Homilías Dominicales – Domingo 29 de Abril de 2012 – 4to. de Pascua en el ciclo “B”. Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema( Ju.10,11-16)

Dice Jesús: Yo soy el buen pastor que da la vida por sus ovejas. El asalariado que no es pastor ni dueño de las ovejas cuando ve venir al lobo escapa y el lobo las arrebata y dispersa. Como es asalariado, no le importan las ovejas.

Yo soy el buen pastor. Conozco a mis ovejas y ellas también me conocen, como el Padre me conoce y yo conozco al Padre y doy mi vida por las ovejas. Tengo otras ovejas, que no pertenecen a este corral y las tengo que guiar para que escuchen mi voz y se forme un solo rebaño bajo un solo pastor. Por eso me ama el Padre. Porque doy mi vida. Nadie me la quita. La doy voluntariamente. Puedo darla y después recobrarla porque se trata de un encargo recibido del Padre.

 

Síntesis de la homilía

La figura del Buen Pastor está oscurecida hoy por la celebración del día de las vocaciones eclesiásticas, que identifica a los buenos pastores con los miembros del clero y la jerarquía. No se trata de eso. Los malos pastores en Israel no fueron los sacerdotes solamente sino los reyes y los conductores del pueblo junto con los falsos profetas que se arrogaban la representación y elección divinas.

Lo distintivo del pastoreo de que habla Jesús es la generosidad de llegar a dar la vida en defensa de las ovejas. Y es buen pastor con él, quien defendiendo valores humanos es capaz de afrontar el sufrimiento, la incomprensión, la persecución y hasta la ofrenda de la vida. Para esto no hay clases sociales, ni profesiones, ni situaciones materiales de pobreza o riqueza, hay sólo una actitud de amor para la humanidad que inclina a descubrir los valores que hacen su dignidad y por eso se juega por la justicia, la igualdad, la verdad, la defensa de los derechos, muchas veces hasta poner en juego la propia vida. Que entre los ministros de la iglesia, servidores del pueblo, sacerdotes y obispos, haya mucha gente fiel a esa consigna, es innegable y nos llena de orgullo y admiración. Pero hemos de admitir con vergüenza que muchos ocupan lugares de pastores y sonsimplemente asalariados. Cumplen simplemente con una función que les permite mantenerse en un nivel de prestigio y comodidades materiales que a muchos les faltan.

Si admitimos estos criterios para juzgar a quienes son o no son verdaderamente pastores, nos vamos a encontrar con la sorpresa de que muchos  sin ninguna apariencia ni pretensión de serlo, lo son en realidad. La gente que se juega para organizar la resistencia a un sistema o estructuras que violan la justicia, que se basan en la mentira que someten la dignidad del ser humano a la posesión y a las riquezas, suele resultar molesta. Pero está siguiendo el camino del buen pastor. El que conociendo y sintiendo hondamente las necesidades y reclamos concretos de la gente, se hace presente activamente, para lograr consenso y tratar de acabar por la denuncia y la acción, con muchas de las injusticias, que cierran a grandes mayorías, el acceso a la dignidad y felicidad humanas. Dirigentes estudiantiles, organizadores de grupos de concientización y acción, cultores de la participación ciudadana en los momentos y situaciones clave, todos ellos siguen las huellas del buen pastor que se encamina a lograr la universalidad e igualdad en la distribución y participación de los regalos del Padre.

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