Homilías Dominicales. Domingo 27 de julio de 2014 – 17 durante el año litúrgico (ciclo”A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema: (Mt 13, 44,46)

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:

-«El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.   El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.

Síntesis de la homilía

En los cuentos orientales es frecuente encontrar relatos de tesoros escondidos. Hoy es muy raro que suceda. Los tesoros se esconden en las cajas de seguridad de los bancos.

Los valores del reino de los cielos sí son hoy, tesoro escondido. Escondido por los antivalores del egoísmo capitalista que ha borrado el valor de la verdad buscada y defendida, de la sinceridad como respeto a la apertura del otro, de la amistad brindada y recibida como obsequio gratificante, de la solidaridad igualizante en las necesarias e inevitables diferencias, de la generosidad como ofrenda y la gratitud como respuesta, de la confianza en el otro…

Y no son muchos los que se preocupan seriamente por escarbar la tierra y la basura para encontrar esos valores, y construir con ellos la alegría de su vida y la de los demás.

El enajenar todo los que un sistema individualista en que el máximo objetivo es la concentración del dinero para acceder al consumismo desenfrenado, es la actitud necesaria para encontrar aquel tesoro que poco a poco se va perdiendo y permanece cada vez más sepultado y escondido. Así el valor de la convivencia humana que es el germen de la felicidad social es remplazado por las rivalidades y enfrentamientos con una dosis de crueldad y exclusión que supera toda racionalidad.

Este es el mensaje de la primera parábola de este trozo de Mateo

La segunda tiene una particularidad. El que descubre una perla finísima es un coleccionista de piedra finas. Aquí el encontrarse con la sorpresa de una piedra excepcionalmente valiosa es un premio a la constancia de su búsqueda.

Y esto es aplicable a nuestra vida de todos los días. Nos desanimamos muchas veces porque las cosas no van del todo tan bien como quisiéramos. Porque aún en el orden de lo espiritual de las relaciones humanas que constituyen el entramado fundamental para conquistar o mantener felicidad, hacemos esfuerzos y proyectos que no parecen tener resultados. Una frase del escritor uruguayo Galeano afirma que el horizonte aunque nunca se alcanza es apto para que sigamos aceptando el desafío de caminar hacia él como los ideales y las utopías Y ésta es la grandeza de la disposición de búsqueda constante aunque muchos pasos resulten ineficaces o insuficientes. Si buscamos perlas preciosas, valores profundamente humanos, encontrando y viviendo primero los a nuestro alcance encontraremos también la más hermosa de las piedras que es la integración en el reino del Dios autor de todo.

Homilías Dominicales – Domingo 20 de Julio de 2014  – 16 del año litúrgico (ciclo “A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mt. 13, 24-43)

Jesús propuso a la gente esta parábola: El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo, pero mientras todos dormían un enemigo sembró cizaña en medio del trigo y se fue. Cuando creció el trigo y aparecieron las espigas, apareció también la cizaña. Los peones fueron a ver entonces al propietario y le dijeron: Señor, ¿no habías sembrado buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que ahora hay cizaña en èl? El les dijo: Esto es la acción de algún enemigo.

Los peones propusieron :¿quieres que vayamos a arrancar la cizaña? NO, les dijo porque al arrancar la cizaña van a arrancar también con el trigo. Déjenlos crecer juntos hasta la cosecha y entonces diré a los cosechadores. Arranquen primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla y luego recojan el trigo para mi granero”

Así, Jesús hablaba a la muchedumbre sólo por medios de parábolas, cumpliendo la palabra del profeta (salmo 78,2) “Hablaré en parábolas y anunciaré cosas que estaban ocultas desde la creación del mundo”. Cuando dejando a la gente Jesús regresó a la casa, los discípulos le pidieron que les explicara la parábola de la cizaña en el campo. El les respondió: El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre. El campo es el mundo. La semilla son los que pertenecen al reino y la cizaña son los que pertenecen al maligno, y el que siembra la cizaña es el demonio. La cosecha es el fin del mundo y los cosechadores los enviados de Dios. Así como se arranca la cizaña para quemarla en el fuego, de la misma manera sucederá entonces. El hijo del hombre enviará a sus mensajeros que quitarán todos los escándalos y los que hicieron el mal, para arrojarlos a la hoguera en donde habrá llanto y rechinar de dientes. Entonces los buenos resplandecerán como el sol en el reino del Padre. “El que pueda entender, que entienda!

 

Síntesis de la homilía

La enseñanza por refranes y parábolas es pedagógicamente apropiada para que todos entiendan el mensaje que se quiere trasmitir, incluidos los niños y los sencillos. Las parábolas de Jesús son trocitos de realidad sacados de las vivencias habituales de un pueblo con cultura de raíz agrícola. Quizás en la actualidad si se hubiera dado el caso que presenta Jesús en la parábola de la cizaña alguien hubiera aconsejado recurrir a los agroquímicos de Monsanto que aparentando acabar con la maleza acaban también con la fecundidad de la tierra y la salud de sus pobladores. Lo cierto es que la siembra del enemigo se da, cuando los sembradores duermen. Por eso es de alabar la actitud de quienes como los vecinos de Malvinas con un eco social de mucho compromiso juvenil se oponen a esa solución que por antiecológica es antihumana. Durmiendo en la indiferencia o en la ambición de dinero nos hacemos cómplices del enemigo el Monsanto que acaba con la fecundidad de los campos.

La consecuencia inmediata y permanente de la parábola de Jesús, además que no hay que dormirse en los laureles cuando uno cree que está sembrando buenas semillas sin tener conciencia que hay enemigos que siembran cizaña, es que necesariamente, dadas las condiciones del privilegio de la libertad, herencia de todos los seres humanos, esos enemigos existen y actúan. Pero también que no se puede acabar con ellos desconociendo sus derechos, o eliminándolos , a pesar de lo dañoso de sus errores, porque esto justificaría para muchos una peligrosa actitud, por parte de quienes se consideran purificadores de la sociedad y cometen así como la tremenda y criminal cruzada de la Inquisición en la historia del catolicismo y la de represión y torturas de todas las dictaduras.

La tolerancia, que no significa ni cobardía, ni indiferencia, ni desperdicio de los recursos disponibles para combatir el mal, es la única actitud razonable para no “caer de la sartén al fuego” ni “acabar con justos y pecadores” en una exaltación de los propios criterios como infalibles. Hay un juicio de la historia y también del Ser supremo para quienes creemos en su existencia, que es el único infalible. Y Jesús pospone hasta el final de los tiempos, que no es un final en el tiempo sino en la consecución del objetivo y el sentido de la humanidad y la creación.

Homilías Dominicales. Domingo 13 de Julio de 2014 – 15 durante el año litúrgico (ciclo “A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mt.13,1-9)

Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,1-23):
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato en parábolas: «Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos que oiga.»

Síntesis de la homilía

La semilla de la palabra orientadora de la vida que es la expresión de la voluntad de Dios necesita de la acción humana para dar sus frutos y por eso, de la decisión de volverla fructífera. Hasta tanto llega el respeto del Dios presentado por Jesús, frente a la libertad concedida como característica específica al ser humano. Es evidente que esa Palabra contiene la riqueza de la fecundidad, pero necesita ser complementada por el rendimiento de la tierra

La descripción de mateo corresponde plenamente a los conocimientos de un pueblo de cultura agrícola. Hay caminos que con su dureza no dejan penetrar la semilla.

Son decisiones humanas que se colocan al margen del respeto a la dignidad y derechos de la persona humana. Para ellos es como si ese mensaje no existiera. Las preocupaciones temporales acaban pronto, con avidez de pájaros hambrientos con la semilla desparramada. El terreno pedregoso ofrece espacios de tierra que reciben la semilla que se aloja entre las piedras esperando la fecundidad de la lluvia y así sus brotes aparecen esperanzadores. Pero el calor ardiente del sol las seca porque no tienen raíz. Son las apariencias de religiosidad que adquieren tantas veces formas distintas, sin otro compromiso con el reinado de Dios que el provecho que se puede sacar de los beneficios que se esperan de las ayudas que fomenten sus intereses. Hay también semillas desparramadas entre las plantas espinosas que crecen más rápido y agresivamente que las semillas fructíferas y acaban con su fecundidad. Es el clima cultural, social, o familiar, ensombrecido por discordias, incomprensiones, egoísmos y descalificación de los más débiles, que pisotea y anula toda posibilidad de rendimiento.

Sólo cuando hay buena voluntad a pesar de tener conciencia de las propias debilidades, y decisión generosa de realizarse y lograr felicidad acompañando y respetando la dignidad y derechos de los demás, los frutos varían del 30 al 100 por ciento en la parábola de Jesús y también en nuestra realidad cotidiana.

No siempre nuestros oídos están dispuestos para escuchar el mensaje. Dice el refrán que no hay peor sordo que el que no quiere oír y por eso la advertencia final de la parábola. El que tenga oídos para oír, que se aproveche de esta lección.

Homilías Dominicales – Domingo 6 de Julio de 2014 – 14 durante el año litúrgico (ciclo “A”) Por Guillermo “Quito” Mariani.

 Tema (mateo 11,25-30)

Te alabo Padre, señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí Padre, porque esa fue tu voluntad. Todo me ha sido dado por mi Padre y nadie conoce al hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre como su hijo y aquel a quien el hijo se lo quiera revelar. Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados y yo los aliviaré- Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí que soy paciente y humilde de corazón y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.

 

Síntesis de la homilía

Frente a la expectativa creada por algunos fanáticos de la soberanía de Israel sobre los pueblos del mundo cuyos gérmenes pueden encontrarse en algunas descripciones proféticas, sintetizadas en la predicación de Juan el Bautista. Jesús prefiere la visión de Zacarías en que el rey anunciado es rey de paz, de justicia y humildad. Un rey que va a basar su poder en la comunidad misma y no en los caprichos de los más poderosos, El pasaje de Mateo entra de lleno en esa visión. Esto coincide con la visión de los antiguos profetas que aspiraban la organización del considerado por ellos “pueblo de Dios” como un modelo alternativo de sociedad, al margen de la teocracia dominadora, autoritaria y excluyente. Jesús rechaza esa táctica de los grandes y poderosos y de los que desde una supuesta sabiduría, arguyen un perfecto conocimiento de la voluntad de Yahvé , para imponerla en el templo y en la sociedad. La voluntad de Dios, el Padre, está revelada a los pequeños. Los que califica de afligidos y agobiados por la inflexibilidad del sistema impuesto en nombre de la Ley e invita a acogerse a su mensaje valorándolos en su posibilidad de descubrir al Dios Padre superadora de la imagen reinante del Dios poderoso y Señor. El `pasaje es una especie de reacción frente a la ceguera de las ostentosas ciudades Corozaín y Betsaida en las que su propuesta ha sido rechazada a pesar de los muchos signos realizados en su apoyo.

Una conclusión inmediata de este pequeño discurso de Jesús es que la presencia de Dios en la creación no tiene sentido de atemorizar y someter sino de promover y defender la dignidad de cada ser humano. Ese es el “poder de servicio” que llamamos.

La sociedad en que vivimos con una organización que entre las formas de organización ensayadas a través de la historia ha optado por la democracia que es la estructura que brinda más posibilidades de participación. Supuesta la libertad como condición inalienable de todos los seres humanos es de suponer que los intereses individuales estarán siempre como tentación para apartarse de los logros comunitarios. Por eso, el ejercicio democrático tiene un punto clave que es la elección de aquellos a quienes el consentimiento popular otorga el poder y la responsabilidad de gobernar. Un poder que habitualmente tiene que oponerse al poder dominante que ejercen diversos sectores sociales y por eso, tiene como el más importante cometido defender a los pequeños, a los menos dotados, no sólo con palabra sino con organización de estructuras siempre listas para incluirlos en la participación de los bienes materiales y culturales de cada sociedad. Jesús quiso dejar una comunidad de pequeños en que el único poder fuera el servicio. A través de la historia la o las iglesias, que se presentan como herederas de su mensaje, no han cumplido siempre con este ideal que muchas veces calificamos de utopía (irrealizable) También el objetivo de Jesús fundador de esa comunidad fraternal fue esa alternativa que todavía perseguimos y, a pesar de las dificultades no queremos abandonar como utopía hacia la que tenemos que marchar.

Homilías Dominicales. Domingo 15 de junio de 2014 – Festividad de la trinidad (ciclo”A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Juan 3,16-18)

Dijo Jesús a Nicodemo: Dios amó tanto al mundo que le dio a su hijo único, para que todo el que confía en él no muera sino que tenga vida para siempre. Porque Dios no envió a su hijo querido para condenar al mundo sino para que el mundo se salve por él. El que lo acepte no caerá en la condena y el que no, ya se ha condenado porque no ha confiado en el nombre del hijo único de Dios.

 

Síntesis de la homilía

Difícil tema este de la trinidad. Dolor de catequistas cuando tienen que afrontar preguntas inocentes pero de gran sentido común por parte de los catequizandos que no aprenden desde el principio lo que practicarán más tarde , al acostumbrase, cuando se refiere a Dios, a aceptar afirmaciones ininteligibles porque Dios es ininteligible y ante eso no nos cabe otra actitud que eso que llamamos FE.

Juan es el evangelista que más insiste en la divinidad de Jesús, no como una realidad de

hombre penetrado absolutamente por la realidad de Dios y por eso, hijo predilecto, sino como igual al Padre e identificándose con él. Lo cual dio pie a los primeros difusores del evangelio en contacto con la cultura griega para que utilizaran el recurso de los filósofos griegos “campeones” diríamos, entonces, del pensamiento racional y discursivo. Así la Trinidad, de verdad evangélica pasó a ser estructura metafisica elaborada con los detalles correspondientes al sistema aristotélico. Y esto transformó esa propuesta evangélica en “MISTERIO INCOMPRENSIBLE”, aunque en el sistema en que se origina es perfectamente admisible y comprensible en base a la diferencia entre naturaleza y persona establecida por la teoría hilemórfica. Pero fuera de ese sistema filosófico resulta absolutamente extraña al conocimiento y sentimiento humanos.

Así, al mismo tiempo, esta revelación de Jesús como enviado de Dios para equilibrar desde lo humano y las relaciones entre nosotros, todo el cosmos o la creación que abarca la realidad material íntegra y totalmente, perdió su importancia como manifestación de la presencia constante del Creador, como Padre y como plenitud del Amor, en nuestra historia terrenal y pasó a ser MISTERIO ININTELIGIBLE DE LA FE CRISTIANA, dejado de lado para evitar objeciones. Posteriormente ante esta suerte de abandono de una verdad que ocupó tantas discusiones, reflexiones y condenas en los primeros Concilios eclesiásticos se trató de recuperar, salvando el misterio con el señalamiento (bíblico en su raíz) de que la

realidad de Dios unidad en trinidad era la muestra ejemplar para la vida de la comunidad eclesial. Definitivamente la propuesta evangélica de un Dios Padre como amor absoluto, que en Jesús, llegado el tiempo oportuno, encuentre el hombre y el momento para manifestarse en él como lo había hecho con anterioridad en el resto de la creación, para contagiar con su espìritu de amor la historia de la humanidad y transformarla en reinado de su voluntad para conducirla a su realización final, es la gran afirmación que, por la acción, nos acerca a ese Dios trascendente, inalcanzable y del que nadie puede afirmar otra cosa que es posible como realidad diferente del cosmos. Desde donde se desprende para el camino de la humanidad un modo de vivir, de respetar la creación, de ponerse en el lugar del otro, de luchar con la constancia de la esperanza para construir relaciones igualitaria y dignificantes, en lo que los que nos llamamos cristianos tendríamos que insistir con más fuerza de lo que lo hacemos habitualmente.

Homilías Dominicales – Domingo 11 de mayo de 2014 – 4to. de Pascua en el ciclo “A”. Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema: (Juan 10,1-10)

Dijo Jesús: Yo les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino por otro lado, es un ladrón y un asaltante. El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. El llama a cada una por su nombre y la hace salir Cuando las ha sacado a todas va delante de ellas y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. Nunca seguirán a un extraño sino que huirán de él porque desconocen su voz.

Jesús les hizo esta comparación pero ellos no comprendieron lo que les quería decir. Entonces jesús prosiguió: Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos aquellos que vinieron antes son ladrones y asaltantes pero las ovejas no los han escuchado. Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará podrá entrar y salir y encontrará su alimento. El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero yo he venido para que las ovejas tengan vida y la tengan en abundancia.

 

Síntesis de la homilía

La presentación que Jesús hace de sí mismo como pastor, es ciertamente polémica. Porque condena a quienes se han llamado y presentado así en la historia de su pueblo.

La fuente de información de Jesús son los profetas y ellos, en especial Jeremías (23)y Exequiel (34)tienen diatribas muy fuertes en contra de los dirigentes que en lugar de servir al rebaño del pueblo, se sirvieron a sí mismos aprovechándose del rebaño. “Engordando a costa de las ovejas, en lugar de engordarlas con el alimento que necesitaban” Los dirigentes de Israel en tiempos de Jesús seguían las pautas de aquellos evocados por los profetas y Jesús los denunciaba como hipócritas que aparentando respetar la Ley, la violaban sin cesar en sus disposiciones más importantes y también, no satisfechos con eso, imponían cargas tan pesadas que resultaban insoportables a quienes pretendían seguir sus enseñanzas, sin estar prontos para ayudarles en lo más mínimo a sobrellevar esas cargas.

También hoy, en la Iglesia han aparecido y aparecen cargas insoportables para muchos que en lugar de juicios condenatorios esperan comprensión de sus problemas y misericordia para resolverlos. Por eso aparece tan doloroso el autoritarismo que rechaza a quienes por causas muy comprensibles humanamente, no han cumplido con requisitos exigidos disciplinariamente por las autoridades y hasta por el Derecho canónico.

El pasaje comienza por una afirmación que, ante la polémica posterior pareciera perder importancia. El buen pastor, el auténtico pastor “entra por la puerta”. Y la “puerta” para acceder a las ovejas es su libertad de decisión. Cuando esa libertad es desconocida por imposiciones arbitrarias, o con engaños seductores parecidos a las promesas incumplibles e incumplidas de muchos políticos, o con estructuras exteriores impresionantes por su influencia cautivadora, se está entrando por otra parte. Saltando el cerco del corral Y aunque muchas veces aparezcan resultados multitudinarios y exitosos en su convocatoria, eso constituye ciertamente postura y conducta de ladrón.

La misión que Jesús de Nazaret considera confiada por el Padre es la de comunicar vida. Se trata no de vida biológica o de salud sino de lo que está en el fondo de la realidad humana que es un “sentido de la vida” que haga que valga la pena vivirla a pesar de todas sus limitaciones y contribuya así desde la propia realización a la realización del plan liberador que responde (en la mentalidad de Jesús) a la voluntad del Padre.

Homilías Dominicales – Domingo 27 de Abril – 2do. de Pascua (ciclo “A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Domingo 27 de Abril  

2do. de pascua (ciclo “A”)

Tema (Juan 20,19-31)

Al atardecer del día primero de la semana estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos les dijo:”LA PAZ SEA CON USTEDES” Mientras decía esto les mostraba las manos y el costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo “tengan paz” Como el Padre me ha enviado a mí yo los envío a  ustedes. Al decirles esto sopló sobre ellos y añadió: Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a quienes uds. los perdonen y serán retenidos a quienes ustedes se los retengan. Tomás uno de los Doce de sobrenombre “el mellizo” no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Los otros discípulos le dijeron ¡hemos visto al Señor! El les respondió: Si no veo la marca de os clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré. Ocho días más tarde estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa y Tomás estaba con ellos. Entonces apreció Jesús estando cerradas las puertas y les dijo “La paz esté con ustedes” Luego dijo a Tomás : Trae aquí tu dedo, aquí están mis manos. Acerca tu mano y  métela en mi costado. Y en adelante no seas incrédulo sino hombre de fe.

Tomás respondió: Señor mío y Dios mío! Jesús le dijo: Ahora crees porque me has visto. Felices los que crean sin haber visto. Jesús además realizó muchos otros signos en presencia de sus discípulos que no están narrados en este libro. Pero estos han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el mesías, el hijo de Dios, y creyendo tengan vida en su nombre.

 

Síntesis de la homilía

La narración de Juan nos trasmite la más completa de las visiones de los Doce, constatando una nueva presencia de Jesús en medio de ellos. Ya han transcurrido muchos años  cuando el  escritor de 4to. evangelio asume la tarea de convencer a quienes estaban influenciados por el gnosticismo, una doctrina que negaba la humanidad de Cristo reduciéndola a una apariencia, que el Jesús resucitado no era sólo un espìritu o un fantasma sino el mismo  hombre crucificado y muerto.

Esta intención aparece muy clara en el relato joánico y se completa con la actitud de Tomás que representando a todos los incrédulos,  recibe un argumento “ad hominem” tan contundente que resulta  imposible refutar.

El detalle de las puertas cerradas que responde al  inocultable miedo a los judíos que invadía a los discípulos, favorece también la idea del relator, de que a pesar de ser el mismo Jesús, el resucitado participa de cualidades y características distintas. Se sugiere así un modo de presencia y vida absolutamente distinto del meramente corporal.

Lo central del mensaje, además del saludo Shalom! que tiene tan profundo significado en hebreo, es el soplo con que Jesús entrega el espìritu, su intimidad y la del Padre, enviándolos como el mismo Padre lo ha enviado a él.

Nosotros estamos acostumbrados a hablar de la venida del Espíritu y eso colabora a imaginarnos y materializar una persona que, por añadidura, ha sido identificada por la tradición como una paloma. Juan, en cambio, presenta la entrega del espíritu como una trasmisión. El espìritu del Padre que quiere la realización de su reinado entre los hombres es trasmitido a Jesús, para que él haga su parte a través de su mensaje y su testimonio de vida Y ese espíritu comunicado desde el Padre y es trasmitido por él su  para que sus seguidores más íntimos imbuidos con él sigan cumpliendo con  la misión liberadora de redimir el pecado. De oponerse a lo que daña la dignidad o la felicidad del ser humano y de la sociedad. Y hacerse responsables concretamente de acciones y emprendimientos tendientes a esa liberación. Aquí aparece con toda claridad la misión de la Iglesia, los convocados, que tantas veces ha sido desfigurada con imposiciones, descalificaciones, esclavitudes y opresiones.

Cuando la teología tradicional, preocupada de buscar argumentos en la Escritura para justificar los recursos autoritarios de distintas expresiones sacramentales (significativas)impone diversas prácticas obligatorias se presenta este pasaje como decisivo para afirmar el poder eclesiástico de perdonar y condenar, de liberar o de recrudecer la opresión que pudo llegar hasta la Inquisición. En tiempos de Juan, no existían rastros de lo que nosotros hemos llamado mucho tiempo, usando lenguaje de tribunales, la confesión de los pecados.

La riqueza de este pasaje de Juan nos introduce entonces en la plenitud del sentido pascual de compromiso con la vida, la libertad y el amor como valores definitivos del Reino.

Homilías Dominicales – PASCUA – Sábado 19 de Abril 2014. Por Guillermo “Quito” Mariani

PASCUA (ciclo “A”)

Tema Mateo (28,1-10)

Pasado el sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a visitar el sepulcro. De pronto se produjo un gran temblor de tierra. El ángel del Señor bajó del cielo, hizo rodar la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella. Su aspecto era como el de un relámpago y sus vestiduras eran blancas como la nieve. Al verlo los guardias temblaron de espanto y quedaron como muertos. El ángel dijo a las mujeres: “No teman. Yo sé que buscan a Jesús, el crucificado. No está aquí porque resucitó como él mismo lo había dicho. Vengan a ver el lugar donde estaba y vayan enseguida a decir a sus discípulos. “Ha resucitado e irá delante de ustedes a Galilea en don lo verán. Ya las he prevenido.” Entonces las mujeres aterrorizadas pero llenas de alegría se alejaron rápidamente del sepulcro y fueron a dar la noticia a los discípulos. Jesús salió a su encuentro y las saludó diciendo “alégrense” Ellas se acercaron y postrándose delante de él abrazaron sus pies. Entonces Jesús les dijo: No teman. Avisen a mis hermanos que vayan a Galilea y allí me verán.

 

Síntesis de la homilía

PASCUA!  Un acontecimiento central en la historia del pueblo judío y en la del cristianismo. Central para la humanidad entera porque revela su sentido más profundo.

No voy a hacer una homilía. El texto de Mateo es la creación  en imágenes de una situación de los discípulos que, a pesar de la decepción que dejó en ellos la pasión del Maestro, mantienen su confianza de su `permanencia junto a ellos, en lo que él mismo calificó como “resurrección” en el sentido de “triunfo de la vida entregada”

 

Voy a  utilizar una letra con sentido pascual de uno de los cantos de la cripta que organicé como poema hace ya mucho tiempo. Su título es “El Amigo Esperanza”

 

Ayer murió un amigo de los que dan la vida por el otro

Jesús había dicho “no hay mayor amor que dar la vida por sus amigos”, y a través de la historia hubo hombres y mujeres que dieron este sentido a su vida: ofrecerla por sus amigos. O en sustitución de sus personas o en entrega generosa para salvar su dignidad y sus derechos.

De los que al irse quedan, como queda la brasa en el rescoldo

Un “quedarse espiritual, interior”   tan fuerte e influyente como una presencia, con lo mejor de su vida. Como brasa encendida bajo las cenizas de la ausencia física, que con sólo acercarle un papelito vuelve a ser llama-

 

Manantial escondido, luz envuelta en la noche de la espera, semilla pisoteada, seno fecundo de inquietud materna

Como tantos manantiales perdidos en nuestras sierras, como  el sol esperando librarse de la noche, como la semilla enterrada y sufriente, como el vientre en el tiempo de espera de la gestación. El sepulcro: manantial, noche, semilla enterrada, vientre en gestación.

Hoy, el agua ha saltado, la noche ha vuelto a hacerse madrugada, la semilla ya es brote, de las cenizas resurgió la llama

Un día el manantial  rompe la tierra. La noche es vencida por el amanecer, la semilla se convierte en planta, la brasa vuelve a ser llama Sucede todos los días. Lo vemos suceder y no nos admiramos. Resurge con una realidad nueva lo que fue y pareció dejar de ser.

 

Cristo ha resucitado! Un sepulcro vacío es la sospecha de la incrédula historia

Un sepulcro vacío es un pobre e insuficiente argumento para hablar de resurrección. Y la historia con visión a la vez de sentido común y crítica, se niega a admitir la resurrección corporal. Ni es argumento suficiente la multiplicidad de visiones de los discípulos que con muchas diferencias en las descripciones tratan de asegurar una presencia física cargada de misterio.

Y un mundo lleno de él, es la evidencia!

Éste es el verdadero argumento. Su presencia, una nueva presencia, llena el mundo. Iluminándolo con una esperanza que da sentido y ponderación a la vida de cada ser humano con la evocación de la vigencia de los valores del amor y la fraternidad que abarcan plenamente su dimensión en la creación. Una presencia que inquieta, que exige,

que alienta y has molesta hasta la indignación a quienes pisotean los valores humanos abarcados por el amor y la fraternidad.

 

El pan que se comparte, el amor que se da sin diferencias, el llanto y la pobreza,

revelan en misterio su presencia

La inclusión social que rechaza las múltiples marginaciones, la igualización de derechos y oportunidades, que se encaminan constantemente a remediar el llanto y la pobreza son para quienes quieren ver escuchar y mejorar la realidad, el modo de vivir el testimonio de esa presencia.

 

Su voz ya no se calla, mientras haya opresión y sufrimiento, aunque el poder y el miedo tramen conjuras por lograr silencio

Las voces que hacen escuchar los derechos de los que no tienen voz, la de los que denuncian las injusticias y opresiones y son por eso perseguidos y condenados, la de los que resisten desde la paz y la energía que destapa hipocresías. Son la voz resucitada del Jesús arrojando a los mercaderes, calificando a los fariseos como raza de víboras y sepulcros blanqueados, proclamando la dignidad de los que luchan por la justicia.

 

PASCUA ES UN GRITO INMENSO QUE TRASPASA LA HISTORIA DE ESPERANZA

EL HOMBRE NO ES SILENCIO! LA MUERTE HA SUCUMBIDO A LA PALABRA!

Éste es el sentido de la Pascua: un grito de esperanza traspasando la historia, al afirmar

Que el hombre no es en definitiva el silencio de la muerte. Que la palabra, la comunicación con la humanidad y el origen de todo sigue siendo la palabra triunfadora!

Homilias Dominicales – Domingo 23 de marzo e 2014 – 3ro. de Cuaresma (ciclo “A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Juan 4,5-42)  

Llegando a un pueblo e Samaría, Sicar, Jesús fatigado el camino, se quedó sentado junto al Pozo de Jacob. Era cerca del mediodía. Llegó una mujer de Samaría para sacar agua y jesús le dijo: Dame de beber. Los discípulos se habían marchado al pueblo a  comprar provisiones. La mujer le dijo:¿Cómo tu siendo judío me pides de beber a mí que soy samaritana? (porque los judíos no se trataban con los samaritanos) Jesús le contestó: Todo el que bebe de esta agua volverá a tener sed. El que beba del agua que yo voy a darle, nunca más tendrá sed. Créeme mujer que ha llegado la hora en que los que den culto verdadero adorarán al Padre en espìritu y en verdad.

Dijo la mujer: Sé que va a venir un mesías un ungido. Cuando venga él nos lo explicará todo. Le dice Jesús: Soy yo, el que está hablando contigo. La mujer dejó su cántaro se marchó al pueblo y le dijo a la gente: Vengan a ver a ver que me ha dicho todo lo que yo he hecho ¿será el mesías? Salieron entonces del pueblo y se dirigieron a donde él estaba Mientras tanto los discipulos le decían: Maestro, come! El les dijo: Yo tengo para comer un alimento que ustedes no conocen. Para mí es alimento realizar el designio del que me mandó, llevando a término su obra.

Llegaron los samaritanos a donde estaba él y le rogaron que se quedara con ellos y se quedó dos días. Muchos más creyeron lo que el decía y comentaban a la mujer que ya no creían porque ella les había contado sino por lo que estaban oyendo y se daban cuenta de que ése era realmente el salvador del mundo.

Síntesis de la homilía

En el tiempo especial de la Cuaresma preparando la celebración profunda y actualizada de la Pascua, este pasaje tiene gran importancia.  Pascua es el triunfo de la causa de Jesús, testigo con su vida y su muerte del designio de Dios de salvar a la humanidad, comunicando sentido y felicidad a la vida y a su historia.

El encuentro e Jesús fatigado, con la samaritana, que en un horario poco común llega a proveerse de agua es, en realidad, el encuentro de dos sedientos. La mujer sacando agua del pozo para llevar a su casa la vida y la salud, Cristo pidiendo el agua para reducir su fatiga en el cumplimiento de la misión encomendada por el Padre.

Los simbolismos usados por Juan, el agua y el alimento representan al mismo tiempo la satisfacción de las necesidades más elementales del ser humano y el alcance de la salvación de la especie humana en medio de la creación. Y en esas necesidades, al mismo tiempo metas compartidas, se juega la felicidad del reino.    Las diferencias, absolutamente naturales entre los seres humanos, tanto físicas como intelectuales, de capacidades o ideologías, de razas o condicionamientos genéticos, de edad o generaciones, tienden frente a ese panorama de necesidades y objetivos a conciliarse para el mutuo enriquecimiento. Y es esa la novedad que introduce Jesús de Nazaret, con una perspectiva que va más allá de lo transitorio para convertirse en el compromiso permanente de todos y cada uno. Cuando se viven acontecimientos dañosos que afectan a todos sin excepción, suele producirse un clima de solidaridad y de ayuda que supera todas las diferencias. Lo lamentable es que, si todo marcha bien vuelven a intensificarse las diferencias y enfrentamientos. Satisfacción de necesidades fundamentales y búsqueda de sentido de la vida en el mejoramiento de las relaciones humanas son los caminos de salvación propiciadas por el Dios del amor.

Homilías Dominicales. Domingo 16 de Marzo de 2014 – 2do domingo de Cuaresma (ciclo “A”) Por Guillermo “Quito” Mariani

Tema (Mt.17,1-9)

Seis días después tomó Jesús a Pedro, Santiago y Juan y subió con ellos a un cerro alto y apartado. Allí se transfiguró delante de ellos. Su rostro brillaba como el sol y su vestidura se volvió   esplendente como la luz. De pronto se  le aparecieron Moisés y Elías conversando con él- Entonces intervino Pedro y dijo a Jesús. Señor es muy bueno estar aquí nosotros. Si quieres hago tres chozas, una para tí, otra para Moisés y otra para Elías.

Todavía estaba hablando Pedro cuando una nube los cubrió con su luz y se escuchó una voz que decía “Este es mi hijo amado y predilecto. Escúchenlo”.

Escuchando esto los discípulos cayeron espantados. Jesús se acercó y los tocó diciéndoles “levántense, no tengan miedo. Alzaron los ojos y sólo vieron al Jesús de antes, sin ninguna compañía.

Mientras bajaban del cerro Jesús les mandó que no contaran a nadie la visión que habían tenido hasta que él resucitara de la muerte.

Síntesis de la homilía

Ante la cantidad innumerable de visiones de toda índole, protagonizadas por personajes celestiales, que se han producido, especialmente en el seno de la iglesia católica para  dar diversos mensajes a los creyentes, el relato de la transfiguración no parece extraño.

Los discípulos y en especial los más cercanos están muy impresionados con los anuncios de Jesús con respecto a lo que va a suceder con él. Aunque la ascensión al monte solitario supuestamente el Tabor, escarpado y de unos 500 metros en la llanura de Jezrael, aparece  como un espacio de silencio absoluto en el relato, es de suponer que a pesar de la concentración silenciosa Jesús iría tratando de explicar a los íntimos que lo acompañaban, lo importante de su misión liberadora y descubriéndoles los caminos de Dios para salvar a su pueblo. La fatiga y el tema de conversación se habían combinado para un clima de proyección de sus propios deseos conformándose a las explicaciones del Maestro. Así es posible salvar la historicidad del relato que aparece como muy importante en la historia posterior de los tres discípulos. La condición imprescindible de mantener la unión con Moisés el caudillo liberador y legislador del pueblo liberado y con Elías el padre de los profetas tiene su expresión en la sorpresiva aparición de ambos conversando con Jesús que  había cambiado su figura y resplandecía con la  luz de Dios y la voz  salida de la nube.  Es lógico que Pedro señalara lo lindo que estar en ese clima de conciliación con la historia de Israel y de perspectiva del apoyo absoluto de Dios a ese hijo predilecto a quienes ellos estaban siguiendo. Ésta, como muchas visiones no son experiencia sensorial de ojos y oídos sino proyecciones internas que impresionan con tal fuerza que aparecen como reales y externas, con un modo parecido a lo que nos sucede en los sueños con caracterizados como  “pesadillas” por su realismo.

La experiencia no tuvo demasiado efecto en los tres discípulos inmediatamente y frente a lo ratificado por Jesús acerca de su muerte. Pero supone un fuerte testimonio de la iglesia primitiva y especialmente de Mateo, y sus comunidades, afirmando la continuidad de la  misión de Cristo con el judaísmo y la certeza de que eso formaba parte del plan de Dios.

También para nosotros es útil evocar estas escenas para afirmar la seguridad de la presencia divina en los acontecimientos importantes y a veces dolorosos de nuestras vidas, aumentando nuestra confianza en que, respondiendo a lo que creemos que es agradable a Dios, la vulgaridad de la vida cobra un sentido especial de transfiguración