Adhesión del Grupo Angelelli al padre Nicolás Alessio

Hace tiempo que caminamos juntos. El “Nico”, como lo llamamos es nuestro amigo con mayúsculas. Sabemos de su claridad de pensamiento, de su valentía para exponerlo, de su compromiso social y de su servicio incondicional a la comunidad y a los mas abandonados. Conocemos su búsqueda de una Iglesia más fiel al Evangelio, y dispuesta a asumir sus errores y pecados, como los escándalos últimamente conocidos y perpetrados por muchos de sus miembros elegidos.

Su delito es ahora pensar, junto con todos nosotros los integrantes del grupo Angelelli y muchos otros en el país y manifestar públicamente criterios que miran al bien común y sin discriminaciones. Decimos simplemente “pensar”, porque parece que para la jerarquía de la Iglesia en Argentina, sólo quien tiene el poder “jerárquico” puede pensar y al Pueblo de Dios, incluidos los sacerdotes, solo nos quedan el silencio, la sumisión y la “obediencia debida”.

Aprendimos que en cada Diócesis el Obispo debe ser el principio de esa comunión para el bien común. Y en cuestiones opinables es necesario integrar la diversidad y atender a un sano pluralismo. En este caso concreto, experimentamos que Ñáñez, Arzobispo de Córdoba, ha desperdiciado esta oportunidad y se ha alineado con la guerra santa proclamada por el cardenal Bergoglio y sus sorprendentes e insólitas propuestas: los que no piensan con la jerarquía son “enemigos” y hay que destruirlos y por eso la guerra. Pero la pretensión va más allá, como “legionarios” de Dios, quieren someter a sus juicios a toda la sociedad.

En la cuestión de una nueva ley de matrimonio, escuchamos las posiciones diversas y las respetamos. Hemos buscado y repasado todos los argumentos. Y hemos decidido un criterio común al margen de la política, del miedo y del dinero. Estamos con Nico y queremos acompañarlo frente a esta presión represiva de la amonestación y la condena cautelar, haciendo caso a su conciencia, al mensaje de Jesús y a su gente, su comunidad.

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