzos y logros objetivos, aumentando las deficiencias, nos perjudica no sólo porque nos perdemos la situación privilegiada del país en una cantidad de aspectos considerados ejemplares para el mundo, sino porque sin mirar la propias deficiencias retrasamos peligrosamente la solución de todos los problemas. Si en el Campo hubiera disponibilidad para compartir ganancias cuanto la hay para reclamar subvenciones por la sequía, Si los directivos de RENATRE con Momo se avergonzaran (nada más que eso) de ganar $3.500.000 anuales para velar por los intereses de los pequeños propietarios. Si el Arzobispo de La Plata no gastara su tiempo en defender las imágenes religiosas en las escuelas, y basara su preocupación en buscar solución a los problemas de derechos humanos de su arquidiócesis. Si las Empresas entraran por el carril del empleo bien retribuido. Si la dignidad del ser humano fuera respetada en todos sus aspectos, el educacional,  el de vivienda y salud, además del económico que exalta por sobre todo la rentabilidad, muchos problemas serían enfocados más acertadamente sin necesidad de lupa para agrandarlos, sin remediarlos.

Preparar y desfigurar. Por Guillermo “Quito” Mariani

Se trata de dos actividades absolutamente contrapuestas. Preparar implica un trabajo de construcción, creatividad y orientación hacia un objetivo determinado. Desfigurar es un empeño malsano en el que puede gastarse mucho tiempo sin otro objetivo que la destrucción e el engaño.

No podemos quejarnos de falta de preparación de la navidad. El nacimiento de Jesús de Nazaret no cuenta con fechas exactas históricamente ya que los evangelistas no pusieron en eso su preocupación sino en el sentido de ese nacimiento.  Desde mitad del siglo 3ro. los cristianos adoptaron la fecha del 25 de diciembre. La afirmación de que la fecha se eligió para remplazar la fiesta pagana del dios Sol no es exacta ya que habría sido el emperador Aurelio hacia el 274 el que procedió al revés. Para contrarrestar la fiesta cristiana dio solemnidad en Roma a la fiesta del Sol.

Pero la tradición fijó  definitivamente esa fecha. Y no podemos quejarnos de que sobreviene imprevistamente, sin preparación. Quizás con mayor preparación que la que antecede a cualquier evocación de un acontecimiento feliz.

La liturgia eclesiástica realiza una preparación de cuatro semanas llamadas de Adviento o advenimiento. La tradición familiar elige el día 8 de diciembre para el armado del pesebre con las imágenes del nacimiento. O ya

El arbolito y papá Noel reemplazando el pesebre y la familia de Jesús. (esta innovación pertenece al escritor estadounidense Washington Irwin que en  sus cuentos del siglo XIX creó este personaje inspirado en el relato de la vida de San Nicolás de Myra, santo famoso del sigo IV por su bondad y generosidad) pero el consumismo capitalista, desde el mes de octubre o quizás con anterioridad comienza el muestrario de regalos, y alimenta la imaginación infantil con mezcla de elementos ligados a Jesús niño y a papá Noel viejo, pero siempre cargados de regalos.

La característica del mensaje de alegría y paz liberadora que de distintos modos se trasmite a través de esta festividad, lleva muchas veces a cortas treguas en las guerras más sangrientas, para hacer un paréntesis de vida en los campos de la muerte.

Resulta entoces, en varios casos, una auténtica, aunque pasajera actualización del mensaje navideño, como también lo es el espíritu festivo con que se recibe una buena noticia. Pero hemos de tener en cuenta que si sólo se trata de esas características, en la anticipación el mensaje no es preparatorio sino desfigurante.

Protester. Por Guillermo “Quito” Mariani

La protesta ha crecido en el mundo. Ya no son los pesimistas y malhumorados de siempre que a todo le encuentran defectos y olvidando los privilegios de que gozan, envenenan el clima social sin ninguna ventaja y sobre todo, sin ningún compromiso comunitario para remediar lo que sostienen que anda mal. Ya no son los que mirando despectivamente a los desempleados, víctimas de abusos, privados de derechos elementales, sostienen que son simplemente un peso social del que habría simplemente que prescindir.

Ahora son multitudes en el mundo. Y multitud de jóvenes. La crisis que, con apariencias tranquilizantes están enfrentando los grandes que la produjeron, ha mostrado claramente sus efectos en el planeta entero.

Y ha brotado la protesta, la indignación, la rebeldía. Con lo que se llamó, la primavera árabe (desde la inmolación de aquel vendedor de frutas en Túnez) se iniciaron los movimientos de protesta que fueron aprovechados por los detentores internacionales del poder de las armas y del dinero, para agudizar represiones y asesinar impunemente a miles y miles de personas, con la excusa de restablecer las democracias. Cuando, en realidad, sólo tenían interés en disponer libremente del petróleo ajeno.

Con distintos antecedentes, las juventudes europeas se volcaron a las calles en grandes manifestaciones señalando a banqueros y políticos como culpables de los ajustes injustos a que la sociedad fue quedando sometida, pagando deudas originadas en la voracidad e ineficacia de los “dueños del mundo”. También Latinoamérica se movilizó con multitudes de jóvenes o sublevados indígenas que, sorteando la seducción de los medios informativos, supieron descubrir el camino casi inexplorado de una mejor distribución de ingresos, de una igualdad en el ejercicio de los derechos, de una independencia económica y política frente a la grandes potencias, de una solidaridad optimista y con sentido social, de una empecinada resistencia a la contaminación ecológica, y de una defensa de las riquezas naturales y humanas de cada nación.

Pero la protesta llegó también para el “gendarme del mundo”, a la cabeza del capitalismo furioso y excluyente: Estados Unidos. En muchas de sus grandes ciudades se hizo escuchar el grito de los que apuntaron directamente a la raíz fundamental de las injusticias y desequilibrios con el “Occupy Wall Street.”

Time había consagrado como la “figura” del 2010, a los 33 mineros chilenos. Para esta misma calificación en el 2011, ha elegido al “protester” el manifestante, el indignado, el rebelde, el disconforme. Y se trata realmente, del colectivo mundial más importante en este año.

Además del reconocimiento de la resonancia mundial del fenómeno de la protesta, hay  más razones para proclamar esta novedad como la más impactante.  El análisis se profundiza afirmando que esta gente está cambiando la historia y la cambiará efectivamente para el futuro. Se trata de la transformación de una política global apuntalada por un conjunto de actores,  reducidos a círculos cerrados y poderosos, hacia el logro de una real globalización igualitaria que incluya de manera efectiva y definitoria a los abandonados o marginados por el sistema. Se puede hablar también de una marcha hacia una redefinición del poder, que parece orientada a la recuperación democrática de una participación más constante e influyente de la sociedad en general, en el proceso y resultados de la gestión de los gobiernos.

Hay banderas levantadas por todo el mundo. El capitalismo logró poner en el centro de todos los valores,  el dinero como la fuente inconmovible del poder y el progreso.  El fenómeno de las protestas, aunque todavía no esté explícitamente clarificado, apunta hacia valores distintos.

Hilando fino. Por Guillermo “Quito” Mariani

Los entretelones del poder son siempre conflictuados. Casi imperceptiblemente los que tienen la experiencia de crecimiento cuantitativo o intenso en el aprecio de la gente, comienzan a medir las posibilidades de superar. aun dentro de un acuerdo básico de principios y objetivos, a quienes disponen de otros espacios de poder.

El sindicalismo unificado por Perón en la CGT se convirtió en la expresión más fuerte de reivindicación de los derechos de los trabajadores, Cada uno de los dirigentes cegetistas, desde la secretaría general  por elección, jugó un papel preponderante, con alguna frecuencia utilizado para intereses personales.

Hugo Moyano en su convocatoria de la cancha de Huracán, bajo la lluvia y con un discurso encendido, presentó su renuncia a los cargos en el justicialismo provincial y nacional con una adjetivo descalificante para ambos. (cáscara) Pero su principal embestida fue contra las palabras de la sra. presidenta en la asunción del poder el sábado diez, referidas  a la moderación necesaria, en un momento en que la crisis mundial nos amenaza y hay que tener mucha flexibilidad de maniobra, para la exigencia de mayor justicia social y mayor protagonismo sindical mediante paros y huelgas que paralizan y corren peligro de arrasar con logros sociales importantes.

Siempre detrás de los reclamos está la cuestión de los salarios y las obras sociales. Diríamos que son a la vez los caballitos de batalla más utilizados para justificar las acciones de reclamo que tienen posibilidades de mayor convocatoria. Pareciera que las paritarias abiertas siguen siendo el modo eficaz de concertación que, aunque siempre contarán con la mezquindad de los empresarios, siempre lograrán también a la vez que la conservación de las fuentes de trabajo, algunas de las ventajas solicitadas. Sin embargo la propuesta ley de participación de las ganancias, descartada por la presidenta en su discurso, no resulta de trámite tan fácil y con resultados positivos en el momento presente, en que se están logrando acuerdos sobre leyes muy importantes, como la del papel prensa , la extranjerización de la tierra , el control del lavado de dinero y el nuevo estatuto del peón rural.

En cuanto a los salarios que, no pueden dejar de modificarse con los avances de la inflación o del costo de la vida, la lucha en las paritarias puede resultar incluso más eficaz que la propuesta y discusión de una ley.

Ni qué hablar de las obras sociales a las que habría que purificar de toda sospecha de irregularidad, al igual que todas las oficiales, para que el Estado cumpliera con su misión de aporte y servicio a la salud de la población.

Poder y dinero se juegan en un trasfondo que nadie ignora y en el que los protagonistas, gobierno y sindicalismo, producen tensiones que se agravan en determinados momentos, amenazando con rupturas que siempre dañan de alguna manera a los posibles beneficiarios.

Con pies de plomo! Por Guillermo “Quito” Mariani

Así, simplemente hay que moverse en terrenos peligrosos. La premura en el avance pueden dar en tierra con todos los objetivos a conseguir. Entre  los scout es muy frecuente la práctica de “stalking”. Una actividad que consiste en observar detalladamente, sin ser descubierto. Esto que B.P., el fundador del Movimiento, practicó intensamente como integrante de las fuerzas colonialistas de Gran Bretaña, fue introducido por él en el manual de adiestramiento para los hombres de campo (los que saben vivir en la intemperie) que deseaba que fueran sus seguidores. Para llegar a observar la intimidad del color o la vida de los animales y los pájaros en el bosque, para obtener una fotografía (sin zoom) detallada, para sorprender en la acción a una persona, es necesario acercarse “sin levantar la perdiz” cuidadosa y lentamente, deslizándose en un silencio que sepa evitar el ruido de una rama o cualquier movimiento violento que pueda “espantar” al observado.

Leyendo con detenimiento los documentos emitidos por la CELAC (comunidad de estados latinoamericanos y caribeños) reunida en Caracas con la presencia de 30 presidentes de los 33 invitados, en la primera convocatoria con semejante proporción de asistentes, uno advierte el ”pie de plomo” El avance cuidadoso y lento hacia un logro de integración y unidad buscando la fortaleza del bloque. Los fogosos discursos y las propuestas radicalizadas de Chávez, Correa o Morales muestran la línea del proceso hacia el futuro. La ampliación de los intentos realizados hasta hoy, Mercosur, Alba, Unasur, para afirmar la identidad latinoamericana de independencia y  fortaleza en un proyecto a la vez democrático y transformador de inclusión.

Hay nombres que no nos resultan acostumbrados, de países más pequeños generalmente con mayor  dependencia económica y política, cuya asistencia puede interpretarse como la conciencia de que su pequeñez a la hora en que se nublan los triunfos de sus protectores, exige no quedar separados de un bloque que va tomando importancia. Varios de ellos viven un régimen decididamente capitalista neoliberal y su opinión y su voto no permitió seguramente llegar a conclusiones más radicales tanto para aceptar el compromiso del Banco del Sur, como para determinar el porcentaje sugerido por Correa (que tiene ideas muy claras aunque oscurecidas en muchas oportunidades por la prensa) de un porcentaje menos exigente en las votaciones para la adopción de decisiones, como la elección de una secretaría permanente que terminó designando pro tempore a Piñera como Presidente y convocante para el próximo año.

El ser “muchos” obstaculiza las soluciones rápidas. Argentina y Brasil con todas las simpatías amistosas de que fueron objeto sus mandatarias, se pronunciaron a favor de marchar con pies de plomo para no irritar demasiado a los poderosos que, sin advertir que están hundiéndose en su propio pozo, se animan a ridiculizar estos pasos. Piensan que, porque no se dieron en el pasado, tampoco podrán darse en el futuro-

Marchar así, avanzando paulatinamente, suele dar buenos resultados. Pero no hay que dejar de tomar en cuenta que los acostumbrados a devorar no tienen reparos en que sean muchos los devorados y los preocupa en cambio, seriamente,  que sean definidos e inmasticables.

La unión que hace la fuerza. Por Guillermo “Quito” Mariani

La debilidad de los países en desarrollo, que no es congénita sino producida por la avidez desconsiderada de los piratas de toda índole, ha sido durante mucho tiempo utilizada por los considerados GRANDES en la actualidad, para  crecer con la rapiña y las armas. La riqueza en materias primas y en eficiencia humana fue aprovechada sólo para su propio desarrollo y prosperidad. Las cartas ya estaban echadas. Había que aceptar que la inteligencia y perseverancia de los que habían conquistado la superioridad y el dominio mundial, sólo accederían después de mucho tiempo, a extender la mano en forma de limosna bondadosa para seguir sosteniendo a quienes ellos mismos empobrecieron.

Hoy se están revolviendo en sus propios desechos que no son restos de capitales, sino restos de valores morales despreciados y desfigurados.

La opulencia de los países del Norte y de Europa a los que China y Japón venían haciendo sombra hace tiempo había elegido como víctimas necesarias de la globalización a Africa y América del Sur. De allí se surtían, allí compraban cómplices, allí imponían su voluntad por el espionaje y el armamento,  allí establecían impunemente sus empresas para explotar y empobrecer, allí contagiaban su cultura del dinero por sobre cualquier otra. Todo parecía irreversible.

Pero los “pequeños” han comenzado a agrandarse uniéndose, alentados por el fracaso de las grandes promesas de colaboración para el crecimiento, por parte de los capitales internacionales radicados en sus territorios, y el fracaso de las tácticas de sus graduados economistas ortodoxos en el manejo de la productividad y el comercio.

La crisis desatada no puede dejar de afectar a todo el  mundo, previamente invadido por la globalización excluyente. Pero no nos encuentra desapercibidos.

El proceso latinoamericano comenzó con fuerza extraordinaria en aquella cumbre de Mar del Plata hace ya seis años. El Alca significaba el gran engaño  para establecer (sin agresividad y con el nombre de libertad de comercio)  el perfecto dominio  económico y político. Hubo entonces voces valientes e indignadas que denunciaron la trampa y lograron ese rechazo  histórico que afirmó la potencialidad de los países hasta entonces sumisos y temerosos. Chávez, Lula y Kichner fueron los artífices visionarios de que aquel rechazo iniciaba una tarea de integración destinada constantemente a expandirse y fortalecerse. La tibieza de Tabaré Vázquez (con su ideal de un TLC propio) y la medida aprobación de los otros presidentes latinoamericanos, no disminuyó la eficacia de aquel rechazo. Luego las naciones fueron eligiendo con alardes democráticos ejemplares, presidentes comprometidos con la integración, que en repetidas cumbres dieron fuerza al proyecto original con la creación de nuevas organizaciones como  la de UNASUR  que acaba de constituir el CELAC (comunidad de estados latinoamericanos y caribeños) de la que participaron 33 países.  Aacaba de emitir un valioso documento apoyando los reclamos de Argentina sobre Malvinas y Bolivia por la salida al mar. Expresó También, a través de diversas intervenciones, la urgencia de disminuir la influencia de la OEA en la región, la necesidad de crear un nuevo socialismo, el desafío de continuar la integración como único medio defensivo frente a las diversas formas  de dependencia. Las presidentas de Argentina y Brasil especificaron, en la creación del MIP(movimiento de integración productiva) el especial esfuerzo de sus dos países vecinos.

La fuerza de la unión y la constancia, están mostrando, frente a los ideales de la impaciencia de la lucha armada, frutos reconfortantes de la democracia integracionista, para los hasta ahora considerados los “pequeños” de América. Y esto sigue molestando a la prensa aliada con los grandes intereses supranacionales.

Entre la espada y la pared. Por Guillermo “Quito” Mariani

¿Cuál es la espada y cuál la pared? El período poseleccionario ha abierto como un espacio de clima diferente en las relaciones del gobierno con el pueblo. Pareciera que un replegarse en la toma de medidas impactantes, antes de las elecciones, hubiera sido una táctica adoptada oficialmente, sobre todo en lo referido a economía.

Da esa impresión en este momento, no sólo por la ambigüedad de las medidas que se toman, sino por la cantidad de decisiones sobrepuestas y las cuidadosas referencias de los discursos presidenciales a diversos sectores de la oposición. Esa que, tan encarnizada como desunida e ineficaz, buscó apoyarse en los intereses corporativos, y de la prensa monopólica.

Este período de transición es aprovechado por algunos para apresurar medidas intimidatorias e ilegales, como la resolución de autorizar el desmonte en Santiago del Estero por parte de la Dirección Provincial de Bosques y la ejecución del joven integrante del MOCASE, Cristian Ferreyra, a manos de los esbirros contratados por un conglomerado sojero de Santa Fe.

Otros, en cambio, parecen intentar aprovecharlo para disminuir el efecto que puedan producir decisiones económicas más profundas, que seguramente tendrán que tomarse si se pretende continuidad para el proyecto kirchnerista aprobado masivamente en las últimas elecciones.

Empresarios y gremialistas de primera línea (rara junta) parecieron congraciarse con las decisiones adoptadas en los últimos días por el Gobierno nacional, acerca del control para la circulación de dólares y la supresión de los subsidios estatales a las grandes Empresas. Ninguna de estas propuestas está definitivamente aclarada frente a una prensa que se obstina en descalificarlas y en oscurecer el panorama hacia el futuro, como deleitándose en que la crisis financiera mundial nos complique cada vez más, disminuyendo logros y conquistas adquiridas.

Creo que lo sucedido con las elecciones españolas debe ser tenido muy en cuenta. Los que aclamaban a Rajoy saludando desde el balcón con los brazos levantados, a la multitud rebosante de alegría y saltando con ella, no son seguramente los “indignados” de la Puerta del Sol. Ni los que en todas las naciones se han manifestado, culpando a los principales actores del sistema capitalista, banqueros y políticos, de la crisis financiera que los desplaza sin reparos. Indignados, porque la gran burbuja se ha desinflado y las promesas de bienestar y dignidad se transformaron repentinamente, en injusticia de ajustes, represión y desempleo. Ya el representante del P.P. ha aceptado las condiciones impuestas por el Foro europeo para aumentar la austeridad, el ajuste y la desocupación. El triunfo no ha sido entonces el de una propuesta liberadora, ni siquiera de una campaña organizada con grandes promesas, sino el de la desesperación asfixiante. No creo por eso que Rajoy tarde mucho tiempo en convertirse en Piñera, intentando como él solucionar los irrefrenables problemas con postergaciones y represión.

Nuestro andar ha sido, felizmente, diferente. Lo realizado y conseguido hasta hoy, nos hace optimistas para el futuro. Si las protestas y los aplausos de ayer, ensayan ahora una reconciliación parcial, para sumarse al proyecto, serán bienvenidos. Si concluyen hundiéndolo, será desesperante.

Los frecuentes discursos de Cristina están marcando, a mi entender, con prudente inteligencia, un espacio no excluyente, pero sí comprometido aunque sea parcialmente con el proyecto sostenido esforzadamente hasta ahora. 

Indignados. Por Guillermo “Quito” Mariani

La corriente mundial de los indignados llegó al Vaticano. No creemos que los cardenales vayan a ocupar las calles de Roma con sus pomposos ornamentos cardenalicios. Pero sería espectacular un desfile como el que utiliza el excelente director italiano Nanni Moretti en el comienzo de su película Habemus Papam, de unas 230 personalidades purpuradas escribiendo su protesta por las calles de Roma. Porque da la sensación de que están rivalizando las autoridades y miembros eminentes de la estructura vaticana de poder, para manifestar su rechazo e indignación por la ocurrencia, marquetineramente agresiva, de la firma Benetton, con sucursales en ciento veinte países del mundo. La campaña tiene un noble cometido: acabar con el odio. Y se  designa por eso, como “Unhate” (no odio) 

En realidad, hay que tener mucho sentido de humor para admitir que ese mensaje tan parecido al oficial del Vaticano (sí amor) pretenda trasmitirse con imágenes tan impactantes como un beso en los labios entre los personajes que en el mundo son protagonistas por sus actitudes, de contiendas y guerras interminables. Obama y Chavez; Sarkozy y Merkel; Obama y Hu-Jintao, Mahmud Amas y Netanyahu; Kim Jong II con Myung-bak.

La verdad es que si estos personajes se amaran, hasta la expresión de darse un beso públicamente (que también podría resultar un beso de Judas) con el propósito de no provocar más desinteligencias y muertes, se podría hablar de “Unhate”.

Pero, es que la cosa no para allí. La indignación vaticana se produce porque también la sátira marquetinera de Alessandro Benetton, toca la persona del SANTO PADRE.  En el fotomontaje aparece dándose un beso con el imán del Cairo. ¡Santo cielo! ¡qué escándalo!

¿Será para tanto? ¿Es que resulta injurioso (además de iluso) pensar y desear que los intereses contrapuestos de todos estos personajes confluyan alguna vez en un gesto de reconciliación y amistad? ¿El “Santo Padre” es tan santo que resulta una ofensa grave pensar que, para dejar de enfrentarse con el Islam, al que en su conferencia de Ratisbona calificó como engendrado y productor de violencia, se complica en un beso homosexual con uno de sus representantes?

En el mundo hay vigentes muchas situaciones de opresión y degeneración que merecen el pleno rechazo y disconformidad de la iglesia oficial. No ha salido una procesión de cardenales a protestar por los abusos, la pederastia clerical y episcopal, las influencias en excarcelaciones logradas por ejemplo, por Grassi y Storni, o Von Wernich y otros, a pesar de haber sido condenados y penalizados por la justicia civil. ¿Es entonces justa y racional esta expresión tan indignada para responder a lo que si bien es humor muy ácido, constituye un verdadero reproche para las rivalidades más pronunciadas y dañosas que se viven en el mundo actual?

La prensa, dócil a los intereses de cada una de las partes en litigio, se ha pronunciado de diversas maneras, entre las que se incluye el silencio, la exclusiva repulsa al fotomontaje papal y la insistencia en la ridiculización del beso entre Chávez y Obama. Se trata de una travesura más, de esta poderosa Empresa originariamente textil, con intereses agroganaderos, petroleros, mineros y forestales en nuestra Patagonia, que puede darse el lujo de reírse de todos.

Y la ley de tierras duerme. Por Guillermo “Quito” Mariani

De repente, así como dueños de la vida y de la muerte, dos sicarios de Ciccioli el empresario santafesino asociado con Julianes, Villa, Saud y otros que están empeñados en acaparar tierras de Santiago del Estero para sus emprendimientos agrícolas, violan el domicilio y asesinan a Cristian Ferreyra. ¡Se acabó el problema! Los empresarios creen haber dado una lección intimidatoria que será tomada en cuenta por muchos de los campesinos indígenas que habitan desde sus ancestros,  los campos fértiles de la zona Norte de los departamentos Copo, Pellegrini y Alberdi.

Porque un grupo sin escrúpulos, ha puesto los ojos en ellos, para agrandar sus posesiones y su capital.

No es novedad, desde hace cuatro meses, que los campesinos de la zona sufran además de ofertas tentadoras, menosprecios, amenazas y maltratos por los personeros de los citados empresarios.

Mientras la ley de tierras queda dormida en el Congreso, los acaparadores de “avivan” anticipándose al 10 de diciembre, en que es posible que quienes los favorecen en la legislatura,  disminuyan su influencia en el ámbito nacional, por la composición de las cámaras legislativas y la asunción de la reelegida presidenta.

Y por eso han iniciado una campaña más agresiva y convincente. “Antes,  y para sembrar su soja, siembran muerte.”

Cristian Ferreyra, un joven  campesino de sólo 25 años fue asesinado a cara descubierta y sin ninguna contemplación por los Juárez, enviados a su domicilio con orden expresa de terminar con su resistencia desde la CCCOPAL MOCASE (vía campesina) a entregar esas tierras que la dirección provincial de bosques, traidora e ilegalmente, autorizó para desmontar, a pesar de estar radicadas allí varias familias campesinas.  Dos compañeros de Cristian quedaron también heridos por el tiro de escopeta. Uno de ellos, de gravedad.

El hecho sucedió en las proximidades de “Monte quemado” en la comunidad de San Antonio.

La noticia ha sido eclipsada casi absolutamente por los detalles dolorosos del asesinato del pequeño Tomás, a consecuencia de una venganza por desavenencias conyugales. Y ciertamente es muy doloroso para el país que haya gente tan excitada por el odio que llegue al asesinato de un niño inocente. Con otras características se ha repetido el desconcierto y la indignación  general por el asesinato de Candela.

Pero nada puede hacer callar a una prensa que estuviera comprometida con la verdad y la justicia, acerca de la alevosía de un asesinato como el acontecido en San Antonio. La llamada Ley de tierras, feliz iniciativa del gobierno nacional está manoseada y cajoneada en la legislatura. Detrás de ella, seguramente, se mueven muchos intereses. Que untan las manos y ponen llave a los cajones.

El conflicto con el llamado Campo, dejó marcada innegablemente una huella muy profunda, mostrando lo que puede el poder corporativo de los más ricos contra las organizaciones populares defensoras de los derechos de los más pobres. Si el Estado no aparece afirmando y exigiendo el respeto a esos derechos, no está cumpliendo con su deber fundamental. El ejecutivo nacional sin leyes poco puede hacer. Y el Congreso posterga lo que no responde a intereses muy marcados de los más poderosos.

Pero, desde abajo, desde los indígenas puestos de pie y desde las organizaciones populares de campesinos sigue brotando el grito a la vez indignado y esperanzado. ¡Ni un metro más, la tierra e nuestra! Y sobre todo ¡Ni un muerto más que criminalice la usurpación de la tierra!

Los que aplauden, los que rechazan, los que dudan. Por Guillermo “Quito” Mariani

Hay momentos y acontecimientos de suma importancia ante los que se producen constantemente reacciones diversas como las enunciadas en el título de esta  reflexión En los últimos tiempos, antes de las elecciones, un discurso de la Sra. presidenta en Tecnópolis, referido al “plan estratégico agroalimentario nacional” suscitó estas reacciones. Hubo aplausos y expresión de esperanza por parte de los sectores  relacionados con el  Campo , como Federación Agraria y Mesa de Enlace ( junto a distribuidores internacionales de fertilizantes agrotóxicos, semillas transgénicas y otros ítems), representantes de la Unión Industrial, Cámara Argentina de Comercio, Fundación Mediterránea y otros. El discurso de un futuro  productivista mirado con el optimismo de las cifras previstas,  hizo pensar que había una flexión en la política seguida hasta ahora, que  inclinara a ceder ante las exigencias agroexportadoras, con el convencimiento de que por ellas llegan al Estado los mayores ingresos para éste y cualquier otro plan que quiera llevarse a cabo. También  hubo expresiones de de alivio en la corporación eclesiástica celebrando que la agresividad de la política de mejor distribución de los ingresos llevada a cabo hasta el momento, dejara de producir crispaciones.

Se dieron a publicidad también diversas especulaciones de que, sobre todo, considerando las cifras manejadas por la Presidenta como indicio de un futuro promisorio no eran muy confiables, colocándolas en el mismo nivel de las promesas electoralistas que en algunas oportunidades resultaron absolutamente ridiculizadas. A su vez los movimientos provincianos de los campesinos, peones y pequeños propietarios, se sintieron “ninguneados” y otra vez lo hicieron notar como aspecto negativo

Hubo también quienes se preguntaron si esto de acabar con el tiempo de la confrontación para producir la conciliación, que es siempre una aspiración y hasta un requisito para progresar en todos los órdenes, no significaría volver atrás de los pasos dados. Que influyera en la moderación de los juicios a los genocidas y sus cómplices, mejorando las relaciones comerciales con el FMI, sensibilizándose ante los reclamos de ADEPA y la SIP, disminuyendo sustancialmente las retenciones y limitaciones para los exportadores, recuperando la sumisión amistosa con Estados Unidos.

Otro acontecimiento, ya pos eleccionario, fue el discurso de Cristina en la reunión del G20. Allí los poderosos participantes, agobiados por la crisis del capitalismo financiero que no logran resolver financieramente, prestaron atención a esta receta tan simple de superar las presiones de los grandes intereses que finalmente tarde o temprano llevan al derrumbe total. Se refugiaron finalmente en la afirmación de que una experiencia argentina no debía considerarse tan valiosa. La denuncia y exigencia de supresión de los paraísos fiscales fue un aguijón al que el presidente uruguayo respondió con una afirmación peyorativa de la Argentina. La calificación del capitalismo actual como anárquico, tocó un punto muy sensible. Tanto porque señaló un “pecado capital” del capitalismo internacional, derrotado por los mismos intereses que lo mantienen.

Su afirmación de que queremos un capitalismo distinto pareció contrariar las aspiraciones y proyectos  de los grandes luchadores latinoamericanos por  el socialismo como  Evo y Chávez. Y la izquierda muchas veces intolerante e ilusa descalificó el proyecto de un capitalismo mejorado.

Aplausos, rechazos y dudas, reflejan o prudentes sugerencias de mejoramiento, o empecinadas  posturas anquilosadas, o valoración optimista y alentadora de los intentos, o exigencias de metas imposibles de alcanzar  hoy que en el fondo constituyen una clase de alienación. Es buen criterio de discernimiento fijarse en quiénes y con qué intereses están de un lado y del otro-

Halagar a la presidenta y sus proyectos, acudiendo a su convocatoria con aprobación y aplauso. Astutamente han elegido ellos,  el único camino que les quedaba para lograr imponer la supremacía de sus intereses. Y allí estuvieron, en diferentes oportunidades,  la Unión Industrial, la Cámara argentina de comercio, la Fundación Mediterránea, la Federación Agraria y las multinacionales distribuidoras de fertilizantes, agrotóxicos, semillas transgénicas y otros productos aprobados por las costumbres y no por las leyes. A otras corporaciones les faltó coraje para esta presencia hipócrita en el día de La Industria y en de lanzamiento en Tecnópolis, del Plan  Estratégico Agroalimentario nacional. La actitud oficial fue de aceptación de estas presencias y aprobaciones desacostumbradas, y hasta se expresó con palabras que hicieron estremecer de alegría las vísceras de los que volvieron a considerarse imprescindibles, y de temerosa desilusión a sus víctimas, los movimientos provincianos del campesinado pobre, en Santiago, Córdoba, Formosa, Chaco, MOCASE, Trabajadores rurales sin tierra o Frente nacional del campesinado indígena-