Homilías Dominicales – Domingo 11 de mayo de 2014 – 4to. de Pascua en el ciclo “A”. Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema: (Juan 10,1-10)

Dijo Jesús: Yo les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino por otro lado, es un ladrón y un asaltante. El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. El llama a cada una por su nombre y la hace salir Cuando las ha sacado a todas va delante de ellas y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. Nunca seguirán a un extraño sino que huirán de él porque desconocen su voz.

Jesús les hizo esta comparación pero ellos no comprendieron lo que les quería decir. Entonces jesús prosiguió: Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos aquellos que vinieron antes son ladrones y asaltantes pero las ovejas no los han escuchado. Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará podrá entrar y salir y encontrará su alimento. El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero yo he venido para que las ovejas tengan vida y la tengan en abundancia.

 

Síntesis de la homilía

La presentación que Jesús hace de sí mismo como pastor, es ciertamente polémica. Porque condena a quienes se han llamado y presentado así en la historia de su pueblo.

La fuente de información de Jesús son los profetas y ellos, en especial Jeremías (23)y Exequiel (34)tienen diatribas muy fuertes en contra de los dirigentes que en lugar de servir al rebaño del pueblo, se sirvieron a sí mismos aprovechándose del rebaño. “Engordando a costa de las ovejas, en lugar de engordarlas con el alimento que necesitaban” Los dirigentes de Israel en tiempos de Jesús seguían las pautas de aquellos evocados por los profetas y Jesús los denunciaba como hipócritas que aparentando respetar la Ley, la violaban sin cesar en sus disposiciones más importantes y también, no satisfechos con eso, imponían cargas tan pesadas que resultaban insoportables a quienes pretendían seguir sus enseñanzas, sin estar prontos para ayudarles en lo más mínimo a sobrellevar esas cargas.

También hoy, en la Iglesia han aparecido y aparecen cargas insoportables para muchos que en lugar de juicios condenatorios esperan comprensión de sus problemas y misericordia para resolverlos. Por eso aparece tan doloroso el autoritarismo que rechaza a quienes por causas muy comprensibles humanamente, no han cumplido con requisitos exigidos disciplinariamente por las autoridades y hasta por el Derecho canónico.

El pasaje comienza por una afirmación que, ante la polémica posterior pareciera perder importancia. El buen pastor, el auténtico pastor “entra por la puerta”. Y la “puerta” para acceder a las ovejas es su libertad de decisión. Cuando esa libertad es desconocida por imposiciones arbitrarias, o con engaños seductores parecidos a las promesas incumplibles e incumplidas de muchos políticos, o con estructuras exteriores impresionantes por su influencia cautivadora, se está entrando por otra parte. Saltando el cerco del corral Y aunque muchas veces aparezcan resultados multitudinarios y exitosos en su convocatoria, eso constituye ciertamente postura y conducta de ladrón.

La misión que Jesús de Nazaret considera confiada por el Padre es la de comunicar vida. Se trata no de vida biológica o de salud sino de lo que está en el fondo de la realidad humana que es un “sentido de la vida” que haga que valga la pena vivirla a pesar de todas sus limitaciones y contribuya así desde la propia realización a la realización del plan liberador que responde (en la mentalidad de Jesús) a la voluntad del Padre.

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