Domingo 5 de octubre de 2014  – 27 durante el año litúrgico (ciclo “A”). Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema : (Mt. 21,33-43)

Dijo Jesús a los ancianos del pueblo: “Escuchen otra parábola: Un hombre poseía una tierra y allí plantó una viña: la cercó, cavó un lagar y construyo la torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero. Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envío a servidores suyos para que percibieran los frutos. Pero los viñadores se apoderaron de ellos y a uno lo golpearon, a otro lo mataron y a un tercero los apedrearon. El propietario volvió a enviar otros operarios en mayor número, pero los trataron lo mismo. Finalmente envió a su propio hijo pensando. Pero los viñadores pensaron “este es el heredero, vamos a matarlo y así nos quedamos con su herencia” Y apoderándose de él lo echaron fuera de la viña y lo mataron. Cuando vuelva el dueño ¿quçe les parece que hará con aquellos viñadores? Le respondieron: “acabará con esos miserables y arrendará su viña a otros que le entreguen los frutos a su debido tiempo” jesús entonces agregó ¿no han leído nunca en las Escrituras “la piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular: esta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos? Por eso les digo que el reino de Dios les será quitado para ser entregado a un pueblo que le haga producir sus frutos.

 

Síntesis de la homilía

Ya sabemos que los relatos evangélicos datan de tiempos muy posteriores a los hechos que relatados y tienen una intencionalidad que los haga provechosos a las comunidades destinatarias en primera instancia. También nos enseñan los estudiosos de la Biblia que las palabras atribuida a Jesús responden en mínima parte a las que él pronunció. Las precisiones que en este relato tienen las afirmaciones de la parábola de Jesús, no son profecía de futuro sino hechos atestiguados muchos años después de sucedidos. Así se explica que los ancianos del pueblo no se dieran cuenta de lo exacto que era el discurso de Jesús anticipándose a sus intenciones de eliminarlo, y por ese motivo respondieran condenándose a sí mismos.

La parábola describe no sólo lo sucedido con los profetas rechazados de diversos modos por el pueblo y finalmente también con Jesús el hijo privilegiado de Dios sino que anuncia también la conducta que seguirán los poderosos del mundo que muchas veces explotando las riquezas naturales de la tierra se creen dueños exclusivos y absolutos y no tienen reparos en desalojar, despojar, torturar y hasta dar muerte a los que reclaman los frutos que pertenecen a todos los hijos y servidores del Dios creador y padre.

Para la interpretación de la Iglesia católica, el “otro pueblo” de que habla la parábola es ella misma institucionalizada con fortaleza excepcional y perdurable a través de la historia por veinte siglos. La realidad objetiva nos pone, sin embargo, ante una falta de entrega de frutos a la humanidad e incluso de adulteración de esos frutos, que es causa de que el tesoro del mensaje de Jesús y el reino presentado e inaugurado por su historia entre nosotros, no le pertenezca a ella ni exclusiva ni siquiera mayoritariamente. En confesiones cristianas y aun en perspectivas absolutamente distintas de la tradición judeo-cristiana, abundan las personas y grupos que han aportado importantes beneficios para la sociedad, a veces con entrega de la vida de sus testigos, haciéndola crecer en la perspectiva del reino proclamado por Jesús de Nazaret.

Y esa realidad, resulta un verdadero desafío para quienes con distintos niveles de adhesión y de juicio crítico seguimos integrando su estructura. Que con la elección de Francisco I se haya dado un paso para recomponer con mayor acuerdo con el mensaje cristiano, la estructura de esta Iglesia, no significa que esté todo hecho. Hace falta todavía una mayor adaptación a todos los signos positivos que se han ido dado en el mundo, desde la ciencia y las experiencias sociales, para que el mensaje liberador y plenamente humano de Jesús de Nazaret rinda los debidos frutos-

 

Homilías Dominicales – Domingo 26 de octubre de 2014 – 30 durante el año litúrgico ciclo “A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema ( Mateo 22, 34-40)

Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús en una conversación había dejado sin argumento a los saduceos, se reunieron y uno de ellos que era doctor de la Ley le preguntó para ponerlo a prueba. “maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley”? Jesús le respondió “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Este es el más grande y primer mandamiento. El segundo es semejante al primero. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los profetas.

 

Síntesis de la homilía

El constante afán de los fariseos, empeñados es constatar contradicciones en las enseñanzas de Jesús para desacreditarlo, se manifiesta una vez más y también una vez más, Jesús aprovecha la oportunidad para fijar su juicio definitivo sobre la Ley de Moisés. Las expresiones con todo tu corazón, tu alma y tu espíritu son un modo de expresar la totalidad del ser humano. No están particularizados en lo que son los sentimientos o emociones. Es por otra parte muy cierto que es muy difícil hacer comparaciones entre los amores humanos que mueven nuestras fibras sensible y el amor a un ser inconmensurable, trascendente de todas nuestras realidades, con atributos que traducimos en palabras pero sólo entendemos por comparación o negación de lo que nuestros sentidos, nuestra inteligencia y el resto de nuestras facultades experimenta en la creación que nos rodea. Por eso, aunque se trate de la afirmación más importante de la ley de moisés, que tiene mucho que ver con la firmeza en rechazar a los dioses de las religiones circundantes, Jesús añade un segundo mandamiento que sí entra en el ámbito de nuestras capacidades humanas. Amar al prójimo como a uno mismo.

La visión de Jesús va a avanzar sobre esta propuesta que como contestación a la pregunta del doctor de la Ley es absolutamente perfecta, resumiendo los dos mandamientos del decálogo en uno sólo que al mismo tiempo de abarcarlos, influye en la posibilidad de cumplirlo o rechazarlo. “Ámense entre ustedes como yo los amé. El que ama a su prójimo ha cumplido con toda la ley. Quien dice que ama a Dios sin amar a su hermano es un mentiroso El que me ama cumple mi mandamiento”. ( no, MIS mandamientos que es traducción posterior)

Desde luego que, cuando hablamos de amor se pueden entender muchas cosas que, aunque sean “parcialidades” del amor humano, como el amor de amistad, el amor de obras, el amor familiar, el amor de pareja, ninguno agota todo el sentido del amor y todos implican el peligro del egoísmo ante el que es necesario permanecer vigilantes. (de ese vicio radical de nuestra naturaleza humana se puede decir lo que dice Pedro del “diablo” como león rugiente que anda buscando a quien devorar.)

Pienso que el comienzo del amor es estar verdaderamente interesado por el otro. Desde allí puede crecer la relación hasta una cantidad de experiencias de toda índole conducentes al crecimiento personal, la madurez y la felicidad compartida. No creo que haya una especie de medida o canon para establecer la autenticidad o la profundidad del amor. Pero sí es indispensable examinarse para descartar todas las astucias del egoísmo y estar dispuestos a convertir ese interés por el otro, en la norma de nuestra comunicación y convivencia.

 

Homilías Dominicales. Domingo 21 de septiembre de 2014 – 25 durante el año litúrgico (ciclo “A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mt.20,1-16)

Dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: Un propietario de campo salió de madrugada para contratar obreros y trató con ellos por una moneda de plata como jornal. Volvió a salir a media mañana y al ver a otros desocupados en la plaza, les dijo “vayan también ustedes a trabajar a mi campo” y les pagaré lo justo. Y ellos fueron. Volvió a salid a mediodía y media tarde e hizo lo mismo. Ya al caer la tarde volvió y, encontrando todavía a otros les dijo ¿cómo se ha quedado aquí todo el día sin hacer nada.? Ellos le respondieron: nadie ha venido a contratarnos. Les dijo entonces: vayan también ustedes a mi campo.

Al terminar el día el propietario digo al administrador: Llama a los obreros y págales el jornal comenzando por los últimos. Fueron los que habían llegado al atardecer y recibieron una moneda de plata. Cuando llegaron los primeros creyeron que ibn a recibir mucho más, peo recibieron también una moneda de plata.

Al recibirla protestaban contra el propietario, diciendo: Estos últimos trabajaron sólo una hora y les dan lo mismo que a nosotros que hemos soportado el calor y el peso del trabajo durante todo el día. Llamando a uno de ellos el propietario le dijo “Amigo, no soy injusto contigo.¿acaso no habíamos tratado por una moneda de plata? Toma lo que es tuyo y vete. Yo quiero dar a éste que llegó último lo mismo que a ti. ¿ Por qué vas a tomar a mal que yo sea bueno? ¿No puedo disponer de mis bienes como me parece?

Así concluyó Jesús, los últimos resultarán primeros y los primeros, últimos.

 

Síntesis de la homilía

La conducta de este propietario resulta para nosotros una rareza. Sale a buscar obreros para su campo. Aquí la gente desempleada tiene que salir a buscar trabajo o resignarse, en el campo a vivir en condiciones deplorables. El afán de que no queden desocupados los que en la plaza esperan ser contratados, lo mueve a salir repetidamente a buscarlos.

Y en su concepto de justicia no juega solamente el cumplimiento de las condiciones del acuerdo contractual, sino en la contemplación de cada caso para remediar lo que por diversas causas no está al alcance, de cada uno. ¿No estará fomentando la pereza con esta actitud de darles esa especie de subsidio a los que esperaron para ser contratados hasta el final del día? La compasión y la comprensión son virtudes humanas que dan sentido a la vida y este hombre no aferrado a sus propias posesiones para sacarles todo el fruto posible, vive esas virtudes tan beneficiosas comunitariamente.

Ni hay que pensar en lo que esta conducta merecería en el ambiente individualista de acumulación de capital que vivimos, aprovecha por algunos pocos y codiciados, sin posibilidades de acceder por las mayorías que esperan ser asimiladas e incluidas en los beneficios de la vida en comunidad.

Queda absolutamente claro que la parábola dirigida a los que en el orden de preferencia frente al Gran Propietario se consideraban privilegiados y primeros no tienen para Jesús esa primacía como un derecho inalienable sino que están muy cerca de que una cantidad de elementos que movilizan a la sociedad que de primero puede hacerlos pasar a últimos por haberse negado a los esfuerzos   de igualización para romper las diferencias irritantes que han contribuido a mantener en la sociedad. El remedio real para cambiar, aunque sea paulatina y costosamente, las condiciones sociales de injusticia, debe colocarse es insistir permanentemente en el logro de igualdad de oportunidades no sólo para unos pocos sino para la mayoria, en un espacio social de convivencia, progreso y felicidad.

 

Homilias Dominicales. Domingo 14 de septiembre de 2014 Festividad de a exaltación de la Cruz. Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Jn 3,13-17)

Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su unigénito. Y nadie sube al cielo para quedarse más que el que ha bajado del cielo, este hombre. Además lo mismo que en el desierto Moisés levantó en alto la serpiente, así será levantado este hombre para que todo el que lo haga objeto de su adhesión tenga vida definitiva. Porque así demostró Dios su amor al mundo: llegando a darle su hijo único para que todo el que le preste adhesión, tenga vida definitiva y no perezca. Porque no envió Dios al mundo su hijo para que sentenciara contra el mundo sino para el mundo se salve por él.

 

Síntesis de la homilía

El prejuicio de que la entrega de este hijo excepcional que es Jesús de Nazaret fuera enviado al mundo para ser sacrificado y así satisfacer al Padre por el pecado del mundo, condiciona muy fuertemente desde la tradición sacrificial, el sentido de este pasaje, quitándole importancia a lo que constituye el verdadero mensaje el amor del Padre para con su hijo amado, prolongado en el amor a la humanidad para comunicarle el secreto de la vida definitiva. No para sentenciarla y condenarla.

En este sentido la Cruz adquiere su valor excepcional, como muestra del precio pagado por buscar, desear, construir y compartir con otros, a través de los tiempos, las luchas y entregas de la vida buscando la felicidad y la justicia para todos.

Que la muerte de Jesús tenga sentido de una venganza querida por Dios para satisfacer el rechazo que significó el pecado del hombre, a lo cual se añadió el valor de cualquier dolor humano para añadirse a esa venganza, transformó la espiritualidad del amor en espiritualidad del dolor y el sacrificio, como únicas y absolutas situaciones agradables a Dios. Y, aunque esto se haya admitido con tanta frecuencia y modos variados, en la predicación de la Iglesia, es una deformación agraviante del espíritu del evangelio como buena noticia de salvación.

Es cierto, sin duda alguna, que el sufrimiento fortalece y lleva a una maduración en la correcta valoración y sentido de la vida humana, pero de allí a convertir estoa efectos negativos de la dignidad y felicidad humanas, y propiciarlos como sentido de la vida y la creación

En el año 326 Sta. Elena, madre del emperador Constantino entre las tres cruces encontradas en Palestina creyó identificar la que había servido para crucifixión de Jesús- En la veneración de esas supuesta reliquia se basa la fiesta litúrgica que hoy celebra la Iglesia. Pero el evangelio de Juan nos da la clave del verdadero motivo de veneración de ese instrumento de tortura utilizado para eliminar a Jesús de Nazaret. “Cuando sea exaltado sobre la tierra, todo lo atraeré hacia mí” (Ju.12,32) Y es que la culminación de la misión de Jesús de anunciar la buena noticia del Reino, transformadora del sentido de la vida de los seres humanos, es al entrega de su vida defendiendo la dignidad y los derechos inalienables del ser humano. Y eso convierte la ignominia de la Cruz en “exaltación”. Ese es el motivo por el que Juan, a diferencia de los otros evangelistas no menciona una “ascensión” que para aquellos es exaltación definitiva junto al trono de Dios, sino que esa exaltación está cumplida en la Cruz.

Vivir el sentido de la cruz y darle a la vida sentido definitivo, es decir que no concluya en “NADA”, es la consigna que nos deja esta celebración que nos empuja a no desalentarnos en la defensa de los valores humanos, aunque vivamos en un sistema que ha subordinado los más importantes, al de la omnipotencia del dinero.

Homilías Dominicales. Domingo 7 de septiembre 2014  – 23 durante el año litúrgico – ciclo “A”. Por Guillermo “Quito” Mariani

Mt. 18,15-20:

Decía Jesús a sus discípulos: Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha busca a una o dos personas más para que el asunto se decida por la declaración de dos o más testigos. Si se niega a haceros caso, llévalo a la comunidad y si tampoco quiere escucharla, considéralo como pagano o publicano. Les aseguro que todo lo que aten en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo. También les aseguro que si dos o más entre ustedes se unen para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos o tres unidos en mi nombre, yo estoy en medio de ellos.

Síntesis de la homilía

No se trata de cualquier transgresión,(pecado) como si la fraternidad comunitaria implicara una vigilancia constante sobre la vida y el hacer de los hermanos. Se trata de que el hermano te infiera una ofensa o te perjudique malamente. Entonces, recurrir al diálogo, para no tragarse simplemente la ofensa que suele transformarse en resentimiento, pidiendo la explicación incluso para corregir lo que puede ser una falla en la comprensión del otro o en el propio discurso. Lo de decirlo a la comunidad no supone tampoco andar ventilando el mal proceder, lo cual en vez de atenuar agrava el problema, sino buscar ayuda en quienes desde la cercanía comunitaria puedan influir en solucionar el problema de las distancias o enfrentamientos provocados por esa ofensa.

La frase siguiente, muchas veces interpretada como el poder de perdonar de los ministros del sacramento de la reconciliación o penitencia, nada tiene que ver con eso, sino con la responsabilidad de que las distancias y la enemistad no pueden constituir el estado permanente dentro de una comunidad que anhela testimoniar el amor de Dios padre y el afán por construir su reinado de paz y justicia. Por eso el último parrafito del pasaje indica que para no perder la relación con el Padre de todos, es indispensable la búsqueda constante de la unión amistosa que significa sostén para la vida y las luchas cotidianas. No hay en esto ninguna insinuación a la valoración de lo que hoy se estila muchas veces de cadenas de oraciones para lograr intervenciones divinas.

Recurrir al argumento del perdón de las ofensas, sin tener en cuenta el proceso que se detalla bastante específicamente en este pasaje de Mateo cuyas comunidades vivían frecuentes dificultades tanto por niveles de condición social como de diversidad religiosa (judíos y paganos entre los convertidos), es simplificar y hasta correr el peligro de ridiculizar el perdón cristiano. Es claro en los detalles señalados por el evangelista acerca de cumplir un proceso de proximidad respetuosa de la personalidad de los ofensores, tratando de servirse de los recursos disponibles en la comunidad concreta para hacer visible la ventaja de la reconciliación. Es por otra parte cierto que también si ese proceso cumplido con buena intención y real voluntad de buscar solución a las divisiones, no hay por qué culpabilizarse de no lograr superar lo incorregible. Así el párrafo termina con considerar “gentil y publicano” es decir, alejado de la reconciliación profunda, a quien sigue en la obstinación del enfrentamiento. Y, desde luego, sin que esto signifique prescindencia, dejar pasar tiempos que disminuyan las tensiones dolorosas y permitan, con la lección y madurez aprendida en el distanciamiento, es medida prudente y aconsejable. Lo cierto es que, pese a la frecuencia de situaciones incómodas, como la de sentirse ofendido o descalificado, el seguidor del mensaje y testimonio de Jesús de Nazaret, no ha descartar la posibilidad de reconciliación, ni disminuir su propio aporte para convertirla en realidad.

 

 

 

Homilías Dominicales. Domingo 31 de agosto de 2014 – 22 durante el año litúrgico (ciclo “A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mt.16,21-27)

Jesús comenzó a manifestar claramente que tenía que ir a Jerusalén, padecer a manos de los ancianos, sumos sacerdotes y letrados para ser ejecutado y resucitar al tercer día. Entonces Pedro lo tomó aparte y comenzó a reprocharle “Dios libre y guarde Señor! Eso no te puede suceder a ti!” Jesús volviéndose dijo a Pedro:”Quítate de mi vista, Satanás! Eres un peligro para mí porque tus ideas no son las de Dios, sino del espíritu del mundo. Dijo entonces a sus discípulos: el que quiera venirse conmigo tiene que renegar de su egoísmo y cargar con su cruz y entonces recién seguirme.

Porque si uno pretende sólo salvar su vida, la perderá y en cambio si llega a perderla por mí, la encontrará. Y luego, díganme:¿ de qué le vale a uno ganar el mundo entero si le falta la vida? ¿qué podrá ofrecer para recobrarla?

Además, este hombre que está con ustedes va a venir entre los enviados del Padre y entonces retribuirá a cada uno de acuerdo a sus acciones.

 

Síntesis de la homilía

Las cosas han cambiado. Jesús ha caído en la cuenta de su equivocada interpretación de la eufórica exclamación de Pedro. Lo constata cuando intenta preparar a sus seguidores para las horas difíciles que se avecinan. Pedro no acepta que haya que sufrir y morir para resucitar, para recuperar el sentido de la verdadera vida que no es tan sólo dimensión individual y física sino la espiritual, social y comunitaria. Satanás es bíblicamente el tentador. Y así califica Jesús a Pedro. Y para que los demás no se contagien con esta visión, los instruye a todos sobre el modo de continuar su seguimiento. No hacer caso al egoísmo que siempre estará agazapado en un rincón para convertirse oportunamente en el sentido de la vida y el accionar. Cargar con su cruz. No se trata de aceptar de buen grado los sacrificios y contrariedades que a cada uno le traen las diversas circunstancias de la vida, sino estar preparado para no ceder ni ante las seducciones ni ante persecuciones con que los enemigos del reino siembren sus caminos. Este es el seguimiento que importará no detenerse ni ante las amenazas contra su vida, porque ese acto de debilidad les quitará el sentido de la vida que mantendrán bien alto si llegan a arriesgarlo todo, como él mismo lo hará para vivir y propagar el mensaje del reino.

El párrafo final es consecuente con la visión escatológica (de consumación de los tiempos) que a través de la Biblia aparece con frecuencia para alimentar con fortaleza la lucha y la esperanza de los seguidores comprometidos. (hoy les llamaríamos “militantes”)

No es fácil establecer esta conducta y modo de proceder indicados por Jesús a sus seguidores en nuestras circunstancias concretas. Muchos se han inclinado por rechazar, con sentido de renuncia de sí mismos a vivir las alegrías de la vida proporcionados por la obra de Dios a nuestra disponibilidad, por el cultivo de los dones naturales que poseemos, por los afectos que dispensamos y nos rodean sembrando felicidad, por los momentos de intensas experiencias del amor. Otros, en cambio, dejan de lado toda posición de austeridad, buscando como única actitud razonable gozar de todo, con avidez individual, despreocupándose absolutamente de los demás y de lo que pasa a su alrededor. “la vida es una sola y hay que gozarla con todo” y sosteniendo que por salvar la vida no importa perder la propia dignidad, traicionar la amistad, aparenta hipócritamente, o esta siempre dispuestos para seguir al mejor postor de acuerdo a sus conveniencias.

En el término medio o central se sitúa el proyecto de Jesús atendiendo al amoroso proyecto del creador u origen de todo, sobre su creación y la humanidad entera.

Homilias Dominicales – Domingo 3 de agosto de 2014 – 18 durante el año litúrgico ciclo “A”. Por Guillermo “Quito” Mariani

Domingo 3 de agosto de 2014  – 18 durante el año litúrgico ciclo “A”

Tema (Mt. 14.13-21)   

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: «Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer.»
Jesús les replicó: «No hace falta que vay
an, dadles vosotros de comer.» Ellos le replicaron: «Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces.» Les dijo: «Traédmelos.»
Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.


Síntesis de la homilía: 

Jesús siente que el dolor de la muerte injusta y cruel del bautista lo ha golpeado muy hondo.

Necesita elaborar ese dolor y por eso busca soledad y tranquilidad para pensar, analizar y orar. Pero su presencia y su palabra han avivado en la gente la actitud de resistencia y esperanza. Y cuando lo descubren, adivinan su idea de cruzar el  lago y anónimamente  se deciden a marchar por la orilla, rodeándolo para llegar antes que la barca. A Jesús le sorprende esta insistencia, pero se da cuenta de la necesidad que los hace  afrontar todas las dificultades con fortaleza e ingenio. No es cuestión de resistirse. Su palabra y su compasión, con la influencia de su prestigio entre la gente, apaciguan las inquietudes de la gente y alivian sus dolencias y debilidades. Todos están entretenidos y ocupados en este contacto con el maestro. Pero el día avanza. Los discípulos, guardianes de la seguridad de Jesús y la propia, temen que anocheciendo y no teniendo qué comer, la gente se rebele y cambie en protesta su actitud de acogida gozosa. Jesús les propone un desafío. “Si les preocupa, dénles ustedes de comer” “busquen uds. la solución del problema” Ellos han pensado que tienen que ir a comprar alimentos a alguna de las ciudades vecinas. Pero no cuentan con dinero y se lo manifiestan. Jesús propone una solución original: compartir ¿qué?

Es muy probable que como el chico que tiene cerca de ellos su pequeño morral conteniendo una ración diaria, cinco panes y dos pescados, muchos entre los presentes hayan tomado esa previsión al lanzarse a la aventura de recorrer el contorno del lago para encontrarse con Jesús. Ordenándolos, con el estilo conocido por ellos, de las legiones romanas acampantes los hace distribuir por grupos. Recogen lo que tienen los que llevan algo. que acceden a la insinuación de compartir apoyada por Jesús, y todos se alimentan. Seguramente, el símbolo del pan que sacia íntegramente el hambre del ser  humano, se manifiesta claramente con la exageración de que las sobras llenan doce canastas (¡de donde salieron?) El número, también simbólico, es el de los componente de una legión romana a lo cual da lugar la exclusión de mujeres y niños en el. contaje.

Aquí hay una cantidad de cosas para aprender con respecto a un problema que constantemente aqueja a la humanidad. El hambre ( la insuficiencia de recursos para remediar necesidades elementales del ser humano.)l) Ninguna excusa por justa que sea tiene que alejarnos de la preocupación por la necesidades a nuestro alredor. 2)Como Dios alimenta a todos los seres vivientes de su creación con los elementos puestos a su alcance y que ellos tienen capacidad para buscar y consumir (el Padre celestial los alimenta) así también para los seres humanos, siempre que estén dispuestos para vivir la actitud fundamental del reino, que es la de compartir fraternalmente  3) Un compartir que no necesita ni puede, muchas veces, tener mucho, lo cual con frecuencia engendra ambición y mezquindad. 4) No se trata solamente de diagnosticar el hambre, ni de hablar de que debe solucionarse, es necesario con las posibilidades de cada uno estar presente en la solución y en el aporte a quienes intentan realmente solucionarlo  5) que  no hay que dilapidar, sino conservar y reciclar.- 

Homilías Dominicales. Domingo 27 de julio de 2014 – 17 durante el año litúrgico (ciclo”A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema: (Mt 13, 44,46)

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:

-«El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.   El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.

Síntesis de la homilía

En los cuentos orientales es frecuente encontrar relatos de tesoros escondidos. Hoy es muy raro que suceda. Los tesoros se esconden en las cajas de seguridad de los bancos.

Los valores del reino de los cielos sí son hoy, tesoro escondido. Escondido por los antivalores del egoísmo capitalista que ha borrado el valor de la verdad buscada y defendida, de la sinceridad como respeto a la apertura del otro, de la amistad brindada y recibida como obsequio gratificante, de la solidaridad igualizante en las necesarias e inevitables diferencias, de la generosidad como ofrenda y la gratitud como respuesta, de la confianza en el otro…

Y no son muchos los que se preocupan seriamente por escarbar la tierra y la basura para encontrar esos valores, y construir con ellos la alegría de su vida y la de los demás.

El enajenar todo los que un sistema individualista en que el máximo objetivo es la concentración del dinero para acceder al consumismo desenfrenado, es la actitud necesaria para encontrar aquel tesoro que poco a poco se va perdiendo y permanece cada vez más sepultado y escondido. Así el valor de la convivencia humana que es el germen de la felicidad social es remplazado por las rivalidades y enfrentamientos con una dosis de crueldad y exclusión que supera toda racionalidad.

Este es el mensaje de la primera parábola de este trozo de Mateo

La segunda tiene una particularidad. El que descubre una perla finísima es un coleccionista de piedra finas. Aquí el encontrarse con la sorpresa de una piedra excepcionalmente valiosa es un premio a la constancia de su búsqueda.

Y esto es aplicable a nuestra vida de todos los días. Nos desanimamos muchas veces porque las cosas no van del todo tan bien como quisiéramos. Porque aún en el orden de lo espiritual de las relaciones humanas que constituyen el entramado fundamental para conquistar o mantener felicidad, hacemos esfuerzos y proyectos que no parecen tener resultados. Una frase del escritor uruguayo Galeano afirma que el horizonte aunque nunca se alcanza es apto para que sigamos aceptando el desafío de caminar hacia él como los ideales y las utopías Y ésta es la grandeza de la disposición de búsqueda constante aunque muchos pasos resulten ineficaces o insuficientes. Si buscamos perlas preciosas, valores profundamente humanos, encontrando y viviendo primero los a nuestro alcance encontraremos también la más hermosa de las piedras que es la integración en el reino del Dios autor de todo.

Homilías Dominicales – Domingo 20 de Julio de 2014  – 16 del año litúrgico (ciclo “A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mt. 13, 24-43)

Jesús propuso a la gente esta parábola: El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo, pero mientras todos dormían un enemigo sembró cizaña en medio del trigo y se fue. Cuando creció el trigo y aparecieron las espigas, apareció también la cizaña. Los peones fueron a ver entonces al propietario y le dijeron: Señor, ¿no habías sembrado buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que ahora hay cizaña en èl? El les dijo: Esto es la acción de algún enemigo.

Los peones propusieron :¿quieres que vayamos a arrancar la cizaña? NO, les dijo porque al arrancar la cizaña van a arrancar también con el trigo. Déjenlos crecer juntos hasta la cosecha y entonces diré a los cosechadores. Arranquen primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla y luego recojan el trigo para mi granero”

Así, Jesús hablaba a la muchedumbre sólo por medios de parábolas, cumpliendo la palabra del profeta (salmo 78,2) “Hablaré en parábolas y anunciaré cosas que estaban ocultas desde la creación del mundo”. Cuando dejando a la gente Jesús regresó a la casa, los discípulos le pidieron que les explicara la parábola de la cizaña en el campo. El les respondió: El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre. El campo es el mundo. La semilla son los que pertenecen al reino y la cizaña son los que pertenecen al maligno, y el que siembra la cizaña es el demonio. La cosecha es el fin del mundo y los cosechadores los enviados de Dios. Así como se arranca la cizaña para quemarla en el fuego, de la misma manera sucederá entonces. El hijo del hombre enviará a sus mensajeros que quitarán todos los escándalos y los que hicieron el mal, para arrojarlos a la hoguera en donde habrá llanto y rechinar de dientes. Entonces los buenos resplandecerán como el sol en el reino del Padre. “El que pueda entender, que entienda!

 

Síntesis de la homilía

La enseñanza por refranes y parábolas es pedagógicamente apropiada para que todos entiendan el mensaje que se quiere trasmitir, incluidos los niños y los sencillos. Las parábolas de Jesús son trocitos de realidad sacados de las vivencias habituales de un pueblo con cultura de raíz agrícola. Quizás en la actualidad si se hubiera dado el caso que presenta Jesús en la parábola de la cizaña alguien hubiera aconsejado recurrir a los agroquímicos de Monsanto que aparentando acabar con la maleza acaban también con la fecundidad de la tierra y la salud de sus pobladores. Lo cierto es que la siembra del enemigo se da, cuando los sembradores duermen. Por eso es de alabar la actitud de quienes como los vecinos de Malvinas con un eco social de mucho compromiso juvenil se oponen a esa solución que por antiecológica es antihumana. Durmiendo en la indiferencia o en la ambición de dinero nos hacemos cómplices del enemigo el Monsanto que acaba con la fecundidad de los campos.

La consecuencia inmediata y permanente de la parábola de Jesús, además que no hay que dormirse en los laureles cuando uno cree que está sembrando buenas semillas sin tener conciencia que hay enemigos que siembran cizaña, es que necesariamente, dadas las condiciones del privilegio de la libertad, herencia de todos los seres humanos, esos enemigos existen y actúan. Pero también que no se puede acabar con ellos desconociendo sus derechos, o eliminándolos , a pesar de lo dañoso de sus errores, porque esto justificaría para muchos una peligrosa actitud, por parte de quienes se consideran purificadores de la sociedad y cometen así como la tremenda y criminal cruzada de la Inquisición en la historia del catolicismo y la de represión y torturas de todas las dictaduras.

La tolerancia, que no significa ni cobardía, ni indiferencia, ni desperdicio de los recursos disponibles para combatir el mal, es la única actitud razonable para no “caer de la sartén al fuego” ni “acabar con justos y pecadores” en una exaltación de los propios criterios como infalibles. Hay un juicio de la historia y también del Ser supremo para quienes creemos en su existencia, que es el único infalible. Y Jesús pospone hasta el final de los tiempos, que no es un final en el tiempo sino en la consecución del objetivo y el sentido de la humanidad y la creación.

Homilías Dominicales – Domingo 6 de Julio de 2014 – 14 durante el año litúrgico (ciclo “A”) Por Guillermo “Quito” Mariani.

 Tema (mateo 11,25-30)

Te alabo Padre, señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí Padre, porque esa fue tu voluntad. Todo me ha sido dado por mi Padre y nadie conoce al hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre como su hijo y aquel a quien el hijo se lo quiera revelar. Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados y yo los aliviaré- Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí que soy paciente y humilde de corazón y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.

 

Síntesis de la homilía

Frente a la expectativa creada por algunos fanáticos de la soberanía de Israel sobre los pueblos del mundo cuyos gérmenes pueden encontrarse en algunas descripciones proféticas, sintetizadas en la predicación de Juan el Bautista. Jesús prefiere la visión de Zacarías en que el rey anunciado es rey de paz, de justicia y humildad. Un rey que va a basar su poder en la comunidad misma y no en los caprichos de los más poderosos, El pasaje de Mateo entra de lleno en esa visión. Esto coincide con la visión de los antiguos profetas que aspiraban la organización del considerado por ellos “pueblo de Dios” como un modelo alternativo de sociedad, al margen de la teocracia dominadora, autoritaria y excluyente. Jesús rechaza esa táctica de los grandes y poderosos y de los que desde una supuesta sabiduría, arguyen un perfecto conocimiento de la voluntad de Yahvé , para imponerla en el templo y en la sociedad. La voluntad de Dios, el Padre, está revelada a los pequeños. Los que califica de afligidos y agobiados por la inflexibilidad del sistema impuesto en nombre de la Ley e invita a acogerse a su mensaje valorándolos en su posibilidad de descubrir al Dios Padre superadora de la imagen reinante del Dios poderoso y Señor. El `pasaje es una especie de reacción frente a la ceguera de las ostentosas ciudades Corozaín y Betsaida en las que su propuesta ha sido rechazada a pesar de los muchos signos realizados en su apoyo.

Una conclusión inmediata de este pequeño discurso de Jesús es que la presencia de Dios en la creación no tiene sentido de atemorizar y someter sino de promover y defender la dignidad de cada ser humano. Ese es el “poder de servicio” que llamamos.

La sociedad en que vivimos con una organización que entre las formas de organización ensayadas a través de la historia ha optado por la democracia que es la estructura que brinda más posibilidades de participación. Supuesta la libertad como condición inalienable de todos los seres humanos es de suponer que los intereses individuales estarán siempre como tentación para apartarse de los logros comunitarios. Por eso, el ejercicio democrático tiene un punto clave que es la elección de aquellos a quienes el consentimiento popular otorga el poder y la responsabilidad de gobernar. Un poder que habitualmente tiene que oponerse al poder dominante que ejercen diversos sectores sociales y por eso, tiene como el más importante cometido defender a los pequeños, a los menos dotados, no sólo con palabra sino con organización de estructuras siempre listas para incluirlos en la participación de los bienes materiales y culturales de cada sociedad. Jesús quiso dejar una comunidad de pequeños en que el único poder fuera el servicio. A través de la historia la o las iglesias, que se presentan como herederas de su mensaje, no han cumplido siempre con este ideal que muchas veces calificamos de utopía (irrealizable) También el objetivo de Jesús fundador de esa comunidad fraternal fue esa alternativa que todavía perseguimos y, a pesar de las dificultades no queremos abandonar como utopía hacia la que tenemos que marchar.